Airgid Vanaidiam
Metalhead
19-09-2024, 01:49 AM
Todo estaba saliendo a la perfección. O al menos de momento, Airgid sabía que nunca podía confiarse del todo en una pelea, sobre todo cuando tenía una desventaja tan grande como el no contar con una de las piernas... Era verdad que aún así sabía moverse con bastante agilidad, como ya había demostrado, pero no dejaba de ser un coñazo que debía tener en cuenta todo el rato. La explosión surtió efecto contra su oponente, pero no solo contra él, si no también había resultado tremendamente efectiva resquebrajando el cristal que protegía aquella preciada fruta. Debía ser suya, se la había ganado, se había dejado muchísimo dinero en conseguir esa página, se había infiltrado en una secta del metal y ahora estaba arriesgando su vida por ella. De un modo u otro la conseguiría.
Vio venir de nuevo a Latton, lanzando aquel puñetazo al aire y aprovechando el momento para acercarse a ella y propinarle otro puñetazo más directamente a su cuerpo. Pero esta vez en lugar de intentar esquivarlo, Airgid elevó ambos brazos colocándolos delante de su cuerpo para tratar de protegerse del daño. Aún así, no fue suficiente para salir indemne del todo, el poder de Latton era increíblemente poderoso y pudo sentir cómo la combinación de ambos ataques le hizo más daño del que se había imaginado en un primer lugar. El ataque acabó empujándola un poco, no lo suficiente como para sacarla de la mesa gracias a su bloqueo, pero sí como para crear una leve separación entre ambos. Se mordió la lengua, en parte por su pequeño tic, en parte como una forma de paliar el dolor. No había sido demasiado, pero había sido una buena toma de contacto, una forma de recordarse a sí misma todo lo que se estaba jugando en aquel enfrentamiento y una advertencia, la de que no podía cometer ni un solo fallo contra aquel gigantesco hombre.
Una distancia que ella misma no tardaría en recortar. Airgid dio un poderoso salto con su única pierna, buscando avanzar, acercarse a él, y a la vez pasar por encima suya. En medio del aire, encontrándose encima de él, le apuntó directamente con ambas armas de fuego y apretó el gatillo de las dos a la vez, trazando con ellas una equis y liberando una presión de viento contra él. Aquel ataque de por sí ya debería dolerle bastante, pero a una distancia tan cercana, debía de ser demoledor. Una parte de su mente no olvidaba la presencia de aquella fruta, estaba segura de que a la mínima que tuviera oportunidad buscaría atraparla y hacerse con ella lo más rápido que pudiera. Si Latton no interrumpía su salto, si conseguía aterrizar de nuevo sobre la mesa, estaría más cerca de poder acercarse a ella. Era aprovechar esa ventaja como una pequeña pícara o derrotarle limpiamente antes de consumirla. Sinceramente, a Airgid le valía cualquiera de las dos opciones, lo que ocurriera primero.
Vio venir de nuevo a Latton, lanzando aquel puñetazo al aire y aprovechando el momento para acercarse a ella y propinarle otro puñetazo más directamente a su cuerpo. Pero esta vez en lugar de intentar esquivarlo, Airgid elevó ambos brazos colocándolos delante de su cuerpo para tratar de protegerse del daño. Aún así, no fue suficiente para salir indemne del todo, el poder de Latton era increíblemente poderoso y pudo sentir cómo la combinación de ambos ataques le hizo más daño del que se había imaginado en un primer lugar. El ataque acabó empujándola un poco, no lo suficiente como para sacarla de la mesa gracias a su bloqueo, pero sí como para crear una leve separación entre ambos. Se mordió la lengua, en parte por su pequeño tic, en parte como una forma de paliar el dolor. No había sido demasiado, pero había sido una buena toma de contacto, una forma de recordarse a sí misma todo lo que se estaba jugando en aquel enfrentamiento y una advertencia, la de que no podía cometer ni un solo fallo contra aquel gigantesco hombre.
Una distancia que ella misma no tardaría en recortar. Airgid dio un poderoso salto con su única pierna, buscando avanzar, acercarse a él, y a la vez pasar por encima suya. En medio del aire, encontrándose encima de él, le apuntó directamente con ambas armas de fuego y apretó el gatillo de las dos a la vez, trazando con ellas una equis y liberando una presión de viento contra él. Aquel ataque de por sí ya debería dolerle bastante, pero a una distancia tan cercana, debía de ser demoledor. Una parte de su mente no olvidaba la presencia de aquella fruta, estaba segura de que a la mínima que tuviera oportunidad buscaría atraparla y hacerse con ella lo más rápido que pudiera. Si Latton no interrumpía su salto, si conseguía aterrizar de nuevo sobre la mesa, estaría más cerca de poder acercarse a ella. Era aprovechar esa ventaja como una pequeña pícara o derrotarle limpiamente antes de consumirla. Sinceramente, a Airgid le valía cualquiera de las dos opciones, lo que ocurriera primero.