Anko
Médica Despiadada
29-07-2024, 07:08 PM
Anko observó con detenimiento el reaccionar de su hermana ante el saludo del joven de cabello rojo, ciertamente no se esperaba que ésta reaccionara de tal forma a un saludo, siendo que cuando ellas hablaron por primera vez en muchísimo tiempo, el inicio fue algo tranquilo, sin nada extraño, pero ahora era diferente, talvez se debía a que ella ostentaba un parentesco familiar con ella y el chico tiburón, no.
Para su suerte, ahí estaba la irritante Anko, quien levemente sorprendida por la velocidad a la que Mitsu se acercaba, levantó su brazo izquierdo levemente y lo colocó frente a su persona, buscando frenar la carrera de la Jujin y mirarla a los ojos. — Oh vamos, no seas grosera con el joven, se ve que es alguien amable… —. Una leve y sutil sonrisa se dibujó en el rostro de la peli marrón luego de pronunciar aquellas palabras. Talvez ella misma no era la mejor en comenzar con las conversaciones, pero en cierta forma quería ayudar como pudiera a su hermana a comenzarlas de la mejor forma, aun cuando su timidez no la deja.
— ¡Eh chico! No pasa nada, mi hermana es algo tímida. ¿Por qué no vienes aquí para que se conozcan? —. Talvez estaba propiciando algo que Mitsu no quería, talvez el peli rojo le dio miedo, o simplemente ella era muy tímida como pata hablar bien de forma directa con él, pero Anko siempre estaba tratando de ayudar a la gente, y su hermana no era la excepción, ahora estaba decidida a convertir al Hafugyo y a la Jujin en amigos. — Vamos hermanita, no seas tímida —. Diría la Marine aprovechando la cercanía que ahora poseía con Mitsu.
En ese momento, creyó que la distancia que había fijado con su hermana ya no era necesaria, por lo que su brazo izquierdo lentamente descendió hasta colocarse de nuevo en su costado. Su mirada se balanceaba entre Anmitsu y Yoshiro, preguntándose si el chico tiburón accedería a su petición para acercarse y conocer mejor a su hermana con rasgos felinos, pero lo que aún no le cuadraba era la forma en la que el otro chico de gran altura con gafas similares a las de ella miraba la escena, talvez un curioso que se topó con la situación y decidió mirar por curiosidad.
Fuera como fuera, su mirada se detuvo por algunos segundos en el puesto de Dangos y en el hombre de cabellera oscura, no se le veían intenciones de acercarse a ellos y hablar, pero nunca estaba de más estar preparados para ello, después de todo, eran los únicos en ese lugar.
Para su suerte, ahí estaba la irritante Anko, quien levemente sorprendida por la velocidad a la que Mitsu se acercaba, levantó su brazo izquierdo levemente y lo colocó frente a su persona, buscando frenar la carrera de la Jujin y mirarla a los ojos. — Oh vamos, no seas grosera con el joven, se ve que es alguien amable… —. Una leve y sutil sonrisa se dibujó en el rostro de la peli marrón luego de pronunciar aquellas palabras. Talvez ella misma no era la mejor en comenzar con las conversaciones, pero en cierta forma quería ayudar como pudiera a su hermana a comenzarlas de la mejor forma, aun cuando su timidez no la deja.
— ¡Eh chico! No pasa nada, mi hermana es algo tímida. ¿Por qué no vienes aquí para que se conozcan? —. Talvez estaba propiciando algo que Mitsu no quería, talvez el peli rojo le dio miedo, o simplemente ella era muy tímida como pata hablar bien de forma directa con él, pero Anko siempre estaba tratando de ayudar a la gente, y su hermana no era la excepción, ahora estaba decidida a convertir al Hafugyo y a la Jujin en amigos. — Vamos hermanita, no seas tímida —. Diría la Marine aprovechando la cercanía que ahora poseía con Mitsu.
En ese momento, creyó que la distancia que había fijado con su hermana ya no era necesaria, por lo que su brazo izquierdo lentamente descendió hasta colocarse de nuevo en su costado. Su mirada se balanceaba entre Anmitsu y Yoshiro, preguntándose si el chico tiburón accedería a su petición para acercarse y conocer mejor a su hermana con rasgos felinos, pero lo que aún no le cuadraba era la forma en la que el otro chico de gran altura con gafas similares a las de ella miraba la escena, talvez un curioso que se topó con la situación y decidió mirar por curiosidad.
Fuera como fuera, su mirada se detuvo por algunos segundos en el puesto de Dangos y en el hombre de cabellera oscura, no se le veían intenciones de acercarse a ellos y hablar, pero nunca estaba de más estar preparados para ello, después de todo, eran los únicos en ese lugar.