Alexander Bathory
Doc
29-07-2024, 08:36 AM
No fui capaz de evitar que mis ojos se abrieran por la sorpresa ante la interrupción de aquel niño emocionado, siempre era bueno que se aprendiera el oficio desde jóvenes y más importante aún era que su madre parecía estarle apoyando lo cual me había hecho sentir un poco celoso por un instante –Tranquila, Tranquila- dije con calma alzando mi garra de nuevo –me alegra ver que tenemos a un futuro medico con gran interés en aprender y ser mejor eso es algo que escasea- tras lo cual voltee a ver a aquel niño arrodillándome un poco para quedar más a su altura –Enith, mantén ese espíritu siempre, en esta profesión hay muchos charlatanes y parlanchines que hablan sobre panaceas milagrosas, pociones que prometen juventud eterna, pero ninguna es verdadera, algo que todo médico debe comprender es que la vida es frágil, una vida puede extinguirse tan fácil como una vela y es nuestro deber asegurarnos de evitarlo, aprender la forma de sanar el cuerpo y desarrollar medicinas que pueden salvar vidas pues la gente está dispuesta a poner su confianza en nosotros junto a sus vidas, hacer eso es lo menos que podemos hacer para corresponder ese voto-
Tras aquellas palabras me erguí nuevamente mirando a la madre del niño –entonces permítame presentarme señorita Rukia, mi nombre es Alexander Bathory, un simple médico, sean bienvenidos a mi clínica- dije con calma mientras sacaba una caja de cigarrillos de mi bata de medico haciendo que Elena tosiera un poco indicándome que no era sitio para ello –vamos Elena solo será uno y fumare junto a nuestra nueva ventana para que el humo salga rápido- dije con una sonrisa caminando al sitio por el que había arrojado al hombre a la calle antes de prender un cigarro asegurándome que el humo saliera a la calle con el viento –en cuanto a enseñar señorita no tengo mucho que ofrecer, solo somos una simple clínica, no contamos con equipo de vanguardia o laboratorios de algún tipo para el desarrollo de fármacos- seguí con mi misma calma dando una nueva calada a mi cigarro –incluso si le pregunta a alguien les diré que soy demasiado violento y que no suelo seguir el juramento hipocrático, no se confunda nunca asesinaría a nadie…- en ese instante mire por la ventana a la calla diciendo con una voz apenas audible casi como un susurro -no de nuevo-
Antes de que apagara mi cigarro –lo único que he hecho de renombre ha sido salvar la vida del hijo de un noble de la región, fuera de eso no poseo grandes méritos como médico, solo podría ofrecerles algo para ayudarles- les comento con calma antes de indicarles que me sigan a la parte de atrás de la clínica abriendo un puerta –disculpen el desorden, no suelo tener visitas- digo con calma entrando primero a mi habitación antes de indicarles que me sigan, en ella podrían notar que existían 3 libreros repletos de libros médico y varios montones más destruidos en columnas a los pies de estos, en contrapunto se encontraba un escritorio junto con una silla en el cual se encontraban varios expedientes cerrados con información de mis pacientes junto con una foto en la que se me veía a mi más joven junto a una joven de pelo negro con rasgos de la isla de wano, todo rematado con una cama en el rincón en la que solía dormir –si gusta toma asiento- le dije indicando la silla mientras me sentaba por mi parte al borde de la cama –si le interesa el diagnostico médico, primero debe de leer, dije con calma, no solo los postulados más nuevos, o las investigaciones médicas más recientes, si no los libros antiguos también, existen muchas enfermedades que se consideran extintas pero que aún existen a lo largo de las islas y los mares, el caso que le mencione fue uno de ellos-
En aquel instante me levante de la cama empezando a buscar un libro –Donde esta… métodos herbales… postulado anatómico gyojin… medicina del sol naciente… necesito reorganizar esto… aquí esta plantas parasitarias y enfermedades herbales- en ese momento abrí el libro buscando la hoja correspondiente antes de ofrecerles el texto a mis invitados –esto habla de una enfermedad de hace más de 400 años, la fiebre arbórea, una enfermedad con la capacidad de transmitirse de personas a plantas y viceversa y que casi destruyo el reino de Lvneel por aquella época, esto afecto al hijo de señor Tolgrim, una enfermedad desaparecida supuesta mente hace más de 300 años, por el hecho de que había leído este libro pude detectarla a diferencia de muchos otros médicos que le revisaron, como medico y colega es el primer consejo y mas importante que podria llegar a darle-
Tras aquellas palabras me erguí nuevamente mirando a la madre del niño –entonces permítame presentarme señorita Rukia, mi nombre es Alexander Bathory, un simple médico, sean bienvenidos a mi clínica- dije con calma mientras sacaba una caja de cigarrillos de mi bata de medico haciendo que Elena tosiera un poco indicándome que no era sitio para ello –vamos Elena solo será uno y fumare junto a nuestra nueva ventana para que el humo salga rápido- dije con una sonrisa caminando al sitio por el que había arrojado al hombre a la calle antes de prender un cigarro asegurándome que el humo saliera a la calle con el viento –en cuanto a enseñar señorita no tengo mucho que ofrecer, solo somos una simple clínica, no contamos con equipo de vanguardia o laboratorios de algún tipo para el desarrollo de fármacos- seguí con mi misma calma dando una nueva calada a mi cigarro –incluso si le pregunta a alguien les diré que soy demasiado violento y que no suelo seguir el juramento hipocrático, no se confunda nunca asesinaría a nadie…- en ese instante mire por la ventana a la calla diciendo con una voz apenas audible casi como un susurro -no de nuevo-
Antes de que apagara mi cigarro –lo único que he hecho de renombre ha sido salvar la vida del hijo de un noble de la región, fuera de eso no poseo grandes méritos como médico, solo podría ofrecerles algo para ayudarles- les comento con calma antes de indicarles que me sigan a la parte de atrás de la clínica abriendo un puerta –disculpen el desorden, no suelo tener visitas- digo con calma entrando primero a mi habitación antes de indicarles que me sigan, en ella podrían notar que existían 3 libreros repletos de libros médico y varios montones más destruidos en columnas a los pies de estos, en contrapunto se encontraba un escritorio junto con una silla en el cual se encontraban varios expedientes cerrados con información de mis pacientes junto con una foto en la que se me veía a mi más joven junto a una joven de pelo negro con rasgos de la isla de wano, todo rematado con una cama en el rincón en la que solía dormir –si gusta toma asiento- le dije indicando la silla mientras me sentaba por mi parte al borde de la cama –si le interesa el diagnostico médico, primero debe de leer, dije con calma, no solo los postulados más nuevos, o las investigaciones médicas más recientes, si no los libros antiguos también, existen muchas enfermedades que se consideran extintas pero que aún existen a lo largo de las islas y los mares, el caso que le mencione fue uno de ellos-
En aquel instante me levante de la cama empezando a buscar un libro –Donde esta… métodos herbales… postulado anatómico gyojin… medicina del sol naciente… necesito reorganizar esto… aquí esta plantas parasitarias y enfermedades herbales- en ese momento abrí el libro buscando la hoja correspondiente antes de ofrecerles el texto a mis invitados –esto habla de una enfermedad de hace más de 400 años, la fiebre arbórea, una enfermedad con la capacidad de transmitirse de personas a plantas y viceversa y que casi destruyo el reino de Lvneel por aquella época, esto afecto al hijo de señor Tolgrim, una enfermedad desaparecida supuesta mente hace más de 300 años, por el hecho de que había leído este libro pude detectarla a diferencia de muchos otros médicos que le revisaron, como medico y colega es el primer consejo y mas importante que podria llegar a darle-