Anko
Médica Despiadada
29-07-2024, 12:48 PM
Luego de la reunión con su hermana y su encuentro casual con un grupo de sujetos con personalidades y físicos peculiares, la peli marrón tuvo la oportunidad de plantarse en las tierras de la Isla de Dawn, un lugar completamente diferente al entorno selvático y montañoso en el que había nacido y crecido. No había un motivo especial por el cual Anko visitaba aquella Isla, simplemente pudo visitarla y ya está, pero como si de él destino se tratase, un trabajo aguardaba para ella, un trabajo de los que a ella le gustaban, uno donde podía ayudar a la gente.
Gracias a algunos folletos tirados en las calles, la Marine se pudo enterar sobre los animales que acechaban los alrededores de la Villa Fosha, interrumpiendo con la enorme calma y seguridad que caracterizaba al poblado. Sus ojos se movían de lado a lado de forma sutil, leyendo lo que ahí estaba escrito, en donde se detallaban todos los pormenores del pequeño trabajo que solicitaba voluntarios. Si bien no era un trabajo que la Marina le hubiera asignado; o tal vez sí, a ella le interesaba ganar algo de dinero y reputación, pero lo realmente importante era ayudar a la gente.
Sin prisa, la joven se dirigió hasta la zona de reunión con el resto de voluntarios, guiada por un pequeño mapa al reverso del folleto. Su andar la llevó a recorrer la zona boscosa de la Isla, que, gracias a su gran sentido de la orientación, pudo seguir el mapa que la guiaba sin mucha dificultad salvo una que otra excepción, pero en general no tuvo problemas. Talvez se hubiera evitado de esos problemitas si hubiera acudido a algún lugareño, pero su leve orgullo no la dejaba hacerlo, eso sumado a que siempre conoció el lugar en el que nació y para ella era demasiado fácil navegar por ahí, mala su suerte cuando se dio cuenta que sí o sí tenía que aprender de los nuevos lugares, pues no todos son iguales y no se puede fiar siempre de su sentido avanzado pata orientarse.
Luego de algún rato, finalmente hizo acto de presencia en el lugar de la reunión, siendo un joven de tez morena y cabellera oscura lo que llamó la atención de la médica. Además del enorme cartel que portaba, indicando que sería él quien podría dar indicaciones para detener la plaga de la Villa Fosha, pero no sólo eso, su atención también se desvío a otro joven que preguntaba justamente por eso, la particularidad era que el chico hablaba a la nada, lejos del informante, aunque la bandana en su rostro, cubriendo la zona de sus ojos podía dar información del porqué estaba actuando así.
— Vengo por lo del folleto, ya sabes, el problema con los animales —. Dijo Anko hacía el moreno, pero pasándolo de largo para ir en dirección al imponente hombre ciego. — Eh grandote… El informante está por acá… —. Luego de decir eso, la chica intentaría tomar suavemente al joven de su brazo con la intención de llevarlo frente al moreno, claro, de forma sutil, pues no quería hacer sentir que ella podría representar una amenaza al tocarlo sin su consentimiento.
Gracias a algunos folletos tirados en las calles, la Marine se pudo enterar sobre los animales que acechaban los alrededores de la Villa Fosha, interrumpiendo con la enorme calma y seguridad que caracterizaba al poblado. Sus ojos se movían de lado a lado de forma sutil, leyendo lo que ahí estaba escrito, en donde se detallaban todos los pormenores del pequeño trabajo que solicitaba voluntarios. Si bien no era un trabajo que la Marina le hubiera asignado; o tal vez sí, a ella le interesaba ganar algo de dinero y reputación, pero lo realmente importante era ayudar a la gente.
Sin prisa, la joven se dirigió hasta la zona de reunión con el resto de voluntarios, guiada por un pequeño mapa al reverso del folleto. Su andar la llevó a recorrer la zona boscosa de la Isla, que, gracias a su gran sentido de la orientación, pudo seguir el mapa que la guiaba sin mucha dificultad salvo una que otra excepción, pero en general no tuvo problemas. Talvez se hubiera evitado de esos problemitas si hubiera acudido a algún lugareño, pero su leve orgullo no la dejaba hacerlo, eso sumado a que siempre conoció el lugar en el que nació y para ella era demasiado fácil navegar por ahí, mala su suerte cuando se dio cuenta que sí o sí tenía que aprender de los nuevos lugares, pues no todos son iguales y no se puede fiar siempre de su sentido avanzado pata orientarse.
Luego de algún rato, finalmente hizo acto de presencia en el lugar de la reunión, siendo un joven de tez morena y cabellera oscura lo que llamó la atención de la médica. Además del enorme cartel que portaba, indicando que sería él quien podría dar indicaciones para detener la plaga de la Villa Fosha, pero no sólo eso, su atención también se desvío a otro joven que preguntaba justamente por eso, la particularidad era que el chico hablaba a la nada, lejos del informante, aunque la bandana en su rostro, cubriendo la zona de sus ojos podía dar información del porqué estaba actuando así.
— Vengo por lo del folleto, ya sabes, el problema con los animales —. Dijo Anko hacía el moreno, pero pasándolo de largo para ir en dirección al imponente hombre ciego. — Eh grandote… El informante está por acá… —. Luego de decir eso, la chica intentaría tomar suavemente al joven de su brazo con la intención de llevarlo frente al moreno, claro, de forma sutil, pues no quería hacer sentir que ella podría representar una amenaza al tocarlo sin su consentimiento.