Lionhart D. Cadmus
Tigre Blanco de la Marina
11-09-2024, 09:10 AM
Pasando las páginas del Manual de Auron, Cadmus notaría cómo las hojas amarillentas reflejarían el paso del tiempo y el uso que su abuelo le habría dado, como si esas marcas fueran una extensión de sus propios pensamientos. Aquel libro, que solo conocería tras la muerte de su abuelo, contendría secciones que le ofrecerían reflexiones profundas en momentos de duda. Sería su única guía tangible, un legado que resonaría con las enseñanzas de Auron, tanto sobre la vida en la Marina como sobre cómo ser una persona íntegra.
Para Cadmus, el manual hablaría tan bien de la Marina como institución que bien podría considerarse un compendio sobre cómo ser un marine desde la perspectiva de su abuelo. Al mismo tiempo, sería una lección de moralidad y principios, un reflejo de la decencia humana. Sin embargo, habría algo que lo desconcertaría: mientras lo leía, no lograba encontrar referencias directas a los piratas, un tema que esperaría ver reflejado con más claridad; los piratas representando el caos que la Marina intentaba tan arduamente controlar.
Auron, según su abuelo, vería el crimen y la injusticia como males innegables, y la Justicia Absoluta sería la forma más pura de enfrentarlos. Para él, todo criminal merecería enfrentar el peso del castigo y las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, a pesar de lo claro que resultaba este mensaje, el manual seguía sin señalar explícitamente a los piratas como criminales. Era como si su abuelo hubiese evitado hacer esa connotación directa, quizás consciente de que sus propios hijos habían navegado los mares bajo la bandera pirata. Esa omisión le generaba a Cadmus una sensación ambigua, como si su abuelo, en el fondo, hubiera luchado internamente con la idea de condenar de manera absoluta aquello que, en su propia familia, había representado una parte ineludible de su historia.
Para Cadmus, el manual hablaría tan bien de la Marina como institución que bien podría considerarse un compendio sobre cómo ser un marine desde la perspectiva de su abuelo. Al mismo tiempo, sería una lección de moralidad y principios, un reflejo de la decencia humana. Sin embargo, habría algo que lo desconcertaría: mientras lo leía, no lograba encontrar referencias directas a los piratas, un tema que esperaría ver reflejado con más claridad; los piratas representando el caos que la Marina intentaba tan arduamente controlar.
Auron, según su abuelo, vería el crimen y la injusticia como males innegables, y la Justicia Absoluta sería la forma más pura de enfrentarlos. Para él, todo criminal merecería enfrentar el peso del castigo y las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, a pesar de lo claro que resultaba este mensaje, el manual seguía sin señalar explícitamente a los piratas como criminales. Era como si su abuelo hubiese evitado hacer esa connotación directa, quizás consciente de que sus propios hijos habían navegado los mares bajo la bandera pirata. Esa omisión le generaba a Cadmus una sensación ambigua, como si su abuelo, en el fondo, hubiera luchado internamente con la idea de condenar de manera absoluta aquello que, en su propia familia, había representado una parte ineludible de su historia.