Hay rumores sobre…
... un algún lugar del East Blue los Revolucionarios han establecido una base de operaciones, aunque nadie la ha encontrado aun.
[Aventura] [A -T1] [Autonarrada] Extraña visión
Juuken
Juuken
Día 19 de Verano del año 724

La sala que me rodeaba se volvía turbia, un baile de sombras me atormentaba por todas partes, el frío me helaba hasta los huesos. Mi cuerpo era incapaz de endurecerse, no podía sentir otra cosa que no fuera tristeza y pesadumbre. Las energías habían abandonado mi cuerpo y poco a poco comenzaba a sentir agarrotamiento en mis músculos. A mi alrededor cada vez hacía más frío, una capa de escarcha comenzaba a cubrir todo, desde aquellas difusas paredes hasta mi cuerpo.

Subiendo lentamente notaba el frío calando desde mis pies. Miré hacia abajo, una fina capa blanquecina comenzaba a cubrirlos y extenderse hacia arriba por todo mi cuerpo, llegando a las piernas, de ahí al torso. Miré al frente, esas sombras levitaban y danzaban a mi alrededor, toda esperanza desaparecía de mi cuerpo a la vez que la desesperación inundaba mi alma y desbordaba la tristeza por cada poro de mi piel. Esa escarcha continuó subiendo. Mi habilidad no se activaba, no tenía control alguno sobre mi cuerpo ni sobre mi akuma no mi.

Esa escarcha continuó ascendiendo, congelando cada palmo y cada rincón de mi cuerpo. Pasó el límite de mi cuello comenzó a helar mi cabeza. Era incapaz de mover mi cabeza más, mi cuello incapacitado, sentía que de forzarlo se quebraría. Sentía que necesitaba tener vigiladas esas sombras, no podía moverme pero sentía esa imperiosa necesidad de tenerlas vigiladas y controladas en todo momento. Quería tener la oportunidad de defenderme. La gélida sensación llegó a mis ojos, lo que hizo que mi cuerpo se terminase de sobresaltar y estallar.

De un brinco prácticamente me incorporé del camastro, alzando el puño derecho para golpear a la sombra que al final del todo estaba delante de mí. Un sudor frío recorría mi frente a la vez que mi respiración acelerada cortaba el silencio de la noche. Sin embargo continuaba teniendo esa sensación de que me encontraba rodeado de algo. Pensaba que había sido un sueño, sin embargo era como si esas criaturas continuasen a mi alrededor.

Por primera vez en mucho tiempo me sentía profundamente aterrado. Notaba la presencia gélida de algo a mi izquierda. Giré mi cabeza despacio. Tan solo el vacío de la noche, más adelante el camastro de Shiro, donde el peliblanco dormía a pierna suelta. A mi derecha también había otra sensación, más fuerte, más grande y amenazante. Con miedo en mi interior me volteé hacia ese lateral, solo para descubrir que ahí era donde se encontraba el camastro de Qazan.

Sentía que me iba a volver loco. Mi corazón a diferencia de relajarse, tan solo se alteraba más, mi respiración se volvía más irregular y el sudor que caía desde mi frente cada vez se notaba más frío. Tenía que salir de allí, debía salir de la sala y tomar un poco el aire, aquello era superior a mis fuerzas.

Con gran torpeza me levanté del camastro, sentí un leve mareo, posiblemente provocado por mi propio nerviosismo. Choqué contra mi propio camastro y me dirigí hacia la salida torpemente. No fuí realmente consciente de mis actos, pero estaba haciendo tanto ruido que lo raro era que no se levantase nadie.

Mi sangre se heló nuevamente con una presencia de un gran tamaño, próximo a la salida. Miré hacia esa dirección y pude ver que allí estaba la gran jabalí roncando con fuerza, lo que probablemente acabaría amortiguando mi propio ruido y camuflándome para salir de allí sin que nadie se percatase de aquello. Tampoco quería que nadie se levantase, por lo que podía ver todavía no había amanecido.

Salí de allí con presteza. La noche era fría, o tal vez así la notaba por esa sensación que todavía recorría mi cuerpo y mi espalda. Un escalofrío constante recorría todo mi cuerpo, impidiendo que lograse relajarme. Miré mis propias manos mientras me apoyaba en una pared. Utilicé mi habilidad, en esa ocasión mis manos se cubrieron con ese elemento cristalino que caracterizaba mi poder. En parte eso hizo que me relajase algo más, pero seguía sin comprender qué había ocurrido.

Tan solo había sido una pesadilla, no era la primera ni sería la última que tendría en toda mi vida. Esta ocasión había algo diferente, esa sensación de que aquellas criaturas todavía estaban ahí a mi alrededor no se desvanecía, continuaba teniendo esas sensaciones por todas partes, a través de las paredes, por delante, por detrás. Sentía que me iba a volver loco. Me agazapé, flexioné las rodillas y me quedé prácticamente sentado, con las manos encima de mi cabeza. Necesitaba relajarme como fuera.

Sentí otra vez aquella sensación, una de esas sombras se acercaba a mí, venía por el mismo camino que había llegado yo a ese mismo lugar. No tenía fuerzas ni energías en ese momento para hacer nada, tan solo esperaba que esa sensación pasara de largo. Tenía el presentimiento de que estaba a punto de perder la cabeza.

-Supongo que has tenido otra vez esas pesadillas, ¿Verdad?

Alcé la mirada hacia esa voz que me habló. Me percaté que esa presencia que se había estado acercando, ahora estaba detenida, justo de donde había venido esa voz. Lance estaba ahí plantado con dos botellas de agua. Alcé la cabeza un poco. Me arrojó una de esas botellas que cogí en el aire. Parece que le había despertado con mi huída de la habitación.

Me quedé mirando la botella sin decir nada, la abrí y pegué un un pequeño sorbo. Por un instante comencé a sentir que mi corazón se comenzaba a relajar. Por lo menos los latidos ya no iban en aumento y mis nervios comenzaban a calmarse.

-Es extraño -le respondí en voz baja, con pesar en mis palabras-. Esta vez es diferente. Me estoy volviendo loco, Lance. Siento como si hubiera algo a mi alrededor, en todo momento. He visto sombras en mi sueño -me expliqué vagamente sin saber exactamente qué le iba a contar-, cuando me he despertado, ha sido como si esas sombras siguiesen a mi alrededor, en Shiro, en Gretta, en Goku.

Miré directamente hacia él, todavía sentía esa sensación, como si una de esas sombras se hubieran alojado en su interior, le sentía, sabía que se había estado aproximando aún sin estar mirando en su dirección. Era todo demasiado confuso. De hecho no sabía siquiera si había despertado o continuaba soñando.

-Hasta en tí. Noto algo en tí, Lance. Puedo ver donde estás, hasta con los ojos cerrados -sentí que la voz casi se me iba a cortar en ese momento. Me sentía completamente impotente en ese momento-. ¿Qué me está pasando?

Pude ver cómo él simplemente se quedaba mirándome con su característica sonrisa, como si estuviera analizando lo que le dije. Era como si estuviera encontrando una razón a lo que me estaba pasando, pero claramente me estaba volviendo loco, algo había pasado en mi cabeza y no podía controlarlo. Pero por suerte estaba sintiendo que me relajaba, esos escalofríos cada vez eran menos frecuentes y la sensación de frío comenzaba a desaparecer lentamente.

-¿Sabes? Lo que te pasó es algo muy especial, y que casi nadie alcanza a manifestar... es algo complicado de explicar, y sinceramente, es una mierda cuando ocurre sin saber qué es.

Apoyó su espalda contra la pared mientras me decía esa frase. Se cruzó de brazos y tomó una fuerte bocanada de aire. ¿Acaso de verdad tenía sentido lo que me estaba ocurriendo?

-El Kenbunshoku Haki, es como tener un sensor en la cabeza que, de repente, empieza a captar todas las cosas vivas al mismo tiempo. En cierto modo, es como los murciélagos, quienes tienen algo parecido para orientarse mejor...

No entendía exactamente a qué se refería con eso, había dicho unas palabras raras. ¿Haki era? No entendía ese concepto, era la primera vez que lo escuchaba, es imposible que esté utilizando algo que jamás he conocido que existía. Uno no utiliza una espada sin saber lo que es, por lo menos la está viendo.

No obstante, tenía sentido lo que me estaba explicando, decía que era como un sensor, capaz de captar las cosas vivas, pero eso no explicaba por qué ahora había ocurrido así por que si. Si es alguna habilidad, debería buscarse obtenerla, no simplemente llegar, como el sol en cada amanecer. Lance pegó un trago a su botella de agua y prosiguió, yo tan solo le miraba curioso.

-Imagina que estamos en medio de una jungla, no puedes ver nada porque los árboles te lo tapan todo. Pero puedes escuchar que algo se mueve, que algo viene hacia ti. No lo ves, pero lo escuchas, sabes por dónde viene. ¿Lo entiendes? Pues en el caso del Kenbunshoku Haki, es exactamente eso, pero sintiéndolo, en lugar de escucharlo. Es como cuando sientes que algo no va bien, no tienes una manera racional de explicarlo, pero sabes que hay algo que no debería estar sucediendo como sucede -se detuvo unos instantes, como si estuviera pensando una mejor referencia para que lo entendiese-, es como una extensión de tus sentidos que te permite percibir lo que normalmente no podrías ver.

Bajé la mirada mirándome las manos nuevamente, ya no estaban cubiertas con ese material que generaba mi habilidad especial, era como si tuviera acceso ahora a un poder que ya yacía en mi interior, dormido, latente. Como si de algún modo lo hubiera extraído directamente con un fuerte deseo.

Recordé entonces ese sueño. Era justo lo que quería, había querido saber dónde estaban aquellas sombras, tenía el cuerpo completamente inmóvil pero sentía la necesidad de tenerlas controladas. Tal vez eso había sido algo decisivo para, en mi interior, sacar a relucir esa habilidad. ¿Por qué ahora? En otras ocasiones me había sentido en peligro, otras veces había deseado que eso ocurriese, sin embargo ha pasado ahora, cuando no lo necesitaba. Había ocurrido ahora que estaba completamente a salvo, en mi mundo de los sueños.

Alcé la cabeza nuevamente, todavía confuso, era díficil, y no estaba seguro de entenderlo del todo, cómo podía presentarse de esa forma, y por qué ahora mi cabeza se estaba volviendo loca, siendo incapaz de controlar lo que puedo ver y lo que no. Parece que Lance fué capaz de leer mi propia expresión, pues no necesité decir nada para que me respondiese a esas cuestiones.

-No siempre será tan caótico como en tus sueños, lo que pasa es que, cuando estás durmiendo, esa habilidad a veces se dispara sin que te des cuenta. En tu caso, probablemente captaste demasiadas presencias a la vez y te saturaste.

Esa parte podía tener sentido, estábamos todos los miembros de la tripulación en la misma sala, probablemente eso era lo que había provocado que mi cabeza se volviese loca. Si realmente era así podría tener sentido. Fuera cierto o no, era justo lo que necesitaba escuchar en ese momento.

-No es que estés haciendo algo mal, simplemente es parte del proceso. Todos los que tenemos Kenbunshoku Haki hemos pasado por algo así al principio. Y créeme, no es un error, es solo una señal de que estás despertando algo que va a ser muy útil.

¿Útil? Desde luego no me lo parecía en un principio, me impedía concentrarme en lo que tenía delante, demasiada información de golpe como para saber si alguien me está hablando, o qué está haciendo la persona que pueda tener delante de mí. Sentía que sería imposible centrar la atención, o concentrarme en algo en concreto, si mi cabeza estaba sintiendo presencias por todas partes.

Se acercó un poco más a mí. Lo ví. Lo sentí. Todo comenzaba a cobrar sentido. Eso no demostraba que pudiera ser útil, pero también debía darle un voto de confianza, nunca me había dicho nada que no fuera cierto, al menos nada importante. No tenía razones reales para dudar de sus palabras, y menos todavía en ese contexto. Además también me llamó la atención una de las cosas que había dicho últimamente.

Dijo, específicamente, “los que tenemos”. Eso implicaba que él mismo había desarrollado eso también. Lo cual explica que no es algo especial, es algo común en cualquier ser humano, o ser vivo tal vez, lo que me relaja un poco más a decir verdad. Si es cierto, él podría ayudarme a controlarlo.

-Piensa en una pelea. Si eres capaz de sentir las intenciones de tu oponente antes de que lance el golpe, puedes esquivarlo como si hubieras visto el futuro. O mejor aún, podrías sentir a tus compañeros en medio del caos de una batalla sin siquiera verlos. Sabes dónde están, qué están haciendo, solo por cómo percibes su presencia. ¡Imagina tener ese súper poder! Pues tú puedes -posó su mano dándome unos toques en el pecho-. Tan sólo debes aprender a usarlo.

Se sentó justo a mi lado. Los nervios habían ido aplacándose y ahora me sentía bastante más relajado que cuando me había sentado. Aunque probablemente ese había sido el peor de los momentos. No sabía por qué, pero cada vez que me paraba a hablar así con Lance, siempre me sentía más relajado. Su compañía me transmitía calma, y seguridad. Como si sintiera que a su lado nada malo pudiera pasar.

Conque sentir las intenciones del enemigo. Ese era un punto que no me habría imaginado poder llegar a ser capaz. Si todo eso era cierto, y no tenía razones para pensar lo contrario, podría ser una gran habilidad que ayudaría en batalla, perfecta para ser capaz de enfrentarme a otros tipos más poderosos. Si soy capaz de ver sus ataques, podré ser capaz de prevenirlos, y eso es una ventaja que se me hace clave en una batalla difícil.

-Si te parece, vamos a practicar juntos cómo mejorar tu control. Al principio te llevará un poco de tiempo, y algún que otro golpe, pero pronto vas a poder mejorar y se acabarán todas esas pesadillas.

Simplemente sonreí ante esa propuesta, me giré, mi cara ya había cambiado por completo, mi rostro ahora esbozaba una sonrisa, los escalofríos habían desaparecido y las presencias se habían desvanecido. Tal vez mi sentido de alerta era lo que me mantenía en ese estado todavía. Era el momento de dejarme llevar por Lance, de aprender a controlar ese Haki, como lo ha llamado él.

-Claro. Si me ayudas tú. Seguro -hice una pequeña pausa donde relajé mi cuerpo y apoyé mi cabeza en la pared-. Gracias, Lance.
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[A -T1] [Autonarrada] Extraña visión - por Juuken - 15-09-2024, 06:11 PM

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