Anko
Médica Despiadada
15-09-2024, 09:21 AM
El ser llamada “lindura” también era algo nuevo para ella, parecía ser que su pequeña salida con Yoshiro estaba trayendo nuevas experiencias a su vida, después de todo, una vida llena de entrenamiento y estudios por parte de Anko la mantenían ocupada la mayor parte del tiempo, por lo que no tenía mucha oportunidad de salir o divertirse, siendo pocas las veces en las qué había obtenido aquella oportunidad. Obviamente, aquel pequeño cumplido la hizo sentir feliz de alguna manera, no sabía por qué, talvez sólo sea el sentimiento de ser halagado.
Anko siguió nuevamente al cazador hasta su hogar en el muelle. Lo primero que notó fue que la pequeña casa de madera estaba equipada con sombreros, herramientas y armas por todos lados, tenía que admitir que en cuanto vio eso, no pensó en un hogar común y corriente, aquella estructura podría ser algo más, talvez un negocio de artesanías, esto por las herramientas y materiales que se podían apreciar a simple vista. Anko desconocía completamente la ocupación de Yoshiro como cazador, pero al menos, ya podría intuir que el chico se trataba de algún artesano.
La peli marrón fue invitada a pasar y ella agradeció el gesto con una sutil reverencia antes de ingresar, dentro, fue cuestionada sobre sí requeriría algo como tomar agua o ir al baño. — No, gracias. Así estoy bien, yo te espero —. Dijo la joven mientras le tomaba la palabra al cazador y depositaba sus espadas en aquel balde que estaba siendo también ocupado por herramientas de fabricación. Ella tomó asiento mientras esperaba a Yoshiro. Su mirada curiosa continuaba explorando la casa de su anfitrión, siempre era bueno cambiar un poco de aires y conocer personas nuevas, aunque ella era un poco novata en socializar.
Los minutos pasaron, la espera no fue larga ni tediosa y finalmente el joven apareció, su vestimenta era totalmente diferente a la que llevaba momentos atrás, se trataba de un estilo bastante casual y llamativo para el ojo humano, aquella elección de prendas hacía ver a Yoshiro como una persona ruda, sin duda, un estilo que se podría decir, era del gusto de la marine. — Hey… Te ves genial, hombre —. Su puño dio un suave y sutil golpe al hombro del Hafugyo para afirmar su comentario. Posteriormente, tomaría sus armas de filo nuevamente y las equiparía en su cintura, ocultándolas levemente con su gabardina marrón.
— ¡Bien! Esta… reunión de amigos, promete bastante, debo decir que está superando mis expectativas —. Sin más, ambos partieron de la casa en el muelle de Yoshiro en dirección a Shimotsuku para visitar aquella cafetería que tanto presumía Yoshiro. Las palabras de Anko no eran mentira, se la estaba pasando bien en compañía del medio tiburón que había conocido momentos atrás, aún cuando solo habían caminado poco y compartido pequeños comentarios durante su caminata.
Anko siguió nuevamente al cazador hasta su hogar en el muelle. Lo primero que notó fue que la pequeña casa de madera estaba equipada con sombreros, herramientas y armas por todos lados, tenía que admitir que en cuanto vio eso, no pensó en un hogar común y corriente, aquella estructura podría ser algo más, talvez un negocio de artesanías, esto por las herramientas y materiales que se podían apreciar a simple vista. Anko desconocía completamente la ocupación de Yoshiro como cazador, pero al menos, ya podría intuir que el chico se trataba de algún artesano.
La peli marrón fue invitada a pasar y ella agradeció el gesto con una sutil reverencia antes de ingresar, dentro, fue cuestionada sobre sí requeriría algo como tomar agua o ir al baño. — No, gracias. Así estoy bien, yo te espero —. Dijo la joven mientras le tomaba la palabra al cazador y depositaba sus espadas en aquel balde que estaba siendo también ocupado por herramientas de fabricación. Ella tomó asiento mientras esperaba a Yoshiro. Su mirada curiosa continuaba explorando la casa de su anfitrión, siempre era bueno cambiar un poco de aires y conocer personas nuevas, aunque ella era un poco novata en socializar.
Los minutos pasaron, la espera no fue larga ni tediosa y finalmente el joven apareció, su vestimenta era totalmente diferente a la que llevaba momentos atrás, se trataba de un estilo bastante casual y llamativo para el ojo humano, aquella elección de prendas hacía ver a Yoshiro como una persona ruda, sin duda, un estilo que se podría decir, era del gusto de la marine. — Hey… Te ves genial, hombre —. Su puño dio un suave y sutil golpe al hombro del Hafugyo para afirmar su comentario. Posteriormente, tomaría sus armas de filo nuevamente y las equiparía en su cintura, ocultándolas levemente con su gabardina marrón.
— ¡Bien! Esta… reunión de amigos, promete bastante, debo decir que está superando mis expectativas —. Sin más, ambos partieron de la casa en el muelle de Yoshiro en dirección a Shimotsuku para visitar aquella cafetería que tanto presumía Yoshiro. Las palabras de Anko no eran mentira, se la estaba pasando bien en compañía del medio tiburón que había conocido momentos atrás, aún cuando solo habían caminado poco y compartido pequeños comentarios durante su caminata.