Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
[Común] [C - Pasado] Un tango entre lágrimas en honor a la pereza
Atlas
Nowhere | Fénix
—Pues no lo sé —respondí a Masao cuando me preguntó si alguna vez volvería—, pero si vas a venir a buscarme aquí procuraré no avisarte por si Shawn decide mandarte en mi busca —bromeé.

Entre comentario y comentario, dejamos a Gsus terminando la caja y recogiendo el negocio. Con la clientela que había tenido y la actividad frenética que había habido, seguramente aún quedase bastante tiempo hasta que las calles de Loguetown viesen al propietario volver a su casa. Por el camino, las luces en las ventanas de las casas que flanqueaban nuestro paso señalaban la ruta. A lo lejos, la base del G-31 se perfilaba como centinela y guardiana de una de las islas más relevantes del East Blue. Estaba allí mucho antes de que cualquiera de nosotros llegase al mundo y probablemente seguiría allí mucho tiempo después.

—Pues casi que de rebote —contesté al de Tres Hermanas—. Un día un barco de la Marina atracó en mi pueblo. Sabía quiénes eran, pero nunca había visto tanta gente de uniforme junta. Digamos que, por lo que escuché decirles a los marines, me pareció que era un buen sitio en el que meterme para vivir bien y tranquilo sin trabajar demasiado. Claro que no contaba con tener a alguien como Shawn todo el día pegado a mis talones. ¿Y tú?

Mientras Masao me resumía su vida, nuestros pies fueron recorriendo el camino que ascendía hasta la base marine. Las puertas estaban a punto de cerrar cuando llegamos. Shawn, con su imponente calva y su voluminoso torso, esperaba por la llegada de Masao junto a su presa. Me aseguré de acelerar mínimamente el paso para caminar un par de metros por delante de él, de forma que pareciese que mi compañero me mantenía vigilado en todo momento para no perderme de vista.

—Buenas noches, señor —dije al tiempo que me cuadraba delante de nuestro superior.

—Ya hablaremos, Mosegusa, ya hablaremos. De momento le quiero ver dentro de una hora en el campo de entrenamiento número tres para una sesión disciplinaria. No ha dado un palo al agua en todo el día, debería darle vergüenza —comentó con evidente tono despectivo para, acto seguido, girarse hacia Masao y dirigirse a él—. Ha tardado bastante en dar con Mosegusa, ¿dónde estaba en esta ocasión?

No dije nada, pero mis ojos se clavaron en mi compañero con un gesto de súplica impregnando mi mirada. Pasaba que me fuesen a castigar una vez más, eso no me importaba puesto que era mi día a día, pero no me gustaba la idea de que me quitasen de la lista de posibles escondites uno de los que más me gustaban. Allí, además de poder esconderme, podía disfrutar de algo diferente y refrescante, algo capaz de teletransportarme a lugares y tiempos distintos, de permitirme ver la vida de otros a través de sus ojos.
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RE: [C - Pasado] Un tango entre lágrimas en honor a la pereza - por Atlas - 16-09-2024, 12:14 AM

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