Drake Longspan
[...]
16-09-2024, 02:28 AM
(Última modificación: 16-09-2024, 02:53 AM por Drake Longspan.
Razón: Faltas de ortografía.
)
El tipo no era tonto. Sabía cuando alguien le estaba tomando la medida, y este tal Heft, con su aire despreocupado y esas preguntas indirectas, estaba haciendo exactamente eso. Pero en este mundo, a veces tenías que dejar que te leyeran para luego decidir cómo jugar tus cartas. Literal y figuradamente.
— Lo suficiente para no perderlo todo a la primera ronda.
El peleador sonrió, cortando la baraja con precisión con una mezcla americana. Sabía jugar, claro, pero en este tipo de juegos no se trataba solo de las cartas. Las verdaderas apuestas estaban en las palabras.
El comentario sobre MC Duck no pasó desapercibido.
«Así que ya me están buscando... Mala suerte para ellos, me voy en dos días.»
No era algo que le sorprendiera, aunque el hecho de que le llegara tan rápido la noticia... eso sí era interesante. Siguió jugando el papel del hombre despreocupado, aunque por dentro ya estaba sopesando la situación. Había inclinado la balanza para alguien, eso era seguro, pero el coste de hacerlo era que la otra parte empezaría a poner precio a su cabeza.
Empezaba bien su aventura pirata.
— Salvé más de mi propio culo que al pato, pero si eso le hizo un favor a tu jefe, bien por él.
No iba a vender al pato tan fácil. Al final del día era su nuevo Nakama.
Con una sonrisa apenas perceptible en el borde de sus labios. Aceptó la invitación de Heft para abrir el juego, sus manos moviéndose con calma mientras las cartas caían sobre la mesa.
El nombre del rubio no le decía nada, pero el hecho de que lo soltara tan fácilmente indicaba una cosa: no era un don nadie como Drake. Este tipo tenía conexiones, y no dudaba en demostrarlo.
— Drake — dijo simplemente cuando le preguntaron su nombre, sin adornos, sin alardes. Más seco que el desierto de Arabasta.
De algún modo notó cuando los hombres que bajaban las escaleras lo miraron fijamente. No tenía que girarse para saberlo. Las miradas de tipos como esos se sentían en la piel, una quemadura incómoda en la nuca. La risa baja de Heft y sus comentarios sarcásticos le confirmaron lo que ya había empezado a sospechar.
— Bueno, parece que hacer amigos nunca ha sido mi fuerte... — murmuró Drake mientras recogía sus cartas, echándole una mirada fugaz a Heft.
El rubio fumaba con una tranquilidad pasmosa, como si ya supiera el final de la historia. Eso le jodía un poco al humano, pero también lo intrigaba y preocupaba.
La oferta de ayuda para quitarse a los tipos de encima era tentadora, pero lo que realmente llamó su atención fue lo último que dijo Heft.
DINERO FÁCIL.
Si los berries encendían una chispa en la mente de cualquier pirata, al chico de los brazos largos directamente le quemaban el cuerpo. Pero Drake no era idiota; sabía que el dinero fácil casi siempre venía con un coste que te mordía el culo más adelante. Como acostarse con un Gyojin tiburón.
— Dinero fácil, ¿eh? — Drake se inclinó hacia adelante ligeramente, dejando que su tono adquiriera una nota más baja, más confidencial. — ¿Qué tipo de dinero fácil?
Si el humano del País de Kano hubiese sido honesto, le habría dicho que esos cabrones que lo miraban no le hacían perder el sueño, pero también le diría que jamás negaría una buena oportunidad... siempre que el riesgo valga la pena.
Drake Longspan dejó que sus palabras flotaran en el aire por un momento, mientras Heft exhalaba el humo del tabaco en una nube lenta y calculada. Si iba a aceptar el trato, lo haría bajo sus propios términos.
— Lo suficiente para no perderlo todo a la primera ronda.
El peleador sonrió, cortando la baraja con precisión con una mezcla americana. Sabía jugar, claro, pero en este tipo de juegos no se trataba solo de las cartas. Las verdaderas apuestas estaban en las palabras.
El comentario sobre MC Duck no pasó desapercibido.
«Así que ya me están buscando... Mala suerte para ellos, me voy en dos días.»
No era algo que le sorprendiera, aunque el hecho de que le llegara tan rápido la noticia... eso sí era interesante. Siguió jugando el papel del hombre despreocupado, aunque por dentro ya estaba sopesando la situación. Había inclinado la balanza para alguien, eso era seguro, pero el coste de hacerlo era que la otra parte empezaría a poner precio a su cabeza.
Empezaba bien su aventura pirata.
— Salvé más de mi propio culo que al pato, pero si eso le hizo un favor a tu jefe, bien por él.
No iba a vender al pato tan fácil. Al final del día era su nuevo Nakama.
Con una sonrisa apenas perceptible en el borde de sus labios. Aceptó la invitación de Heft para abrir el juego, sus manos moviéndose con calma mientras las cartas caían sobre la mesa.
El nombre del rubio no le decía nada, pero el hecho de que lo soltara tan fácilmente indicaba una cosa: no era un don nadie como Drake. Este tipo tenía conexiones, y no dudaba en demostrarlo.
— Drake — dijo simplemente cuando le preguntaron su nombre, sin adornos, sin alardes. Más seco que el desierto de Arabasta.
De algún modo notó cuando los hombres que bajaban las escaleras lo miraron fijamente. No tenía que girarse para saberlo. Las miradas de tipos como esos se sentían en la piel, una quemadura incómoda en la nuca. La risa baja de Heft y sus comentarios sarcásticos le confirmaron lo que ya había empezado a sospechar.
— Bueno, parece que hacer amigos nunca ha sido mi fuerte... — murmuró Drake mientras recogía sus cartas, echándole una mirada fugaz a Heft.
El rubio fumaba con una tranquilidad pasmosa, como si ya supiera el final de la historia. Eso le jodía un poco al humano, pero también lo intrigaba y preocupaba.
La oferta de ayuda para quitarse a los tipos de encima era tentadora, pero lo que realmente llamó su atención fue lo último que dijo Heft.
DINERO FÁCIL.
Si los berries encendían una chispa en la mente de cualquier pirata, al chico de los brazos largos directamente le quemaban el cuerpo. Pero Drake no era idiota; sabía que el dinero fácil casi siempre venía con un coste que te mordía el culo más adelante. Como acostarse con un Gyojin tiburón.
— Dinero fácil, ¿eh? — Drake se inclinó hacia adelante ligeramente, dejando que su tono adquiriera una nota más baja, más confidencial. — ¿Qué tipo de dinero fácil?
Si el humano del País de Kano hubiese sido honesto, le habría dicho que esos cabrones que lo miraban no le hacían perder el sueño, pero también le diría que jamás negaría una buena oportunidad... siempre que el riesgo valga la pena.
Drake Longspan dejó que sus palabras flotaran en el aire por un momento, mientras Heft exhalaba el humo del tabaco en una nube lenta y calculada. Si iba a aceptar el trato, lo haría bajo sus propios términos.