¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
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[Pasado] Quiero ese filo, estoy dispuesto a pagar.
Byron
Que me lo otorguen
Con sumo cuidado, Byron pasaba su mano desnuda, desprovista del guante que solía usar, por los distintos aceros filosos que se encontraban en aquella sala, y después de esto, si la hoja le convencía, la empuñaba con disimulo con un par de movimientos para sentir el peso y la carga que el chico tendría que soportar en sus cortes en arco y embestidas. No, definitivamente no encontraba nada allí que complaciese su exquisito gusto, unas no le satisfacían por sus cuestionables materiales, otras por su mal pulido metal y otras por cuestiones de peso y longitud, todo eso sin contar aquellas que había desechado usar por su diseño o por no ser capaz de blandirlas por sus elevados requerimientos para hacerlas efectivas. No podía evitar tener ganas de tirar la toalla.

La cascada puerta se abrió, abriéndose paso un nuevo cliente, una hermosa mujer morena de ojos azules, que por el curioso sonido que hacían sus pasos, parecía andar a pequeños saltitos, aunque no podía asegurarse de ello pues vestía una larga falda que tapaban el movimiento de estos. No pudo evitar quedarse mirando aquella joya que cargaba algo a su espalda, casi prendido por sus resplandecientes ojos del color del cielo. Aunque posiblemente fuese debido al seguro comentario que soltó alegremente, ofreciendo una venta antes siquiera de saludar a los allí presentes, nada más poner un pie en el establecimiento.

La observó acercarse alegre, pero lentamente al mostrador, curioso, el muchacho espadachín se acercó al mismo ritmo, tras ella. Un abultamiento extraño en su falda, en la zona baja de su espalda, que hacía descender esta de forma holgada, solo podía significar una cosa, la figura que escondía esa prenda era de lo más apetecible, y casi hipnotizado por lo que él imaginaba que eran dos "poderosos caparazones" siguió sus pasos con la atención en aquellas posaderas.

La mujer posó sobre aquel mostrador de madera lo que tenía atado a la espalda, apartando la tela que escondía aquel objeto, dejando ver a los ojos de los presentes de que se trataba. Una espada recta, elegantemente guardada en su funda color zafiro con un acabado metalizado que reflejaba las luces que iluminaban aquel local, al sacarla de su funda un brillante acero bien templado y pulido, afilado hasta el punto de que, si dejases caer una hoja de papel sobre este, se cortaría. Rematando el perfecto trabajo realizado, su guarnición recta con unos pequeños grabados, encabezaban la firme empuñadura envuelta en cuero negro, finalizando en un pomo a juego con la guarnición, del mismo material y poseyendo los mismos grabados.

El muchacho no pudo evitar enamorarse, precisamente eso es lo que venía buscando, algo clásico pero refinado por el buen hacer de su creador. Quería esa arma, quería blandirla en un combate, la emoción de él imaginándose con aquella arma batiéndose en duelo le hicieron no pensarlo demasiado, y cortando al hombre dueño de aquel pequeño comercio, se puso a su misma altura, a su lado junto al mostrador, cargando su peso sobre este, con sus dos brazos apoyados.

- Pues te daría...

- Je, je, je.- Rio cortando a aquel hombre nada más apoyarse, con la respiración algo agitada debido al entusiasmo. - Perdón por entrometerme, pero esta conversación me interesa.- Dijo mirando fijamente a sus profundos ojos azules, con una sonrisa torcida.

La atención estaba captada, podía notarlo en la correspondida mirada que le lanzó, reflejando dudas con ella, era normal, después de todo, un poco más y parecía que iba a asaltarla. Se incorporó para relajar el ambiente, en aquella posición podía parecer un trastornado, quedándose totalmente erguido frente a ella. Aclaró la voz llevándose el puño cerrado a la boca, acompañado de un pequeño gruñido para eliminar flemas o cualquier cosa que se interpusiese en sus palabras.

- Ejem, ejem, verás, estoy muy interesado en esta preciosidad, dime, ¿cuánto pides? Estoy dispuesto a pagar más que este hombre de ser necesario.- Le sonrió ampliamente para intentar que la situación fuese más cómoda y familiar, y terminar de relajar, aquella chocante escena.
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RE: [Pasado] Quiero ese filo, estoy dispuesto a pagar. - por Byron - 13-09-2024, 05:51 PM

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