Ray
Kuroi Ya
16-09-2024, 07:17 PM
Apenas hubo terminado de pronunciar las cuatro palabras que les había proporcionado Murray Arganeo, un ruido metálico y ligeramente molesto comenzó a escucharse bajo la trampilla. La puerta se abrió, y tras ella apareció un hombre de avanzada edad. Era casi cómicamente bajito, y su globo ocular derecho no existía, habiendo sido sustituido por una esfera artificial de color blanco. Su brazo ipsilateral terminaba en un muñón, y una pata de palo ocupaba el lugar de la pierna derecha que una vez seguramente habría tenido. Vestía con ropas viejas y desgastadas, prácticamente harapos. No había lugar a dudas. Aquel hombre era a quien debían proteger: el farero conocido como Meethook.
Este se detuvo y analizó a todos con su único ojo, escudriñando cada detalle de su aspecto. Con el ceño fruncido en una mueca que parecía transmitir desprecio, miró a Ray e hizo un comentario bastante desagradable sobre su delgadez. Por suerte el joven nunca había tenido ningún complejo con su cuerpo, y era plenamente consciente de las ventajas que su constitución anatómica le otorgaba, así que hizo oídos sordos al comentario.
Camille, tras suspirar elocuentemente, le hizo saber que efectivamente eran sus escoltas. Componían un grupo estrafalario, sí, pero eran más capaces que nadie de llevar a cabo aquella tarea. El peliblanco miró a sus compañeros con orgullo. En ese momento pudo ver algo extraño en la expresión facial de Octojin y Takahiro, como si se hubiesen puesto súbitamente en guardia por algún motivo. Instintivamente sus músculos se tensaron y su cuerpo mutó hacia su forma híbrida, preparándose para una posible amenaza desconocida. Su concentración se disparó, activando aquella capacidad que había adquirido recientemente para detectar posibles enemigos y anticiparse a amenazas. No obstante por mucho que miró a su alrededor el marine no fue capaz de distinguir qué era lo que había hecho que sus amigos se activaran de aquella forma hasta que una sucesión de estallidos le hizo darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Varios disparos, probablemente realizados desde el mar, sonaron en la lejanía inundando todo con su estruendo.
Apenas unos instantes después una bala de cañón se dirigía hacia él, tan rápida que cuando se dio cuenta de su presencia tan solo pudo apartarse como buenamente pudo con una veloz voltereta con la que a duras penas logró evadir el ataque.
Tan rápido como pudo echó a volar, buscando abandonar la estancia mientras veía cómo Octojin y Takahiro intentaban dirigirse hacia el mar para atacar al enorme barco que les estaba disparando y Camille agarraba al farero dispuesta a sacarle de allí antes de que el edificio se derrumbara. La oni gritó el nombre de Atlas, alertando al rubio sobre su posición. El peliblanco, mientras tanto, aprovechó para escudriñar desde el aire a su alrededor con el objetivo de entender bien cuál era la situación. Sus antenas, dos auténticos receptores que le permitían captar estímulos mucho más allá del sensorio humano habitual, serían de vital importancia en ese proceso. Mantuvo además activo su Haki de observación, concentrándose cuanto pudo para intentar distinguir si había algún enemigo cercano y anticiparse a sus posibles movimientos.
Este se detuvo y analizó a todos con su único ojo, escudriñando cada detalle de su aspecto. Con el ceño fruncido en una mueca que parecía transmitir desprecio, miró a Ray e hizo un comentario bastante desagradable sobre su delgadez. Por suerte el joven nunca había tenido ningún complejo con su cuerpo, y era plenamente consciente de las ventajas que su constitución anatómica le otorgaba, así que hizo oídos sordos al comentario.
Camille, tras suspirar elocuentemente, le hizo saber que efectivamente eran sus escoltas. Componían un grupo estrafalario, sí, pero eran más capaces que nadie de llevar a cabo aquella tarea. El peliblanco miró a sus compañeros con orgullo. En ese momento pudo ver algo extraño en la expresión facial de Octojin y Takahiro, como si se hubiesen puesto súbitamente en guardia por algún motivo. Instintivamente sus músculos se tensaron y su cuerpo mutó hacia su forma híbrida, preparándose para una posible amenaza desconocida. Su concentración se disparó, activando aquella capacidad que había adquirido recientemente para detectar posibles enemigos y anticiparse a amenazas. No obstante por mucho que miró a su alrededor el marine no fue capaz de distinguir qué era lo que había hecho que sus amigos se activaran de aquella forma hasta que una sucesión de estallidos le hizo darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Varios disparos, probablemente realizados desde el mar, sonaron en la lejanía inundando todo con su estruendo.
Apenas unos instantes después una bala de cañón se dirigía hacia él, tan rápida que cuando se dio cuenta de su presencia tan solo pudo apartarse como buenamente pudo con una veloz voltereta con la que a duras penas logró evadir el ataque.
ACR301
ACRóBATA
Utilidad Activa
Tier 3
No Aprendida
37
2
El usuario realizará una voltereta rotando hacia cualquier dirección, en busca de evadir una ofensiva en su contra gracias al rápido y flexible movimiento. Dicho movimiento se realizara con mayores [Reflejos] y el usuario podra desplazarse 15 metros adicionales a su [Movilidad] durante el recorrido de la esquiva, adquiriendo un +4 en su [Tasa de Acierto] para la proxima ofensiva.
+10 [Reflejos]
Tan rápido como pudo echó a volar, buscando abandonar la estancia mientras veía cómo Octojin y Takahiro intentaban dirigirse hacia el mar para atacar al enorme barco que les estaba disparando y Camille agarraba al farero dispuesta a sacarle de allí antes de que el edificio se derrumbara. La oni gritó el nombre de Atlas, alertando al rubio sobre su posición. El peliblanco, mientras tanto, aprovechó para escudriñar desde el aire a su alrededor con el objetivo de entender bien cuál era la situación. Sus antenas, dos auténticos receptores que le permitían captar estímulos mucho más allá del sensorio humano habitual, serían de vital importancia en ese proceso. Mantuvo además activo su Haki de observación, concentrándose cuanto pudo para intentar distinguir si había algún enemigo cercano y anticiparse a sus posibles movimientos.