Hay rumores sobre…
... un algún lugar del East Blue los Revolucionarios han establecido una base de operaciones, aunque nadie la ha encontrado aun.
[Aventura] [A-T3]El típico episodio de la playa...
Percival Höllenstern
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14 del verano del 724

La playa de Kilombo, aunque sencilla y modesta, alberga una serie de figuras que parecen talladas en un lienzo de contrastes. La atmósfera luminosa del día vacacional suaviza los bordes ásperos de la arena oscura y el oleaje pausado, pero la presencia de ciertos individuos dota a este rincón de una extraña tensión.

Cerca de la orilla, destacando entre los demás, se encuentra un hombre con el cabello blanco y gesto desenfadado. Su piel es algo pálida, como si no hubiera visto mucho sol a lo largo de su vida, o tal vez porque ha pasado demasiado tiempo en las sombras. Su rostro refleja una estructura ósea equilibrada, con pómulos bien definidos y una mandíbula marcada, que contrastan con su apariencia enigmática. Sus ojos, de un rojizo intenso, parecen estar siempre en un estado de observación, absortos en detalles que los demás no perciben. Está vestido de manera sencilla, con ropa práctica para el clima costero, pero hay algo en su porte que sugiere que este hombre, aunque en apariencia relajada, está siempre preparado para algo más.

A su lado, corretea un chiquillo de pelo negro, de longitud medio-larga, que cae de manera desordenada alrededor de su rostro. Su cuerpo es pequeño y ágil en comparación, claramente acostumbrado a moverse con rapidez y ligereza. Los ojos oscuros del arrebatador niño brillan con curiosidad, reflejando la energía de la juventud mientras juega con las olas que lamen la costa. Aunque su ropa está algo gastada, el joven no parece prestar atención a ello, enfocado en sus propios juegos y en la compañía del hombre adulto que lo acompaña. Entre ellos hay una dinámica peculiar, como si compartieran algo más que la simple casualidad de estar juntos en la playa ese día, un momento en el que las armas y las disputas parecían alejarse...

Más allá de ellos, un barco pequeño se precipitaba contra la costa, encallándose en la arena, y la figura de una bellísima mujer lucha contra el destino de su embarcación con visible frustración. El viento arrastra sus cabellos dorados en todas direcciones, creando un halo brillante alrededor de su cabeza, reflejando la luz del sol que golpea con fuerza. Su rostro, de facciones delicadas y piel ligeramente bronceada por el devenir de un viaje incierto, se frunce con cada movimiento en falso que hace el timón del barco encallado. A pesar de sus esfuerzos por maniobrarlo, el casco está profundamente hundido en la arena, y cada ola que se estrella contra la nave parece reafirmar su derrota. A pesar de la situación, su belleza resulta casi etérea, como si estuviera fuera de lugar en un escenario tan caótico.

Mientras tanto, en la distancia, un hombre camina solo por la orilla. Su paso es firme pero tranquilo, y los trazos equilibrados de su uniforme revelan que no es un simple turista disfrutando de un día libre. Este es Goku, un agente del Gobierno Mundial, con la mente ocupada en una misión que lo consume por completo. Su expresión es severa, los ojos entrecerrados bajo el sol mientras observa el horizonte con una intensidad que parece traspasar el paisaje frente a él. Sus pensamientos están lejos de las risas y las voces que resuenan a su alrededor. Con cada paso que da, las huellas en la arena parecen representar el peso de su responsabilidad: capturar a un prominente pirata de cabello blanco. 

Este es un hombre de estatura media, de complexión robusta, y forzado a la fuerza a portar un uniforme negro en esta ocasión, aunque el sol y la arena parecen opacar ligeramente su resplandor. Sus cabellos oscuros, arremolinados y ordenados, contrastan con la poca seriedad de su expresión. En sus manos, lleva un pequeño dossier acerca de los perpetradores del caos de cierto bar, un recordatorio de su objetivo. Sin embargo, va descalzo, pisando la arena con una deliberación controlada, y en su rostro se dibuja una determinación férrea pese a su gesto animoso. Está convencido de que el pirata que busca se encuentra en algún lugar cercano.  Su cola ondea con cierto ritmo mientras su mente dilucida acerca de cierta experiencia cercana a la muerte que tuvo.

En la distancia, el sol comienza a ascender más fuertemente, proyectando sombras más largas sobre la playa y sobre aquellos que la ocupan. El bullicio del puerto se mezcla con el sonido del mar, y la brisa marina continúa acariciando la totalidad de las figuras que, aunque separadas por la distancia física, parecen formar parte de una trama oculta que el destino teje en silencio. El hombre de cabello blanco observa el horizonte con una calma extraña, el chiquillo a su lado sigue saltando entre las olas, y la mujer en el barco sigue luchando contra las corrientes. Y mientras tanto, el agente de cabellos alborotados, avanza, cada vez más cerca de la verdad que busca, mientras sus pensamientos giran en torno a un nombre y un rostro que aún no ha visto.


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[A-T3]El típico episodio de la playa... - por Percival Höllenstern - 18-09-2024, 07:47 PM

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