Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
13-09-2024, 03:02 PM
(Última modificación: 13-09-2024, 03:07 PM por Suzuka D. Hanami.)
Los cálidos rayos del sol bañaban la tersa piel de la joven Oni, que disfrutaba de la agradable temperatura del verano, con la que se llevaba muy bien. Siempre fue del equipo calor; ella odiaba el frío y el invierno con toda su alma. Por eso mismo, agradeció el cambio agradable de temperatura que sintió cuando viajó del North Blue al East Blue, que, aunque no vivía en la zona más fría del mar, era indudable que era una zona más fría aun siendo verano.
El grupo iba un poco a la suya, cada uno haciendo su vida a bordo del barco. No hacía mucho que Hanami había conocido a esta variopinta tripulación, pero la aceptaron cuando ella no tenía a dónde ir, puesto que, aunque el barco fuera suyo, no sabía llevarlo y ya lo había estampado una vez contra la costa de la isla. Así que era una situación mutuamente beneficiosa: ellos necesitaban un barco, y Hanami obtenía compañeros que la ayudarían a viajar. Y parecían de fiar, a pesar de ser piratas, por lo menos la mayoría de ellos.
El capitán Lance y Juuken, su segundo al mando, se habían interesado en unos rumores que decían que un tesoro se mostraría en una isla en algún lugar, el cual no lograba recordar el nombre la Oni, pero tampoco le quería dar muchas vueltas, porque al fin y al cabo no era su trabajo llevar el barco a buen puerto. De hecho, en esos momentos, no tenía ningún trabajo fijo en el barco, puesto que ya había hecho mucho trayendo el barco. Así que Hanami simplemente se relajaba en una tumbona en la cubierta, disfrutando del sol; en el lado opuesto de la cubierta, la pobre Gretta intentaba refrescarse para no morir del calor. La Oni estaba luciendo uno de los bañadores de la última colección del modista Anthony Le Rouge, que le habían regalado en Loguetown tras sus pequeños trabajos en el sector de la moda y los desfiles. Un bañador sencillo y algo revelador, pero ya portaba un blazer blanco cubriendo parte de su torso superior.
De hecho, estaba tan relajada que se había comenzado a dormir un poco, hasta que la repentina voz del joven Juuken resonó por la cubierta, pidiendo a ciertos miembros del barco que ayudaran a plegar las velas para poder desembarcar correctamente. No la mencionó, aunque eso era evidente; no debía tener tanta confianza aún como para pedirle cosas. Pero sirvió para que la joven se despertara, incorporándose mientras se estiraba, alzando sus brazos y flexionando un poco su espalda, sacando pecho. Se quedó unos momentos en estado de espera mientras usaba el extremo de su cola para rascarse un poco la espalda.
Aunque no la habían llamado de entrada al trabajo, sería Gretta quien propusiera que ella y el niño mono hicieran el trabajo dado que eran los más nuevos, lo cual no importaba realmente mucho a Hanami - Enseguida voy, buahhhh... - Daría un largo bostezo mientras se levantaba y comenzaba a trepar por las cuerdas del barco hasta alcanzar la parte superior del mástil, donde ayudaría a Goku a recoger las velas. Aunque ella subió muy lentamente y sin la agilidad y pericia del niño mono, cuando ella había atado su primer nudo de las velas, el niño ya iba por el tercero. Desde allí arriba, la Oni pudo apreciar la isla, de un color verde infinito a la vista, con una gran montaña alzándose en el centro - ¡Capitán! Había que ir a la montaña, ¿verdad? ¡Achús! - Le gritaría desde arriba, ya sentada en la cofia del palo mayor, admirando el paisaje, culminando con un leve e involuntario estornudo al notar un poco de picazón en la nariz. Desde las alturas, apreciaría que se habían quedado sin girar, pero al parecer era un simple problema con el timón del que ya se ocupó el gran gyojin que acompañaba la banda.
Finalmente, lograron atracar el barco en la costa, comenzando a desembarcar la tripulación. Gretta trató de emular a Qazan y tropezó con la barandilla, pareciendo que se comió parte de la playa con ella. Entonces, la Oni tomó uno de los cabos del barco que descendían desde los mástiles, dejándose caer por el mismo, trazando un par de giros en el mismo, hasta bajar a la barandilla del barco y dándose un pequeño impulso hasta caer al lado de la mink - ¿Estás bien, Gretta? ¿Necesitas ayuda? - Hanami le tendió la mano con sinceridad y preocupación para ayudarla a levantarse, lo necesitara o no; aunque era una mujer muy robusta y fuerte, no podía evitar preocuparse.
- ¡Lance, precioso! ¡Bájame la lanza con mi bolsa cuando bajes! ¡Que ya salté y me da pereza subir de nuevo! - Le gritaría al capitán, buscando ser un poco amable para que le hiciera el favor, porque en efecto le daba mucha pereza subir otra vez a buscar su lanza, la cual había dejado al lado de su tumbona. Mientras esperaba que el resto de la banda bajara, se quedaría aún más perpleja admirando la jungla tan densa y boscosa que se extendía a su vista. Nunca había estado en una isla tan salvaje y verde. Y cabe resaltar que, como no le dio tiempo a bajar, seguía con su bañador y blazer.
Finalmente, todos se reunieron y la joven Oni tomó su arma de las manos del capitán; mira que ella ya era alta, midiendo casi tres metros, pero la lanza lo era aún más, aunque menos que Gretta y Qazan... El grupo puso rumbo en busca de la caverna que el rumor decía que se encontraba en la montaña, pero a la primera sucesión de pasos, la pequeña Oni ya se estaba desviando hacia el este para entrar en la profundidad de la jungla "Ese pájaro se ve curioso, no parece un pájaro normal" Pensaría mientras se iba alejando del grupo, hasta que notó una mano tomando su mano y parándola; era Lance, que le pedía que no se separara del grupo y se la llevaba con el resto para que no se perdiera. Era mejor tenerla sujeta o se perdería sin duda - Uyy, te has vuelto más atrevido, capitán - Le insinuaría la Oni.
No costó mucho llegar a la entrada de la cueva, la verdad; no eran los únicos allí, aunque era normal, ya que se había dado hace poco una profecía. Los intelectuales estaban analizando las inscripciones en la entrada, hasta que unas escaleras descendientes completamente blancas se formaron - ¡Wow! ¿Cómo habrán logrado hacer eso? - Hanami se adelantó un poco hasta la entrada para examinar si había algún mecanismo en la misma que hubiera realizado ese cambio en el camino interior; ese tipo de cosas le fascinaban.
Pero no hubo mucho tiempo para pararse a admirar unas escaleras que aparecieron de la nada, porque el resto de personas en los alrededores y algunos de su propia banda tomaron la iniciativa de bajar por las mismas a toda velocidad a la caza del tesoro. Siendo la mano de la Oni tomada de nuevo por su capitán, para que no se quedara atrás en la entrada, porque era evidente que si pasaba se perdería. Pero mientras Lance tiraba de ella, con la Oni vigilando de no chocar contra alguna formación rocosa que descendiera del techo, un estruendo se hizo presente y las escaleras por las que todos bajaban cedieron, cayendo la Oni en una suerte de caída libre - ¡SU PUTA MADREEEEEEEEEEEEEEEE! - Estaba en caída libre y eso la asustaba; no veía el fondo y eso la asustaba aún más - ¡CAPITÁN, SALVAMEEEEEEEEEEEEEEE!