Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
14-09-2024, 06:14 AM
Estaba realmente cansado de esta isla, deseaba poder irme pronto, parecía pasar de un problema a otro en todo momento, desde el encuentro que tuve con el bribón de ojos dorados hasta el desencuentro con los mafiosos en la taberna, aunque, en ese caso, realmente solo había quedado en el fuego cruzado, usualmente tendía a no mantenerme durante demasiado tiempo con las personas, simplemente me llevaba a tener problemas, ya fuese por mi especie, mi personalidad, mi boca, que era uno de los mayores motivos por los cuales me metía en problemas, aunque, también me había sacado de ellos en ciertos momentos. Este no era el caso, parecía que estaba volando en círculos, sin mencionar que las despedidas no eran lo mío, prefería simplemente desaparecer en la oscuridad de la noche: Fácil, sencillo, sin complicaciones ni confusiones innecesarias, sin que pareciera que había algo.
Me mantuve oculto, tan oculto como me era posible con el par de alas blancas enormes que portaba en mi espalda, era difícil pasarlas por alto, quien tuviera consciencia de cómo eran los Skypiean también sabría que no era habitual que sus alas tuviesen el mismo tamaño que las mías, mucho menos serían funcionales, no les era posible volar, a diferencia de a los Solarian o los Lunarian, era como si llevase un letrero luminoso sobre mí. Aun así no me desharía de las alas por nada del mundo, volar siempre lo mejoraba todo, siempre hacía que mi perspectiva de todas las situaciones cambiase por completo ¿Cómo no podía ser feliz en el cielo? Es por eso que, aunque fuese para devolver aquello que no era mío, montar el viento era completamente gratificante, me ayudaba a olvidar… Hasta qué debía tocar el suelo y regresar a la intolerable realidad.
Tenía tiempo, por supuesto, no estaba obligado a ir rápidamente hacia la taberna, pero también sentía… Algo, un no sé que ¿un presentimiento? Quizás era el hecho de que había visto que tan burlón e irritante podía ser Drake, casi tanto como yo aparentemente, así que eso significaba que se metería en problemas tan fácilmente como esperaba. Me mantuve a varios metros del suelo, agitando las alas lentamente mientras mis intensos ojos ámbar peinaban el área con una despreocupación que no debería poseerme, buscando la taberna que el brazos largos me había mencionado con tanto ahínco, el lugar de reunión que estipulamos, ese lugar que describió de forma vaga… Ese lugar que me costó encontrar porque la mayoría de las tabernas eran muy similares en un lugar como Rostock, y ser navegante no me hacía automáticamente un erudito en todas las islas.
Especialmente en las islas en las que no había puesto un pie en mi vida hasta el día de ayer.
Chasqueé la lengua, localizando una taberna que coincidía con la exigua descripción que tenía en mente, verifiqué donde podía descender para llamar lo menos posible la atención y encontré un edificio de dos pisos con una terraza llena de plantas altas, era el lugar perfecto, al menos con mi estatura. Bajé silenciosamente sobre el techo, de allí me deslicé velozmente a un callejón cercano y me asomé antes de salir al notar que no habían demasiados transeúntes. La entrada del bar no era nada del otro mundo, lo que me resultó curioso fue ver pasar a un hombre de cabello lila con un maletín bajo el brazo, parecía estar vibrando de la emoción cuando entró prácticamente, no sería difícil robarle, era llamativo ver a alguien aferrado protectoramente a un maletín entrar en una taberna, sin embargo, la espada en su cinturón cumplía su función como disuasorio, sin duda. Bueno, al menos con los ladrones que tenían dos dedos de frente.
El grito que resonó desde dentro de la taberna cuando estuve frente a la puerta me sobresaltó, lo suficiente para que mi mano se quede a un cuarto de camino de la perilla metálica ¿Se trataba de un conocido del brazos largos? Un amigo probablemente, con la familiaridad con la que vociferaba sus logros y preguntas ¿O quizás era parte de su personalidad? Retrocedí un paso, no es como si necesitase prepararme mentalmente como para interactuar con otras personas, solo que alguien con una personalidad tan desbordante requeriría de una buena parte de mi paciencia, probablemente. Giré la manija de la puerta, entrando en el lugar desenfadadamente, llevándome las manos a los bolsillos y presenciando al mismo hombre de pelo lila apuntando con una espada a un encapuchado al azar mientras los berris en formato billete revoloteaban alrededor de la mesa y el gigante de pelo negro estaba inclinado en la dirección en la que cayó el maletín.
¿Había recibido un proyectil monetario?
Apreté los labios para no reírme, acercándome a la mesa mientras esquivaba las otras y evitaba golpear cualquier objeto con mis alas.
. – Hm, nunca creí que en tan solo dos horas pudiera perder tanto respeto por una persona, pero cada encuentro es único ¿No? Ya no creo que sea necesario exorcizarte, quiero decir, con todo este dinero podrías pasar al más allá más pronto que tarde. –Miré del hombre de pelo lila a Drake en sucesión– ¿Amigo tuyo? Supongo. O están intentando insertarte la economía ajena de la forma más violenta posible.
Alcé una ceja que lo decía todo “¿Los fantasmas tienen amigos?”
Me mantuve oculto, tan oculto como me era posible con el par de alas blancas enormes que portaba en mi espalda, era difícil pasarlas por alto, quien tuviera consciencia de cómo eran los Skypiean también sabría que no era habitual que sus alas tuviesen el mismo tamaño que las mías, mucho menos serían funcionales, no les era posible volar, a diferencia de a los Solarian o los Lunarian, era como si llevase un letrero luminoso sobre mí. Aun así no me desharía de las alas por nada del mundo, volar siempre lo mejoraba todo, siempre hacía que mi perspectiva de todas las situaciones cambiase por completo ¿Cómo no podía ser feliz en el cielo? Es por eso que, aunque fuese para devolver aquello que no era mío, montar el viento era completamente gratificante, me ayudaba a olvidar… Hasta qué debía tocar el suelo y regresar a la intolerable realidad.
Tenía tiempo, por supuesto, no estaba obligado a ir rápidamente hacia la taberna, pero también sentía… Algo, un no sé que ¿un presentimiento? Quizás era el hecho de que había visto que tan burlón e irritante podía ser Drake, casi tanto como yo aparentemente, así que eso significaba que se metería en problemas tan fácilmente como esperaba. Me mantuve a varios metros del suelo, agitando las alas lentamente mientras mis intensos ojos ámbar peinaban el área con una despreocupación que no debería poseerme, buscando la taberna que el brazos largos me había mencionado con tanto ahínco, el lugar de reunión que estipulamos, ese lugar que describió de forma vaga… Ese lugar que me costó encontrar porque la mayoría de las tabernas eran muy similares en un lugar como Rostock, y ser navegante no me hacía automáticamente un erudito en todas las islas.
Especialmente en las islas en las que no había puesto un pie en mi vida hasta el día de ayer.
Chasqueé la lengua, localizando una taberna que coincidía con la exigua descripción que tenía en mente, verifiqué donde podía descender para llamar lo menos posible la atención y encontré un edificio de dos pisos con una terraza llena de plantas altas, era el lugar perfecto, al menos con mi estatura. Bajé silenciosamente sobre el techo, de allí me deslicé velozmente a un callejón cercano y me asomé antes de salir al notar que no habían demasiados transeúntes. La entrada del bar no era nada del otro mundo, lo que me resultó curioso fue ver pasar a un hombre de cabello lila con un maletín bajo el brazo, parecía estar vibrando de la emoción cuando entró prácticamente, no sería difícil robarle, era llamativo ver a alguien aferrado protectoramente a un maletín entrar en una taberna, sin embargo, la espada en su cinturón cumplía su función como disuasorio, sin duda. Bueno, al menos con los ladrones que tenían dos dedos de frente.
El grito que resonó desde dentro de la taberna cuando estuve frente a la puerta me sobresaltó, lo suficiente para que mi mano se quede a un cuarto de camino de la perilla metálica ¿Se trataba de un conocido del brazos largos? Un amigo probablemente, con la familiaridad con la que vociferaba sus logros y preguntas ¿O quizás era parte de su personalidad? Retrocedí un paso, no es como si necesitase prepararme mentalmente como para interactuar con otras personas, solo que alguien con una personalidad tan desbordante requeriría de una buena parte de mi paciencia, probablemente. Giré la manija de la puerta, entrando en el lugar desenfadadamente, llevándome las manos a los bolsillos y presenciando al mismo hombre de pelo lila apuntando con una espada a un encapuchado al azar mientras los berris en formato billete revoloteaban alrededor de la mesa y el gigante de pelo negro estaba inclinado en la dirección en la que cayó el maletín.
¿Había recibido un proyectil monetario?
Apreté los labios para no reírme, acercándome a la mesa mientras esquivaba las otras y evitaba golpear cualquier objeto con mis alas.
. – Hm, nunca creí que en tan solo dos horas pudiera perder tanto respeto por una persona, pero cada encuentro es único ¿No? Ya no creo que sea necesario exorcizarte, quiero decir, con todo este dinero podrías pasar al más allá más pronto que tarde. –Miré del hombre de pelo lila a Drake en sucesión– ¿Amigo tuyo? Supongo. O están intentando insertarte la economía ajena de la forma más violenta posible.
Alcé una ceja que lo decía todo “¿Los fantasmas tienen amigos?”