Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
15-09-2024, 02:17 PM
(Última modificación: 18-09-2024, 06:42 PM por Gautama D. Lovecraft.
Razón: ayyy ayyy ayy el resumen!
)
~ El despertar de la Voluntad del Loto ~
Misión de temporada: La mercancía misteriosa
De entre los muchos caminos que un marine podía tomar a lo largo de su carrera, no había uno de mayor regocijo para sí mismo que obrar en nombre de La Marina blandiendo la justicia y la humanidad para defender la buena causa de esta. Era cierto que sabía los muchos perfiles que componían el cuerpo, y los desviados caminos que algunos tomaban, pero mi labor en esta campaña confiaba en que junto a la familia Lotus Marine, fuéramos capaces de limpiar esta y orientarla hacia la verdadera meta humanitaria que anhelábamos alcanzar. Para ello, había que pasar antes por algunas tareas acordes al cargo que ostentábamos, concienciados en que debíamos de considerar las órdenes de los superiores nos agradasen o no, pero en el latir de cada uno de nosotros, se oraba profundamente para que en un futuro próspero, fuéramos quienes diéramos las directrices que comenzaran a transformar el devenir de la entidad militar, y en mi interior, estaba forjada a plena conciencia por mi voluntad, que la culminación de esta se hallaba en el cargo del Almirante de Flota.
Aquella mañana venía presentándose despejada y bastante soleada, con la húmeda brisa marina acariciando los uniformes del pelotón que formaba en el muelle. Uniformados y rectos, esperábamos en formación a que el enorme buque de la marina que se acercaba terminase por atracar en el puerto. En él, esperaríamos órdenes de alguien en su interior para ser mandados a una misión concreta. Como tal, era la primera misión oficial que realizaría como marine, y tras ser avisado desde hacía varios días, fui concienciándome y preparándome de lo que podía llegar a suponer, pues era sin duda el inicio de un todo, el inicio de Lotus Marine.
A mis costados y en primera línea, 5 de los integrantes de la brigada se personificaban dispuestos a cumplir con éxito la tarea que íbamos a tener por delante. Nagaki, Galhard, Anko, Cadmus y un servidor, permaneceríamos expectantes ante el cometido que íbamos a tener de forma inminente, pues cuando de aquel gran barco de La Marina comenzó a salir sus marines, la figura femenina de alguien destacaba por la pasarela que conectaba la proa del barco con el muelle en el que nos encontrábamos. Mi vista viejuna no alcanzaba a diferenciar con claridad su rango, pero su posición entre los 10 hombres que la acompañaba la hacían resaltar y diferenciarse. Presentaba un porte recto y disciplinado, conforme se acercaba al grupo, podía verse a simple vista que aquella mujer, que se presentó como la Sargento Bridget y sería la coordinadora de la misión, transmitía una rigidez sin igual, y su rostro inmutable daba buena cuenta de ello.
Mi primera impresión para ser sincero, fue confusa tras escuchar su cargo, pues desconocía el porqué de alguien de menor rango podía encargarse de tal tarea e incluso ordenar a unos superiores, sin embargo, supuse que por méritos propios y conducta ejemplar, la habían designado tal labor a pesar de que podía encontrarse con un rango superior a esta, como era el caso de Cadmus, Anko, Galhard y el mío. No obstante, su presencia inspiraba respeto, no tardó en agradecernos nuestra presencia allí ni de hacernos presentar uno a uno.
- Suboficial Lovecraft. -
Dije alto y claro, cuadrándome. Cuando tras las presentaciones, uno de sus subalternos le llamó la atención para indicarle que un civil, con el oficio de mercader, se había dispuesto a subir a bordo al barco. Comencé a entretejer en mi mente las primeras conjeturas del objetivo que íbamos a tener, cuando sin mucha más dilación, la Sargento Bridget pareció confirmarla, pues desde su boca, salieron las órdenes que debíamos de seguir para lo que nos habían llamado. Oficialmente, debíamos de escoltar una supuesta mercancía a bordo de aquel barco hasta el Reino de Goa... ¿Se refería al Refugio de Goat? No tenía mucha información sobre el destino, suponía que bien podría ser un sitio importante en cuanto a algún aspecto mercantil o gubernamental, ya que tanta escolta para una mercancía debía de suponer algo más allá de lo cotidiano, y no descartaba que se tratase de algún tipo de información, o quien sabe qué.
Tras ello, sentenció comunicándonos que al tener otras obligaciones no iba a estar presente en el traslado, por lo que alguien debía de comandar la misión hasta su destino. He de reconocer, desde ese momento, que dudé por mis capacidades comunicativas, pues sabía que mantener un voto de silencio en algunos ámbitos podía ser un lastre, sin embargo, mi determinación y mi voluntad, iban más allá de mis restricciones físicas, mi mando sería escueto, pero más firme que la justicia que sosteníamos como estandarte, unidos y también sabía que pese a mis impedimentos, Anko, Cadmus, Galhard y Nagaki, se encargarían de apoyarme en lo que fuera necesario.
- Presente. -
Dije, en señal de querer asumir la responsabilidad de llevar el mando de la misión. Sin tener la certeza de que alguien más lo haría, pero convencido interiormente de que, todo marine del pelotón del muelle que se subiera a ese barco, debía de defenderlo con uñas y dientes, recibiera un tipo de orden o no, por lo que en el código de cada uno quedaba el hecho de dejarse la piel escoltando la mercancía hasta su punto final.