Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
09-09-2024, 06:46 AM
Me encontraba en la Bahía de los Olvidados, el único punto civilizado de este infierno verde llamado Momobami. Al dejar atrás Cozia, el navío que me llevaba de vuelta a Rostock se había encontrado con una tormenta inesperada que había dañado las velas. Sin repuestos, el capitán se había visto obligado a buscar refugio en el puerto más cercano para comprar recambios y reparar daños menores. Las reparaciones no debían tardar demasiado, en principio para la mañana siguiente deberíamos estar partiendo, pero hasta entonces tenía tiempo muerto.
Antes mencionaba que esta isla era un infierno verde. ¿Por qué? Porque es una inmensa selva llena de animales grandes, fuertes y muy hostiles. Tras el fallido safari de Cozia no quería más malas experiencias, así que había decidido quedarme en el puerto. Por azares de la vida, o porque el destino tiene un retorcido sentido del humor, en esta isla también se llevaban a cabo safaris para ricachones. Por lo demás, solo había gente que se ganaba la vida con esos safaris y marineros. No había demasiadas cosas a que dedicar mi tiempo libre, así que tras terminar de explorar el puerto, había terminado en una taberna marinera bebiendo una cerveza aguada mientras leía un libro sobre navegación. Hacía tiempo que había desarrollado algo de interés en ampliar mis conocimientos y especializarme en más cosas que la medicina.
Cuando llevaba un rato largo, no sabría decir si media hora o más, el ruido de una serie de murmullos me distrajo de mi lectura. Parecía que algo estaba molestando a los otros clientes. Molesto, alcé la mirada y presté atención a las conversaciones para saber qué estaba ocurriendo - ...paseándose por aquí con esas pintas, restregándonos su dinero por la cara. Son todos iguales - las conversaciones mostraban una animadversión general hacia un hombre alto y corpulento con un traje más caro que todas mis pertenencias juntas. Lo más extraño del rico, que evidentemente no parecía saber dónde se había metido, era la máscara que llevaba, con forma de corazón anatómicamente correcto. Nunca entenderé por qué la gente dibuja los corazones con forma de culo. No se parecen en nada a uno real. Algo que me sorprendió enormemente fue que el tipo en cuestión era capaz de fumar y beber a través de la máscara. ¿Sería por el tejido? A lo mejor era hecha a medida y había pedido poder beber a través de ella.
Mientras el hombre bebía, varios marineros se levantaron de sus asientos. Suspiré cansado y cerré el libro. ¿Iba a buscarme problemas? Sí, Hyun del pasado, fuiste a buscarte problemas. Por mucho que aquel tipo estuviese siendo incauto y buscándose ser atracado, robado o atacado por borrachos, eso no significaba que se lo mereciera realmente. Su único fallo era su falta de percepción. O su exceso de orgullo, en aquel momento no tenía claro cual de las dos. Me acerqué por detrás a los marineros y le apoyé al más adelantado de ellos la mano en el hombro - Creo que no quieres hac... - no llegué a terminar la frase. Me pillaron desprevenido, lo reconozco aunque me duela en el orgullo. Tal vez fue la cerveza, tal vez que simplemente no lo vi venir, pero el caso es que una botella impactó en mi cara. La sangre ardió en mis venas por la rabia, pero traté de mantener la calma - Os voy a dar el beneficio de la duda y asumir que simplemente sois idiotas. Volved a vuestra mesa y no tendremos problemas.
Antes mencionaba que esta isla era un infierno verde. ¿Por qué? Porque es una inmensa selva llena de animales grandes, fuertes y muy hostiles. Tras el fallido safari de Cozia no quería más malas experiencias, así que había decidido quedarme en el puerto. Por azares de la vida, o porque el destino tiene un retorcido sentido del humor, en esta isla también se llevaban a cabo safaris para ricachones. Por lo demás, solo había gente que se ganaba la vida con esos safaris y marineros. No había demasiadas cosas a que dedicar mi tiempo libre, así que tras terminar de explorar el puerto, había terminado en una taberna marinera bebiendo una cerveza aguada mientras leía un libro sobre navegación. Hacía tiempo que había desarrollado algo de interés en ampliar mis conocimientos y especializarme en más cosas que la medicina.
Cuando llevaba un rato largo, no sabría decir si media hora o más, el ruido de una serie de murmullos me distrajo de mi lectura. Parecía que algo estaba molestando a los otros clientes. Molesto, alcé la mirada y presté atención a las conversaciones para saber qué estaba ocurriendo - ...paseándose por aquí con esas pintas, restregándonos su dinero por la cara. Son todos iguales - las conversaciones mostraban una animadversión general hacia un hombre alto y corpulento con un traje más caro que todas mis pertenencias juntas. Lo más extraño del rico, que evidentemente no parecía saber dónde se había metido, era la máscara que llevaba, con forma de corazón anatómicamente correcto. Nunca entenderé por qué la gente dibuja los corazones con forma de culo. No se parecen en nada a uno real. Algo que me sorprendió enormemente fue que el tipo en cuestión era capaz de fumar y beber a través de la máscara. ¿Sería por el tejido? A lo mejor era hecha a medida y había pedido poder beber a través de ella.
Mientras el hombre bebía, varios marineros se levantaron de sus asientos. Suspiré cansado y cerré el libro. ¿Iba a buscarme problemas? Sí, Hyun del pasado, fuiste a buscarte problemas. Por mucho que aquel tipo estuviese siendo incauto y buscándose ser atracado, robado o atacado por borrachos, eso no significaba que se lo mereciera realmente. Su único fallo era su falta de percepción. O su exceso de orgullo, en aquel momento no tenía claro cual de las dos. Me acerqué por detrás a los marineros y le apoyé al más adelantado de ellos la mano en el hombro - Creo que no quieres hac... - no llegué a terminar la frase. Me pillaron desprevenido, lo reconozco aunque me duela en el orgullo. Tal vez fue la cerveza, tal vez que simplemente no lo vi venir, pero el caso es que una botella impactó en mi cara. La sangre ardió en mis venas por la rabia, pero traté de mantener la calma - Os voy a dar el beneficio de la duda y asumir que simplemente sois idiotas. Volved a vuestra mesa y no tendremos problemas.