Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Boda] Gertrudis Longbottom & Tofun Threepwood
Asradi
Völva
La sonrisa de Asradi era esplendorosa. Eso si que era una boda en todo el sentido de la palabra. Aunque al principio rezongado un poco con el tema de los disfraces, pensando que iba a hacer el ridículo, ahora le parecía una excelente idea. Además, que gracias a que todos iban disfrazados podia disimular su cola sirénida de la mejor manera posible, adjuntándola al disfraz. Nadie que no conociese el secreto de la chica, adivinaría que, efectivamente, tenían una sirena delante de sus narices. Además, no estaba sola. Ubben la acompañaba y ya había visto a Airgid, a la que saludó efusivamente con una mano. Se le escapó una risita al ver que la rubia iba disfrazada de una colorida piruleta, siendo su única pierna funcional el palito. También vió (como para no) a Ragnheidr. Haciendo de las suyas.

¡Ragn! — Su voz se alzó ligeramente, viendo el desbarajusto del grandullón junto con Pepe. A ver, le caía bien el perrito, pero es que iba demasiado gracioso vestido así. Tanto el animal como su dueño. — ¡Se te ven los muslos! — Le gritó al Buccaneer, en el momento en el que aquel momento estrafalario sucedió. De refilón apenas y vió una de las nalgas peladas y blancas del imponente hombre.

La chica se llevó una mano a la cara, dejando que uno de sus ojos pudiese ver a través de un par de dedos separados. Antes de estallar en una carcajada abierta y divertida. Tuvo que enjugarse un tanto las lagrimitas que se le escaparon. Si la boda iba a estar así de movidita... ¡Había que disfrutar! La risa fue cortada, parcialmente, por Ubben, al cual le miró de forma risueña. Acababan de llegar y ya se lo estaba pasando en grande. Habían llamado la atención con el bailecito anterior y ahora el “Señor Soja” continuaba tirando de la carreta mientras se quedaban ya en la zona de invitados.

Al final, la boda dió comienzo, y la sirena se mantuvo muy entretenida viendo todo aquello. Aunque no pudo evitar que, al ver al novio se le arrugase ligeramente la punta de la nariz.

Ugh... Detesto las piñas. — Se le escapó el comentario, abiertamente, hacia Ubben que todavía estaba a su lado.

En realidad no tenía nada en contra de Tofun, que estaba super graciosete con aquel disfraz. Pero es que tenía una fuerte alergia a las piñas, precisamente. Le daba repelús de tan solo pensarlo. Pero era mejor no pensar en ello.

La boda fue transcurriendo de manera caótica, bonita y divertida al mismo tiempo. La atención de Asradi se había posado, en algunos momentos, sobre la novia en sí. ¿¡Ciento cuatro años!? ¿Los humanos vivían tanto? Tenía entendido que no pero, al parecer, había ciertos prodigios al respecto. Como esa señora.

Y como el tipo que estaba dando el discurso.

Menudos pulmones... — Susurró la chica, vestida de sashimi, mientras Stan daba todo el discurso con la parafernalia.

Miró de reojo a su acompañante, susurrándole casi cerca del oído.

Oye, ¿qué es Netflix? ¿Es algún plato exótico o algo así? — No, no tenía ni idea de a lo que se refería. Todavía no conocía mucho mundo y era algo inocente en algunos aspectos. Aunque demasiado pícara en otros.

Finalmente, la boda continuó, pero ya para dar lugar al festejo en sí. Asradi incluso lanzó, a los novios, unos puñados de arroz que formaban parte de su propio disfraz. Parecía que también se hacían apuestas sobre cuánto duraría aquel matrimonio. Suponía que hasta que a la vieja le diese un jamacuco. O, a lo mejor, le daba antes a Tofun en la noche de bodas. Imaginarse la escena fue tan cómica que tuvo que contener una carcajada. Y entonces, con los fuegos artificiales sobre el cielo, lo vió.

¡ESE SÍ QUE ES UN GRANDULLÓN! — Había visto al wotan. ¡Cómo para no verlo con esa envergadura!

Los ojos azules de Asradi se abrieron de par en par y no dudó en saludar al enorme coloso marino. No lo conocía y suponía que sería uno de los invitados de Tofun. Pero siempre era agradable tener a un camarada oceánico por los alrededores. ¿Cuánto comería esa cosa? Seguro sería capaz de acabar con toda la comida del banquete de un par de sentadas. La sirena le sonrió ligeramente, antes de que su atención y su vista continuasen curioseando por el lugar. Había marines, lo que le puso un poco nerviosa. Miró de reojo a Ubben, el cual se había presentado con otro nombre, y le sonrió con cierta complicidad. No solo por Ubben, sino también por ella misma.

Por inercia sus manos se dedicaron a recolocar, con naturalidad, el disfraz que llevaba, sobre todo en la zona de la espalda, no dejando que ni una sola porción de piel de dicha zona se pudiese ver. Y, sobre todo, lo que había debajo de esa tela. Al volver a echar un vistazo entre los marines, vió una cara conocida. Galhard le había saludado de manera tímida, casi. Pero es que estaba demasiado gracioso. Recordaba lo serio y bien portado que había sido en aquella ocasión, con ella, en la playa y demás.

Y no se contuvo.

¡GALHARD, MENUDO PLATANOTE TE CARGAS! — Ahí, a todo pulmón y acompañado de una gran, y melódica, carcajada.

Y eso que todavía no había bebido ni gota de alcohol, pero es que había sido totalmente inevitable. Al volver a mirar al pelicastaño, Asradi tenía una sonrisa esplendorosa, traviesa y los ojos brillando de la misma índole. Era una desgracia con cola cuando se lo proponía. Una desgracia para los demás, todo sea dicho.

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RE: [Boda] Gertrudis Longbottom & Tofun Threepwood - por Asradi - 14-09-2024, 03:11 PM

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