Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
14-09-2024, 11:48 AM
El gas rosado comenzó a envolver todo el cuerpo de Ragn e incluso se expandió ligeramente, cubriendo así a los presentes en una esfera la mar de maja. Esa esfera ayudó al usuario de la gasu a poder aterrizar con bastante calma en la azotea de un edificio. Airgid se despidió y el pequeño Timsy también. Con ese final de día, sin duda el gigantón recordaría lo vivido. Venía de días literalmente sin poder disfrutar un poco siquiera. En el momento en el que todos se fueron, él tan solo se dejó caer en aquel lugar. Probablemente uno de los edificios más altos de la isla. Ragn se recostó bajo un cielo estrellado, con una suave brisa acariciando su rostro. Después de un día largo y emocionante, una mezcla de nostalgia y gratitud invadió su mente. Recordó con cariño los días que pasó en la isla Kilombo, un lugar lleno de aventuras y encuentros inesperados que marcarán su vida para siempre. Sentía el fin de su viaje ... Uno de esos recuerdos lo envolvió de inmediato, la pérdida de su querido amigo Mich. La tristeza todavía se sentía fresca en su pecho, aunque nunca hablaba abiertamente sobre cómo había ocurrido la muerte. Prefería guardar para sí mismo los detalles, protegiendo la memoria de su amigo. Sin embargo, el vacío que Mich dejó en su vida era innegable, un recordatorio constante de lo efímero que podía ser el destino en un mundo tan peligroso.
A pesar del dolor por la ausencia de Mich, la isla Kilombo también le había brindado algo inesperadamente positivo, la oportunidad de conocer a dos personajes extraordinarios que terminarían siendo importantes en su vida. Primero, el gyojin chiquitín, una criatura marina imponente a su manera pero de corazón noble. Luego estaba Airgid, una mujer coja con una determinación inquebrantable. Su discapacidad no la detenía, y Ragn admiraba profundamente la valentía con la que enfrentaba cada reto. Su espíritu era tan fuerte que muchas veces Ragn olvidaba su cojera, pues lo que destacaba en ella era el aura que desprendía. ¡A veces parecía que tenía tres piernas y no una!
Con una sonrisa melancólica, Ragn cerró los ojos. Pensar en Tomsy. Arsadi, Ubben y Airgid le traía una paz que equilibraba el dolor por la pérdida de Mich. Quizá no había respuesta para todo en la vida, pero en esos momentos sabía que estaba rodeado de personas que lo habían ayudado a crecer, aprender y sobrellevar las adversidades. ¿Timsy entraba dentro de ese grupo? Sí, desde luego. Isla Kilombo estaba siendo una prisión y personalidades como aquellas le ayudaban a revertir la imagen que tenía de la maldita roca en la que llevaba anclado ya semanas.
A pesar del dolor por la ausencia de Mich, la isla Kilombo también le había brindado algo inesperadamente positivo, la oportunidad de conocer a dos personajes extraordinarios que terminarían siendo importantes en su vida. Primero, el gyojin chiquitín, una criatura marina imponente a su manera pero de corazón noble. Luego estaba Airgid, una mujer coja con una determinación inquebrantable. Su discapacidad no la detenía, y Ragn admiraba profundamente la valentía con la que enfrentaba cada reto. Su espíritu era tan fuerte que muchas veces Ragn olvidaba su cojera, pues lo que destacaba en ella era el aura que desprendía. ¡A veces parecía que tenía tres piernas y no una!
Con una sonrisa melancólica, Ragn cerró los ojos. Pensar en Tomsy. Arsadi, Ubben y Airgid le traía una paz que equilibraba el dolor por la pérdida de Mich. Quizá no había respuesta para todo en la vida, pero en esos momentos sabía que estaba rodeado de personas que lo habían ayudado a crecer, aprender y sobrellevar las adversidades. ¿Timsy entraba dentro de ese grupo? Sí, desde luego. Isla Kilombo estaba siendo una prisión y personalidades como aquellas le ayudaban a revertir la imagen que tenía de la maldita roca en la que llevaba anclado ya semanas.