Asradi
Völva
12-09-2024, 07:30 PM
Oh, bueno. Si el haberle tratado aquella fiebre y demás le servía para tener comida gratis de por vida, siempre y cuando viajase con Ragnheidr, había valido aquel esfuerzo y los sustos posteriores con toda aquella gente con la que, al final, se había juntado. Asradi le volvió a sonreír mientras degustaba la comida. Se fue quedando con los ingredientes y, sobre todo, con el sabor que desprendían. Podía estar comiendo eso mismo durante toda una semana y no se quejaría para nada. Ya había pasado hambre en otras ocasiones, malas y peores. Así que, a excepción de la fruta, no era quejica con la comida.
Una vez ambos dieron buena cuenta de sus proteicos desayunos, se prepararon para partir. La sirena se acomodó la larga falda que cubría, esencialmente, su cola de tiburón y se dejó alzar por los fuertes brazos de Ragn. Al principio, e incluso ahora a veces, le resultaba bastante bochornoso. Pero a pesar del poco tiempo que llevaba junto a Ragnheidr, Airgid y compañía, comenzaba a ver eso con otros ojos. Quizás como una ventaja en según qué ocasiones.
— No, vayamos directamente a lo tuyo. — Se acomodó en el amplio y fuerte hombro del hombretón, llevando una mano hacia esa misma zona para mantenerse ahí equilibrada y no caerse. Y también para que él no estuviese incómodo. Le dió, de hecho, una palmadita suave como indicándole que podía comenzar a caminar.
El estar, también, a esa altura, era también una ventaja. Y las vistas eran buenas desde ahí. Tampoco se cansaba. En fin, todo estaba bien. La sonrisa de la pelinegra se amplió ligeramente cuando miró a su alrededor una vez estuvieron fuera. El clima era bueno, así que esperaba que se mantuviese.
— A la vuelta compraremos comida o así si es necesario. O lo que veamos que haga falta. — Le explicó, mirándole de reojo. — Explícame en qué consiste, exactamente, ese evento al que vamos.
Porque sí, más o menos se lo había dicho, pero Asradi no se había enterado de mucho. Y, lo más importante...
— ¿Hay algún tipo de premio monetario para el ganador? — Preguntó.
Lo primero era lo primero.
Una vez ambos dieron buena cuenta de sus proteicos desayunos, se prepararon para partir. La sirena se acomodó la larga falda que cubría, esencialmente, su cola de tiburón y se dejó alzar por los fuertes brazos de Ragn. Al principio, e incluso ahora a veces, le resultaba bastante bochornoso. Pero a pesar del poco tiempo que llevaba junto a Ragnheidr, Airgid y compañía, comenzaba a ver eso con otros ojos. Quizás como una ventaja en según qué ocasiones.
— No, vayamos directamente a lo tuyo. — Se acomodó en el amplio y fuerte hombro del hombretón, llevando una mano hacia esa misma zona para mantenerse ahí equilibrada y no caerse. Y también para que él no estuviese incómodo. Le dió, de hecho, una palmadita suave como indicándole que podía comenzar a caminar.
El estar, también, a esa altura, era también una ventaja. Y las vistas eran buenas desde ahí. Tampoco se cansaba. En fin, todo estaba bien. La sonrisa de la pelinegra se amplió ligeramente cuando miró a su alrededor una vez estuvieron fuera. El clima era bueno, así que esperaba que se mantuviese.
— A la vuelta compraremos comida o así si es necesario. O lo que veamos que haga falta. — Le explicó, mirándole de reojo. — Explícame en qué consiste, exactamente, ese evento al que vamos.
Porque sí, más o menos se lo había dicho, pero Asradi no se había enterado de mucho. Y, lo más importante...
— ¿Hay algún tipo de premio monetario para el ganador? — Preguntó.
Lo primero era lo primero.