Tofun
El Largo
12-09-2024, 03:20 PM
El cruce de espadas fue digno de un duelo entre verdaderos espadachines. Yoshiro lo percibiría como un movimiento fugaz, en el que solo se escuchó el choque de filos y se vieron centellas donde estos hicieron contacto. Durante unos segundos, el combate se congeló en el tiempo, y el sonido de las hojas moviéndose con la brisa se convirtió en el único ruido que se escuchaba. Yui había enfundado su espada, y el resultado del enfrentamiento era incierto, de no ser por las espadas de Illya que ahora ascendían al cielo sin dueño. Instantes después, ambas se clavaron en el suelo verde junto al fatigado cuerpo de Illya. El ser alado se rendía, y no era en absoluto motivo de vergüenza. Yui, con una leve sensación de vergüenza, se llevó la mano a la herida, recordando que su oponente había logrado dañarlo.
— Descansa, has peleado bien. — Dijo Yui, con una voz llena de respeto y una ligera inclinación de cabeza. — Te has ganado mi admiración. Podrías venir al dojo de vez en cuando.
Con una ligera reverencia, Yui se inclinó en señal de respeto. Si el Lunarian lo solicitaba, Yui estaría dispuesto a ofrecerle más artículos curativos, sabiendo que, aunque la batalla había sido dura, el respeto y la camaradería se forjaban en el calor del combate. El siguiente desafío se preparaba en el centro del campo. El "pescador", que para Yui seguía siendo su profesión a pesar de su afirmación de ser un artesano, tenía una apariencia peculiar. A pesar de su atuendo simple, sus movimientos y su postura reflejaban una disciplina respetable. Este respeto por las tradiciones y los rangos de poder le agradaba a Yui, pues valoraba la integridad en sus oponentes.
— Si estás listo, vamos. — Dijo Yui, con determinación en la voz y una expresión de concentración en su rostro.
Yui desconocía las capacidades del nuevo rival y no quería cometer el error de subestimarlo. Tampoco quería arriesgarse a lanzar uno de sus ataques más poderosos solo para descubrir que su oponente era un mero civil sin habilidades reales. Si el nuevo adversario no podía igualar el ritmo de su combate, el entrenamiento no tendría sentido. Por lo tanto, su primera prioridad era evaluar las habilidades del pescador.
El espadachín comenzó una carrera a velocidad moderada, sus pasos resonando suavemente en el suelo mientras aceleraba gradualmente. Cuando estuvo a unos cinco metros de distancia, desvió su trayectoria hacia un lateral, ajustando su velocidad y dirección con precisión. Comenzó a correr a toda velocidad alrededor de Yoshiro, formando un círculo y manteniendo siempre una distancia segura. Sus movimientos eran rápidos y calculados, buscando medir la capacidad de respuesta de su oponente mientras elaboraba una estrategia basada en sus reacciones. Cada giro y cada paso eran parte de su plan para evaluar cómo el artesano manejaba el ritmo y la presión del combate. La diestra siempre en la empuñadura.
— Descansa, has peleado bien. — Dijo Yui, con una voz llena de respeto y una ligera inclinación de cabeza. — Te has ganado mi admiración. Podrías venir al dojo de vez en cuando.
Con una ligera reverencia, Yui se inclinó en señal de respeto. Si el Lunarian lo solicitaba, Yui estaría dispuesto a ofrecerle más artículos curativos, sabiendo que, aunque la batalla había sido dura, el respeto y la camaradería se forjaban en el calor del combate. El siguiente desafío se preparaba en el centro del campo. El "pescador", que para Yui seguía siendo su profesión a pesar de su afirmación de ser un artesano, tenía una apariencia peculiar. A pesar de su atuendo simple, sus movimientos y su postura reflejaban una disciplina respetable. Este respeto por las tradiciones y los rangos de poder le agradaba a Yui, pues valoraba la integridad en sus oponentes.
— Si estás listo, vamos. — Dijo Yui, con determinación en la voz y una expresión de concentración en su rostro.
Yui desconocía las capacidades del nuevo rival y no quería cometer el error de subestimarlo. Tampoco quería arriesgarse a lanzar uno de sus ataques más poderosos solo para descubrir que su oponente era un mero civil sin habilidades reales. Si el nuevo adversario no podía igualar el ritmo de su combate, el entrenamiento no tendría sentido. Por lo tanto, su primera prioridad era evaluar las habilidades del pescador.
El espadachín comenzó una carrera a velocidad moderada, sus pasos resonando suavemente en el suelo mientras aceleraba gradualmente. Cuando estuvo a unos cinco metros de distancia, desvió su trayectoria hacia un lateral, ajustando su velocidad y dirección con precisión. Comenzó a correr a toda velocidad alrededor de Yoshiro, formando un círculo y manteniendo siempre una distancia segura. Sus movimientos eran rápidos y calculados, buscando medir la capacidad de respuesta de su oponente mientras elaboraba una estrategia basada en sus reacciones. Cada giro y cada paso eran parte de su plan para evaluar cómo el artesano manejaba el ritmo y la presión del combate. La diestra siempre en la empuñadura.