Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
12-09-2024, 06:06 PM
Parecía que todo estaba cogiendo Ritmo para comenzar. Tú tomaste con tranquilidad a Sange y a Yasha para luego pasar a tomar guardia. Tus nudilleras estaban más que listas. Mantuviste una postura totalmente natural y lista para la batalla. Pero antes que siquiera pudieras darte el tiempo de comenzar la batalla, curiosamente, pasaron cosas que te dejaron un poco… descolocado.
Diste un suspiro. Parecía que el licor hubiera ganado el combate con ti. En parte, te daba mucho coraje que algo como esto estuviera pasando. Era el berrinche más aleatorio que ha ocurrido en tu vida. De hecho, estas más que seguro que es por culpa de la bebida que ella actúa de esta manera. ¿Acaso no le han enseñado como beber? Hasta te dice que te va a acusar con sus padres ¿acaso tiene cinco años? No pidas entender como el licor podría llegar a poner de esta manera a personas. Claro, tu bebías, pero no hasta llegar a un punto tan… tonto.
Estar borracho no es nada agradable.
Ella perdió el equilibrio y estaba fuera de lugar. Era increíble como la bebida te había arrebatado un posible encuentro con alguien interésate. No podías hacer nada. Antes de comenzar, ya habías ganado. Colocaste tus nudilleras nuevamente en tus bolsillos y con tranquilidad comenzaste a caminar en su dirección. Observando la escena. Era genial ver como se llevaba bien con los animales. Te agachas y observas a uno de los perritos. Colocas tu mano frente a este para que la olfateara. Poco a poco te coge confianza y se da cuenta que no vas en su contra y comienzas a acariciarle. – Los perritos son agradables. – Dijiste sonriendo. Sin dejar de consentir al cachorro. Le gustaba en la pansa, lo notabas por que no paraba de mover su patita mientras la acariciabas.
- Deberías dejar de tomar sin medirte. – Le dijiste con tranquilidad. – No lo digo por nada en particular. Pero piensa que has hecho preocupar a estos animalitos. Los animales son más propensos a detectar el peligro que los humanos. Quizás hayan sentido que tu estas en peligro. – Luego le miraste a los ojos. Aún estaba algo solloza y sonrojada por la borrachera. Aunque a decir verdad, no te desagradaba.
- Me gusta cómo eres – Le dijiste mientras le regalabas una sonrisa.
Diste un suspiro. Parecía que el licor hubiera ganado el combate con ti. En parte, te daba mucho coraje que algo como esto estuviera pasando. Era el berrinche más aleatorio que ha ocurrido en tu vida. De hecho, estas más que seguro que es por culpa de la bebida que ella actúa de esta manera. ¿Acaso no le han enseñado como beber? Hasta te dice que te va a acusar con sus padres ¿acaso tiene cinco años? No pidas entender como el licor podría llegar a poner de esta manera a personas. Claro, tu bebías, pero no hasta llegar a un punto tan… tonto.
Estar borracho no es nada agradable.
Ella perdió el equilibrio y estaba fuera de lugar. Era increíble como la bebida te había arrebatado un posible encuentro con alguien interésate. No podías hacer nada. Antes de comenzar, ya habías ganado. Colocaste tus nudilleras nuevamente en tus bolsillos y con tranquilidad comenzaste a caminar en su dirección. Observando la escena. Era genial ver como se llevaba bien con los animales. Te agachas y observas a uno de los perritos. Colocas tu mano frente a este para que la olfateara. Poco a poco te coge confianza y se da cuenta que no vas en su contra y comienzas a acariciarle. – Los perritos son agradables. – Dijiste sonriendo. Sin dejar de consentir al cachorro. Le gustaba en la pansa, lo notabas por que no paraba de mover su patita mientras la acariciabas.
- Deberías dejar de tomar sin medirte. – Le dijiste con tranquilidad. – No lo digo por nada en particular. Pero piensa que has hecho preocupar a estos animalitos. Los animales son más propensos a detectar el peligro que los humanos. Quizás hayan sentido que tu estas en peligro. – Luego le miraste a los ojos. Aún estaba algo solloza y sonrojada por la borrachera. Aunque a decir verdad, no te desagradaba.
- Me gusta cómo eres – Le dijiste mientras le regalabas una sonrisa.