Vesper Chrome
Medical Fortress
18-09-2024, 05:37 PM
(Última modificación: 18-09-2024, 06:45 PM por Vesper Chrome.)
Mientras los médicos nos encontrábamos atendiendo al anciano Jones, aunque realmente lo que este tenía era mucha sed y hambre, probablemente hubiera muerto por inanición, a saber, el diablo cuanto tiempo habrá durado el explorador en este lugar encerrado y más importante aún, ¿Por qué estaba ahí?, no me puedo fiar del todo de los exploradores, son gente que hacen cualquier cosa para conseguir sus dichosas cosas. Escuché las palabras del capitán, ahora el muy estúpido me estaba diciendo que hacer. —Oye, capitán idiota, no te estaba pidiendo permiso, te avisaba inútil, para que no te vayas a morir mientras atiendo al viejo. — Con un capitán tan creído y bocazas como ese no había forma de dejar las cosas simplemente así.
—Yo soy una maldita Hiena, almuerzo caninos como este todo el tiempo, mientras tanto tu qué, te quedaras ahí parado viendo como todos se te adelantan, Ricitos de Plata. — Una sonrisa de complicidad se pintó en mi rostro inmediatamente, sabía que este hombre amaba los retos y retarlo es una de las cosas mas divertida que puede suceder en nuestra tripulación. La verdad no iba a intervenir ya que los demás estaban atendiendo al viejo primero que yo, tampoco soy de ese tipo de doctores, puedo permitirme darle el beneficio de la duda aquellos inútiles delante de mí. En un momento las cosas se enloquecieron rápidamente Gavyn y un grupo de piratas random fueron succionados de una manera brusca y quien sabe a donde fueron a parar. Tomé mi den den mushi de la mochila para llamar a Gavyn esperando que este me contestara. —Oi! Maldito emplumado, si te mueres te mato idiota, porque te alejaste de nosotros sabandija. — Le gritaba al den den mushi como si este tuviera la culpa, pero la idea era que Gavyn no se sintiera solo de aquel lado.
Reconocí a Alpha cuando me disponía a moverme, pero este fue rápido en reconocerme a mi y me habló de inmediato, cosa que me incomodaba, parecía tan tranquilo como aquella vez en Kilombo, y tan imprudente con los mayores como de costumbre. —Ten un poco de respeto por tu mayores Niñaco. — Resabié unas cuantas palabras para posteriormente voltear a verle. —No necesito de este anciano para sobrevivir, ¡SOY LA MALDITA HIENA DE ROSTOCK! — Grité antes de ver como todo el mundo comenzaba alocarse por el movimiento del techo, este parecía que iba moviéndose poco a poco hacia abajo, y en lo que a mí respecta, no tardaría mas de dos minutos en terminar aplastando cualquier alma penumbrosa que se quede en esta sala.
Nuestro estúpido capitán daba ordenes a diestra y siniestra, como si tuviera el derecho de hacerlo y este junto a otros de la tripulación se dirigieron hacia una de las baldosas, una que parecía tener una letra V, según yo era un cinco en números romanos, y como todo siempre se hacía como el puto ricitos de plata quería, el señor padre de esta tripulación acató sus ordenes con tal esmero que incluso se atrevió a darme órdenes a mí, al puto doctor Vesper Freezeman Chrome. —TODOS EN ESTA PUTA SALA SE HAN PACTADO PARA DARME ORDENES, OS DARE POR EL CULO A TODOS MIERDAAAA. — Grité ante el mandato de Kael, claro que lo hacia para que no muriera en el sitio, pero que mierda que estén dándome ordenes, además, estoy seguro que con mi fuerza podría aguantar el estúpido techo si este termina por caer por completo.
—Dirigir a Muken, haré algo mucho mejor que eso, lo arrastraré conmigo. — En un sprint directo hacia Kael mordí la camisa de Muken arrastrándolo conmigo hacia la baldosa donde se encontraba Father Crew (Kael). —Este mushashito debe comer menos carajo, casi pierdo la mandíbula y eso que soy una puta hiena. — Le comenté a Kael cuando ya nos encontrábamos en la plataforma. Me sentaba mal dejar al viejo Indiana, pero ordenes eran ordenes, y además Byron tenía razón en algo, nuestras vidas eran mas importante que cualquier cosa que estuviéramos haciendo en esa habitación.
—Yo soy una maldita Hiena, almuerzo caninos como este todo el tiempo, mientras tanto tu qué, te quedaras ahí parado viendo como todos se te adelantan, Ricitos de Plata. — Una sonrisa de complicidad se pintó en mi rostro inmediatamente, sabía que este hombre amaba los retos y retarlo es una de las cosas mas divertida que puede suceder en nuestra tripulación. La verdad no iba a intervenir ya que los demás estaban atendiendo al viejo primero que yo, tampoco soy de ese tipo de doctores, puedo permitirme darle el beneficio de la duda aquellos inútiles delante de mí. En un momento las cosas se enloquecieron rápidamente Gavyn y un grupo de piratas random fueron succionados de una manera brusca y quien sabe a donde fueron a parar. Tomé mi den den mushi de la mochila para llamar a Gavyn esperando que este me contestara. —Oi! Maldito emplumado, si te mueres te mato idiota, porque te alejaste de nosotros sabandija. — Le gritaba al den den mushi como si este tuviera la culpa, pero la idea era que Gavyn no se sintiera solo de aquel lado.
Reconocí a Alpha cuando me disponía a moverme, pero este fue rápido en reconocerme a mi y me habló de inmediato, cosa que me incomodaba, parecía tan tranquilo como aquella vez en Kilombo, y tan imprudente con los mayores como de costumbre. —Ten un poco de respeto por tu mayores Niñaco. — Resabié unas cuantas palabras para posteriormente voltear a verle. —No necesito de este anciano para sobrevivir, ¡SOY LA MALDITA HIENA DE ROSTOCK! — Grité antes de ver como todo el mundo comenzaba alocarse por el movimiento del techo, este parecía que iba moviéndose poco a poco hacia abajo, y en lo que a mí respecta, no tardaría mas de dos minutos en terminar aplastando cualquier alma penumbrosa que se quede en esta sala.
Nuestro estúpido capitán daba ordenes a diestra y siniestra, como si tuviera el derecho de hacerlo y este junto a otros de la tripulación se dirigieron hacia una de las baldosas, una que parecía tener una letra V, según yo era un cinco en números romanos, y como todo siempre se hacía como el puto ricitos de plata quería, el señor padre de esta tripulación acató sus ordenes con tal esmero que incluso se atrevió a darme órdenes a mí, al puto doctor Vesper Freezeman Chrome. —TODOS EN ESTA PUTA SALA SE HAN PACTADO PARA DARME ORDENES, OS DARE POR EL CULO A TODOS MIERDAAAA. — Grité ante el mandato de Kael, claro que lo hacia para que no muriera en el sitio, pero que mierda que estén dándome ordenes, además, estoy seguro que con mi fuerza podría aguantar el estúpido techo si este termina por caer por completo.
—Dirigir a Muken, haré algo mucho mejor que eso, lo arrastraré conmigo. — En un sprint directo hacia Kael mordí la camisa de Muken arrastrándolo conmigo hacia la baldosa donde se encontraba Father Crew (Kael). —Este mushashito debe comer menos carajo, casi pierdo la mandíbula y eso que soy una puta hiena. — Le comenté a Kael cuando ya nos encontrábamos en la plataforma. Me sentaba mal dejar al viejo Indiana, pero ordenes eran ordenes, y además Byron tenía razón en algo, nuestras vidas eran mas importante que cualquier cosa que estuviéramos haciendo en esa habitación.