Atlas
Nowhere | Fénix
17-09-2024, 09:25 PM
El rostro de Paprika se ilumina con genuina sinceridad cuando aceptas su ofrecimiento. Para el momento en que te tiende tu jarra repleta hasta el borde, el pepino de mar ya se ha bebido la jarra que tiene en la mano y le ha dado un trago a la segunda. Es un pozo sin fondo, de eso no cabe duda. Cualquiera diría que no hay forma de que ese estómago se llene.
—Claro que sí, por supuesto —dice inicialmente ante tu comentario—. ¿Adónde necesita que le acompañe? Si hay algo en lo que pueda ayudarle, con gusto haré lo que esté en mi mano.
Lo cierto es que parece un gyojin tan educado como estirado, pero con su pequeño tamaño y lo peculiar de su aspecto de alguna forma transmite ternura... al menos a mí. Sus facciones amables y despreocupadas mutan en cuanto, en medio de vuestra conversación, sacas el cartel con su nombre y la orden de búsqueda. Asustado y sorprendido a partes iguales, tu nuevo amigo se ajusta el monóculo, finaliza la segunda jarra y se echa una tercera, que apura hasta la mitad, antes de leer con detenimiento el mensaje.
—¡Esto debe ser un error! —exclama entonces—. Siempre he sido, soy y seré un ciudadano intachable. Jamás he tenido un mal gesto con nadie ni he causado escándalo alguno. ¡Por supuesto que voy a acompañarle! Vamos a aclarar esto porque no hay derecho de que ciudadanos de bien como yo seamos señalados de esta forma!
En lo que ha pronunciado su breve discurso se ha bebido dos jarras más y, en caso de que te hayas acabado la tuya, te habrá ofrecido rellenarla de nuevo. Visiblemente airado, se sirve un nuevo trago que apura por completo sin siquiera coger aire y se echa uno más para el camino.
—¿Por dónde es, mi querido Illyasbabel? —pregunta por último.
—Claro que sí, por supuesto —dice inicialmente ante tu comentario—. ¿Adónde necesita que le acompañe? Si hay algo en lo que pueda ayudarle, con gusto haré lo que esté en mi mano.
Lo cierto es que parece un gyojin tan educado como estirado, pero con su pequeño tamaño y lo peculiar de su aspecto de alguna forma transmite ternura... al menos a mí. Sus facciones amables y despreocupadas mutan en cuanto, en medio de vuestra conversación, sacas el cartel con su nombre y la orden de búsqueda. Asustado y sorprendido a partes iguales, tu nuevo amigo se ajusta el monóculo, finaliza la segunda jarra y se echa una tercera, que apura hasta la mitad, antes de leer con detenimiento el mensaje.
—¡Esto debe ser un error! —exclama entonces—. Siempre he sido, soy y seré un ciudadano intachable. Jamás he tenido un mal gesto con nadie ni he causado escándalo alguno. ¡Por supuesto que voy a acompañarle! Vamos a aclarar esto porque no hay derecho de que ciudadanos de bien como yo seamos señalados de esta forma!
En lo que ha pronunciado su breve discurso se ha bebido dos jarras más y, en caso de que te hayas acabado la tuya, te habrá ofrecido rellenarla de nuevo. Visiblemente airado, se sirve un nuevo trago que apura por completo sin siquiera coger aire y se echa uno más para el camino.
—¿Por dónde es, mi querido Illyasbabel? —pregunta por último.