Atlas
Nowhere | Fénix
13-09-2024, 02:59 AM
—¿Un gyojin o una raza híbrida? —pregunta el capitán, extasiado, a través del Den Den Mushi—. Eso podría explicar muchas cosas —reflexiona—, como por qué las pistas siempre han desaparecido sin dejar rastro de manera brusca. Soldado, tiene permiso para llevar a cabo cualquier acción que crea oportuna para llegar al fondo de esta cuestión. Eso sí, no arriesgue su vida. Estamos tratando con alguien muy peligroso. No sabemos cuál podría ser su habilidad en combate ni con qué clase de recursos podría contar, así que vaya con precaución.
Cualquiera diría que el capitán Olof está genuinamente preocupado por ti. Eso, o que al haber dado por fin con alguien que hace avances en su investigación no quiere perderte bajo ninguna circunstancia. Seas cuales sean sus motivos, calientas para entrar bien entonada al agua y después te zambulles como buena medusa. El líquido elemento acaricia tu cuerpo como una abuela abraza a su nieto después de un tiempo sin verlo, con mimo y cuidado. Puedes percibir la sal depositándose sobre tu piel y cómo las corrientes marinas susurran a la arena del fondo.
A tu alrededor puedes ver un paisaje de lo más hermoso. No llega a la pureza del profundo fondo oceánico que se encuentra alejado de la costa, pero puedes divisar grandes bancos de peces que nadan sincronizados entre rocas y arrecifes. Corales multicolores se aferran a la roca y sirven de hogar y sustento a algas y pequeñas especies de peces que se refugian en su interior. A lo lejos, una sombra te indica que un tiburón nada con calma en busca de algo que comer, pero por el momento no pareces atraerle. Quizás sepa bien con quién meterse y con quién no.
Tal y como les has comentado a tus compañeros, comienzas un rastreo por la zona en busca de alguna pista. Por el momento no divisas oquedades en las rocas ni otros elementos que aparenten poder funcionar como refugio para algún delincuente interesado. Por el contrario, todo parece de lo más armónico y en paz que puedas imaginar, como si en la superficie no hubiese pasado nada. Los peces también tienen derecho a ignorar lo que no les afecta, ¿no? A ver si los seres parlantes vamos a ser los únicos.
En cualquier caso, podrás recorrer un radio de hasta veinte metros en torno a la zona en la que te has sumergido sin identificar anomalía alguna. Es cuando estás a punto de darte por vencida y regresar a la superficie cuando por el rabillo del ojo captas algo que llama tu atención. En el suelo, en una suerte de claro en medio de elevaciones de coral anaranjado de unos cinco metros de alto, cuando te has alejado de la costa más de lo que inicialmente habías pensado, aciertas a ver un tenue movimiento en la arena. Se trata de una sutil vibración lineal bajo la misma, como si una roca hubiera rodado o algo o alguien enterrado se hubiera movido. Bien podría ser únicamente, como te digo, una piedra arrastrada por la corriente o una manta raya que al fin ha encontrado algo de comer, pero ¿y si no? Fuera sigue habiendo mucho trabajo que hacer y hasta el momento has sido la única capaz de ver donde otros no pueden a pesar de mirar. ¿Qué harás?
Cualquiera diría que el capitán Olof está genuinamente preocupado por ti. Eso, o que al haber dado por fin con alguien que hace avances en su investigación no quiere perderte bajo ninguna circunstancia. Seas cuales sean sus motivos, calientas para entrar bien entonada al agua y después te zambulles como buena medusa. El líquido elemento acaricia tu cuerpo como una abuela abraza a su nieto después de un tiempo sin verlo, con mimo y cuidado. Puedes percibir la sal depositándose sobre tu piel y cómo las corrientes marinas susurran a la arena del fondo.
A tu alrededor puedes ver un paisaje de lo más hermoso. No llega a la pureza del profundo fondo oceánico que se encuentra alejado de la costa, pero puedes divisar grandes bancos de peces que nadan sincronizados entre rocas y arrecifes. Corales multicolores se aferran a la roca y sirven de hogar y sustento a algas y pequeñas especies de peces que se refugian en su interior. A lo lejos, una sombra te indica que un tiburón nada con calma en busca de algo que comer, pero por el momento no pareces atraerle. Quizás sepa bien con quién meterse y con quién no.
Tal y como les has comentado a tus compañeros, comienzas un rastreo por la zona en busca de alguna pista. Por el momento no divisas oquedades en las rocas ni otros elementos que aparenten poder funcionar como refugio para algún delincuente interesado. Por el contrario, todo parece de lo más armónico y en paz que puedas imaginar, como si en la superficie no hubiese pasado nada. Los peces también tienen derecho a ignorar lo que no les afecta, ¿no? A ver si los seres parlantes vamos a ser los únicos.
En cualquier caso, podrás recorrer un radio de hasta veinte metros en torno a la zona en la que te has sumergido sin identificar anomalía alguna. Es cuando estás a punto de darte por vencida y regresar a la superficie cuando por el rabillo del ojo captas algo que llama tu atención. En el suelo, en una suerte de claro en medio de elevaciones de coral anaranjado de unos cinco metros de alto, cuando te has alejado de la costa más de lo que inicialmente habías pensado, aciertas a ver un tenue movimiento en la arena. Se trata de una sutil vibración lineal bajo la misma, como si una roca hubiera rodado o algo o alguien enterrado se hubiera movido. Bien podría ser únicamente, como te digo, una piedra arrastrada por la corriente o una manta raya que al fin ha encontrado algo de comer, pero ¿y si no? Fuera sigue habiendo mucho trabajo que hacer y hasta el momento has sido la única capaz de ver donde otros no pueden a pesar de mirar. ¿Qué harás?