Silver D. Syxel
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11-09-2024, 02:09 PM
(Última modificación: 11-09-2024, 02:44 PM por Silver D. Syxel.
Razón: Añadir el comando de personaje
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El ambiente en la taberna cambió abruptamente cuando la puerta se abrió de golpe, dejando entrar a un grupo de balleneros. El olor a pescado, ya insoportable en la zona, se intensificó hasta un punto casi asfixiante, pero Silver no permitió que ese pequeño detalle le molestara. Ya había tenido que soportar muchas incomodidades, y esta no sería la excepción. Además, en todos sus años como marinero había tenido que oler cosas peores, aunque se negase a recordarlas. Con una sonrisa controlada, observó al grupo mientras el tabernero, como de costumbre, les daba la bienvenida con una excesiva dosis de amabilidad. Lo que distaba mucho de su habitual actitud.
—Kata... así que tú eres la jefa —pensó el capitán, observando a la mujer con detenimiento. Era imponente, más grande que la mayoría de los hombres presentes, y su actitud denotaba confianza. Supo de inmediato que tratar con ella requeriría un toque especial. Su sonrisa no tardó en ensancharse mientras se acercaba con los jarrones de bebida, listo para hacer lo que mejor sabía: escuchar y actuar en el momento oportuno.
El pirata se movía entre las mesas con la misma destreza y naturalidad con la que acostumbraba a pasearse por las cubiertas. Su oído, siempre atento, captó el murmullo de un par de balleneros que se sentaron cerca del mesón. No pudo oírlo todo con claridad, pero lo poco que alcanzó a captar fue suficiente para despertar su interés. "Monti", "Ralph", "subasta"... las piezas comenzaban a juntarse en su mente, aunque todavía no tenía la imagen completa.
—Ya casi, Balagus, ya casi... —murmuró para sí mismo, mientras continuaba con su trabajo.
Con movimientos fluidos y aire despreocupado, comenzó a llenar los tarros con ron, sin perder de vista a Kata y su grupo. Sabía que la mujer era clave para acceder a la información que necesitaba, pero no podía ser demasiado directo. De momento, una conversación casual sería el mejor punto de partida.
—Aquí tienes —dijo Syxel, dirigiéndose a la mujer con una sonrisa encantadora mientras le ofrecía el primer tarro—. He oído que el día ha sido largo, pero parece que ha valido la pena. ¿Qué tal ha ido la caza hoy?
Era una pregunta simple, inofensiva, pero calculada para abrir la conversación. La mayoría de la gente, especialmente después de una larga jornada y con una jarra de ron en la mano, solía relajarse y hablar más de lo que deberían. Y hacer que otros hablaran mientras él escuchaba atentamente era una de las especialidades del capitán.
—Balagus tiene listo un cerdo que va a ser digno de esta ocasión —añadió con una sonrisa amistosa, esperando que la comida también ayudara a suavizar el ambiente y abrirles aún más.