MC duck
Pato
15-09-2024, 03:43 AM
Camille y Octojin podían sentir que una amenaza se cernía sobre ellos, una sensación de que el peligro se acercaba, y luego se alejaba entre las sombras sin ser visto, era más bien una sensación extraña, como si se sintieran la proximidad de un evento peligroso, pero que no terminaba de pasar, pero que en algún momento ocurrirá inevitablemente.
(Que no sean ellos, que no sean ellos, que no sean ellos…)
Pensaba el mensajero mientras cruzaba el campo de entrenamiento para ir a preguntar a la gente más alejada del campo, los que practicaban en las barras, quienes señalan en dirección a Camille y Octojin, El mensajero cruzaría todo el campo de entrenamiento, evitando de manera visible acercarse a ese par y preguntaría a la gente del otro lado del campo, quienes estaban levantando pesas, quienes señalan en reversa a Camille y Octojin, pero desde el otro lado.
(mierda, mierda, mierda…)
El cartero entonces empezará a perseguir a los que corrían en círculo por el campo, por si eran ellos quienes al estar corriendo en círculos podían estar causándole una mala pasada. Ellos muy amablemente le indicarían.
-¿ves ese tiburón enorme de dientes afilados? A su lado, la chica, esa que da tanto pavor.
(joder, joder joder….)
Había escuchado historias del “terror blanco” de la marina, ese Gyojin que podía destrozar criminales y partirlos con sus manos y dientes, aunque era un cachorrito al lado de Camille, quien a pesar de aparentar ser humana, tenía cuernos y esa mirada que de alguna forma demostraban que no era humana ¿O solo se lo estaba imaginando?
Finalmente el mensajero reunió valor para encararlos, aun con las piernas temblando.
Mensajero de la marina, G23
-Ca... Camille Mon...Montpe... eso ¿Eres tu?- Finalmente Saco una carta- Es de... la capitana Beatrice Montpellier
Normalmente un tipo atractivo como él intentaría sacarle una sonrisa, o tirarle los trastos a una marine guapa como ella, pero de alguna forma le aterraba casi tanto como aquel tiburón de cuerpo... extrañamente macizo y atractivo... No sabia si eran sus rasgos no-humanos o que se apellidara como la capitana que tanto le aterraba.
-pu... pues eso- Tendió la carta, inclinándose y poniéndose de puntillas para dejar el mayor espacio posible entre él y ellos- ¡Hasta luego!
La carta era muy del estilo de la capitana, no habían signos de que nadie la hubiera forzado u ojeado antes que tu. Al abrir la carta podías reconocer la letra de tu capitana, pero era muy escueta y podía notarse cierta tensión y premura en su redacción, siendo frases u ordenes simples.
El despacho de Beatrice parecía un caos, algo inusual, mientras ella parecía estar escribiendo y sellando papeles, solo levanto la mirada para dar una orden.
-Cerrad la puerta cuando entréis.- Termino de sellar unos informes mas antes de alzar la vista con una mirada seria -¿A cuantas personas habéis comentado lo que hicisteis el otro día? En el almacén, lo que encontrasteis.
La capitana espero a que ambos respondieran, mientras sostenía sus manos delante de su boca como si estuviera pensando o intentando ocultar sus facciones, mientras esperaba tal vez que hubiera una solución sencilla, una fuga de información que lo explicara todo.
-La caja que me trajiste, ha sido sustraída del almacén de pruebas, hace un par de horas- declaro finalmente -Asesinaron a un guardia. Y No tengo forma de saber como lo hizo alguien de fuera, así que lo único que me queda es pensar que lo hizo alguien de la marina.- Inspiro unos segundos antes de añadir - Si nosotros tres somos los únicos que lo sabíamos, y no lo hemos compartido, o aquí, en esta habitación hay un traidor... O tenemos un topo en la sede G23 de la Marina. - Miro a Octojin, no quería ser indiscriminada pero no tenían tiempo para andarse con rodeos- ¿confías en él?- había que asegurarse, aunque no tenia sentido que Octojin hubiera permitido la entrega de la caja si iba a llevársela al final, pero por si acaso- Descartados los de esta habitación, solo quedan los demás. He dado instrucciones para sellar temporalmente la sede de la marina, hasta esclarecer los hechos.
Luego tomo los informes que había sellado rigurosamente y se los presento.
-De momento sois los únicos que podéis entrar y salir de la sede, aparte de los altos cargos, por si tuvierais que salir a buscar pruebas.- Demostrando no solo que había pretendido confiar en ellos desde el principio, sino que eran su única opción de resolver este atentado directo contra la marina.- No se si aun podréis recuperar esa caja, pero la prioridad actual es encontrar al Topo, bueno, más bien al asesino...
(Que no sean ellos, que no sean ellos, que no sean ellos…)
Pensaba el mensajero mientras cruzaba el campo de entrenamiento para ir a preguntar a la gente más alejada del campo, los que practicaban en las barras, quienes señalan en dirección a Camille y Octojin, El mensajero cruzaría todo el campo de entrenamiento, evitando de manera visible acercarse a ese par y preguntaría a la gente del otro lado del campo, quienes estaban levantando pesas, quienes señalan en reversa a Camille y Octojin, pero desde el otro lado.
(mierda, mierda, mierda…)
El cartero entonces empezará a perseguir a los que corrían en círculo por el campo, por si eran ellos quienes al estar corriendo en círculos podían estar causándole una mala pasada. Ellos muy amablemente le indicarían.
-¿ves ese tiburón enorme de dientes afilados? A su lado, la chica, esa que da tanto pavor.
(joder, joder joder….)
Había escuchado historias del “terror blanco” de la marina, ese Gyojin que podía destrozar criminales y partirlos con sus manos y dientes, aunque era un cachorrito al lado de Camille, quien a pesar de aparentar ser humana, tenía cuernos y esa mirada que de alguna forma demostraban que no era humana ¿O solo se lo estaba imaginando?
Finalmente el mensajero reunió valor para encararlos, aun con las piernas temblando.
Mensajero de la marina, G23
-Ca... Camille Mon...Montpe... eso ¿Eres tu?- Finalmente Saco una carta- Es de... la capitana Beatrice Montpellier
Normalmente un tipo atractivo como él intentaría sacarle una sonrisa, o tirarle los trastos a una marine guapa como ella, pero de alguna forma le aterraba casi tanto como aquel tiburón de cuerpo... extrañamente macizo y atractivo... No sabia si eran sus rasgos no-humanos o que se apellidara como la capitana que tanto le aterraba.
-pu... pues eso- Tendió la carta, inclinándose y poniéndose de puntillas para dejar el mayor espacio posible entre él y ellos- ¡Hasta luego!
La carta era muy del estilo de la capitana, no habían signos de que nadie la hubiera forzado u ojeado antes que tu. Al abrir la carta podías reconocer la letra de tu capitana, pero era muy escueta y podía notarse cierta tensión y premura en su redacción, siendo frases u ordenes simples.
El despacho de Beatrice parecía un caos, algo inusual, mientras ella parecía estar escribiendo y sellando papeles, solo levanto la mirada para dar una orden.
-Cerrad la puerta cuando entréis.- Termino de sellar unos informes mas antes de alzar la vista con una mirada seria -¿A cuantas personas habéis comentado lo que hicisteis el otro día? En el almacén, lo que encontrasteis.
La capitana espero a que ambos respondieran, mientras sostenía sus manos delante de su boca como si estuviera pensando o intentando ocultar sus facciones, mientras esperaba tal vez que hubiera una solución sencilla, una fuga de información que lo explicara todo.
-La caja que me trajiste, ha sido sustraída del almacén de pruebas, hace un par de horas- declaro finalmente -Asesinaron a un guardia. Y No tengo forma de saber como lo hizo alguien de fuera, así que lo único que me queda es pensar que lo hizo alguien de la marina.- Inspiro unos segundos antes de añadir - Si nosotros tres somos los únicos que lo sabíamos, y no lo hemos compartido, o aquí, en esta habitación hay un traidor... O tenemos un topo en la sede G23 de la Marina. - Miro a Octojin, no quería ser indiscriminada pero no tenían tiempo para andarse con rodeos- ¿confías en él?- había que asegurarse, aunque no tenia sentido que Octojin hubiera permitido la entrega de la caja si iba a llevársela al final, pero por si acaso- Descartados los de esta habitación, solo quedan los demás. He dado instrucciones para sellar temporalmente la sede de la marina, hasta esclarecer los hechos.
Luego tomo los informes que había sellado rigurosamente y se los presento.
-De momento sois los únicos que podéis entrar y salir de la sede, aparte de los altos cargos, por si tuvierais que salir a buscar pruebas.- Demostrando no solo que había pretendido confiar en ellos desde el principio, sino que eran su única opción de resolver este atentado directo contra la marina.- No se si aun podréis recuperar esa caja, pero la prioridad actual es encontrar al Topo, bueno, más bien al asesino...