Dharkel
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15-09-2024, 05:06 PM
- Nunca falta quién sobrestima sus capacidades. - Se acercó al explorador y murmuró -. Aunque algo me dice que pronto van a desear haberte escuchado.
Tomasen la decisión que tomasen, solo esperaba que el aguacero pasase rápido, pues complicaba exponencialmente la labor de mantener vivas a aquellas personas en un entorno hostil y presumiblemente lleno de depredadores.
- Tch. – Fue toda la réplica que el capitán obtuvo de su compañero en señal de desaprobación.
Estaba acostumbrado a tener razón. O al menos a creer que la tenía. Contar la misma mentira una y otra vez hizo que en más ocasiones de las que le gustaría reconocer, Dharkel se acabase creyendo sus propias mentiras. Gajes del antiguo oficio. También le molestaba que no se escuchasen sus consejos o indicaciones. Especialmente cuando iban dirigidos a personas que no daban su brazo a torcer, ya fuese porque consideraban que el espadachín no tenía la experiencia necesaria para impartirlos o por simple orgullo. Por suerte Silver era una persona razonable y aparentemente con los pies en la tierra; a veces.
- Bien, tomad un descanso. Pero no os quedéis demasiado cómodos. – Se acercó a la orilla del río, se refrescó y estudió el entorno. Dharkel le siguió, mirando de reojo a los investigadores, especialmente al que casi se lo lleva el río. - Busquemos un punto donde el cauce sea más estrecho o las rocas nos ayuden a cruzar. Y mantén un ojo en ellos, no sea que uno decida echarse a nadar.
- ¿Hemos acordado mantenerles a salvo de sí mismos? – Una media sonrisa se manifestó en su rostro cuando casi salta un bufido. No pudo evitar pensar en cómo habría reaccionado Balagus ante esa situación y lo fácilmente que la habría resuelto a base de fuerza bruta. – Revisaré los mapas mientras hago de niñera.
Se acachó, apagó el cigarro dando unos toques con el mismo a su bota y al igual que su compañero se acercó al río y metió una mano en el agua para intentar calcular la velocidad que tenía la corriente. Al cabo de unos segundos la sacó con algo de agua y bebió, volviendo al improvisado campamento.
- ¡Eh, tú! Sí tú, no te hagas el loco. No dejes tus cosas tiradas por ahí si no quieres que haya accidentes innecesarios – reprendió a uno. – No dejes la comida al aire libre a menos que quieras que aparezcan depredadores. – Le dio un toque con la mano a otro que estaba en su camino. Inspiró aire con fuerza y lo exhaló despacio. – Déjame ver ese mapa. – Le quitó prácticamente de las manos un trozo de papel relativamente nuevo a un tercero, lo ojeó por encima y lo guardó en un bolsillo.
No tardó en alcanzar nuevamente la linde de la jungla tropical. Contempló los árboles a su disposición y cuando eligió uno basándose en su localización ventajosa y lo escaló. Mientras estaba trepando advirtió una serpiente camuflada entre las ramas, la decapitó con un rápido movimiento y tiró el cuerpo sin cabeza hacia el grupo. No para reírse ni burlarse de ellos, si no para comprobar sus capacidades de reacción. Un par de ellos rápidamente asieron el palo que usaban como apoyo y lo pusieron entre sí mismos y el cadáver, otros tantos se asustaron dando un respingo en el sitio y algunos ni si quiera llegaron a darse cuenta.
- Ahí tenéis algo de comida. Estad atentos si lo cocináis y avisadme si veis el más mínimo peligro.
- ¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo vamos a comernos eso? – increpó el individuo que estuvo a punto de perder la vida.
- He oído que si lo mezclas con trufas puedes llegar a conseguir un plato exquisito – dijo uno con ojos brillantes mientras se llevaba una mano a la barbilla, pensativo.
- ¿Seguro que es comestible? – Preguntó otro agachado mientras daba tímidos golpecitos con un palo al cuerpo a una distancia prudencial.
Dharkel negó con la cabeza y se sentó en una gruesa rama con las piernas cruzadas. Desde esa posición podía vigilar el improvisado campamento y a todos sus integrantes. Sumergió su mirada en el mapa, intentando no perder de vista a los investigadores, los cuales parecían niños pequeños que habían salido a una cómoda y segura excursión, con lo que parecía la percepción de la realidad totalmente alterada. O quizás solo eran un par de ellos jugando a ser insufribles mientras el resto de la clase se comportaba y los había calificado a todos por igual.
- ¿Esto es lo que han sentido Balagus y Airok durante todos estos años? No habrá tiempo ni joyas suficientes en el mundo para enmendarlo… – dijo para sus adentros.
Siguiendo el curso del río con la mirada y verificando múltiples veces el mapa para cerciorarse de que coincidía, encontró un posible camino. Un estrecho junto a lo que en la distancia parecía ser una caída. Entrecerró los ojos, intentando vislumbrar con mayor claridad la distancia, pero una repentina lluvia obstaculizó tal labor, oscureciendo el cielo, apagando una pequeña hoguera en la que se estaba cocinando algo de carne y reduciendo aun más su rango de visión. Poco a poco la lluvia fue aumentando su intensidad.
- ¡Silver! – Saltó de la rama, cayendo al suelo casi de rodillas y se incorporó, buscando a su capitán para darle las noticias. – He encontrado un estrecho en dirección noreste, siguiendo el curso del río a unos pocos kilómetros de distancia. – Hizo una pausa para coger aire. – Me pareció ver una caída junto al estrecho, el río termina abruptamente. Es peligroso, pero salvo que hayas encontrado otro camino parece ser nuestra única opción.