Shy
"Shy"
19-09-2024, 04:08 AM
Los Blackmore. Célebres capullos con dinero. Y él, Shy. Un infame capullo sin dinero. Cuando el cazador viudo fue requerido por sus servicios mediante misiva, tardó bien poco en personarse en el lugar indicado. Geldhart pagaba bien, pero era tan solo un usurero de baja calaña de Loguetown. La familia Blackmore, por si parte, tenía dinero como para financiarle un centenar de vidas de derroche y despilfarro. Shy no tenía aficiones caras. Y, sin embargo, recibir algo de dinero nunca venía mal, así como algo de reconocimiento por su trabajo. De nuevo, no era lo mismo trabajar para los Blackmore como activo de seguridad para sus operaciones, que ser el matón a sueldo de un usurero. Misma actividad, pero en la diferencia semántica se hallaba el glamour.
Desde un primer momento, se sintió algo inquieto, en especial cuando presenció que allí se reunían otros cazadores de apariencia peligrosa. Entre ellos estaba Hyun, por quien había cultivado una profunda admiración. Shy no tardó en sentirse poca cosa. Estaba seguro que de entre aquellos hombres, él era el menos capaz y con menor número de proezas a su nombre. Sin embargo, se esforzó por mantener la apariencia de tenerlo todo bajo control y una actitud segura y fría. Eso solía bastarle para que la gente se quitase de enmedio al verle pasar. Una máscara, como tantas otras que había llevado a lo largo de su vida.
El contratante, un tal Jeremy Blackmore, se enfrascó en una diatriba que Shy solo pudo calificar de chulesca a la hora de explicarles el trabajo. Un "este es un trabajo muy importante" por aquí, un "sabré lo que hacéis" por allá, un "no queréis tenerme a malas" por otro lado... En eso se parecía bastante a Geldhart.
"Chico" pensó Shy. "Parece que una vez conoces a uno de estos tipos los conoces a todos. En fin. Asiente y mantén el ceño fruncido, Shy."
Blackmore dejó, como todos los grandes jefes de la historia, el tema del pago para el final. Un tal Illyasbabel, que en un principio tenía el aspecto más intimidante de todos, se dirigió con palabras amables al resto de cazadores antes de pronunciarse favorablemente sobre el contrato.
Shy tragó saliva. Se hizo un silencio en el que los demás cazadores habrían de manifestar su aceptación. Dirigió su mirada, que enmascaraba con su impertérrita expresión su ansiedad, hacia Hyun. Sabía que él haría lo correcto. Pero seguir dudando antes de emitir la aceptación del encargo no estaba favoreciendo que mantuviera un aspecto decisivo y profesional delante del resto de cazadores. ¡Tenía que decir algo, y lo tenía que decir ya! Después de darle muchas vueltas a la cabeza, se decidió por un tono frío. Sí, era lo acertado. Frío y profesional. Shy lanzó una bocanada de aire a medio camino entre un suspiro y un bufido.
-¿Dónde se firma? -acertó a decir rezongando, consiguiendo en lugar de esa frialdad que pretendía proyectar un aire de absoluta indiferencia, como si aquello no fuera con él.
"¡No, idiota!" se dijo en su fuero interno. "Ahora todos pensarán que te importa una mierda el trabajo."
Shy estuvo muy tentado de clavar la mirada en el suelo. O salir corriendo. Incluso llegó a pensar en matar a todos menos a Hyun -quien ya había sido testigo de su ineptitud social- para ahorrarse la vergüenza, pero pensó que sería él el único que acabaría muerto contra semejantes luchadores y aquello pasaría a ser hasta más vergonzoso.
Illyasbabel no tardó en ofrecer alcohol a los presentes, y por primera vez, Shy sintió la imperiosa necesidad de beber. Con un sutil movimiento, tomó uno de los cuencos llenos de bebida y dio un trago, que causó un notorio ardor en su garganta. Era mejor estar ligeramente afectado por el alcohol que seguir sintiéndose humillado.
Desde un primer momento, se sintió algo inquieto, en especial cuando presenció que allí se reunían otros cazadores de apariencia peligrosa. Entre ellos estaba Hyun, por quien había cultivado una profunda admiración. Shy no tardó en sentirse poca cosa. Estaba seguro que de entre aquellos hombres, él era el menos capaz y con menor número de proezas a su nombre. Sin embargo, se esforzó por mantener la apariencia de tenerlo todo bajo control y una actitud segura y fría. Eso solía bastarle para que la gente se quitase de enmedio al verle pasar. Una máscara, como tantas otras que había llevado a lo largo de su vida.
El contratante, un tal Jeremy Blackmore, se enfrascó en una diatriba que Shy solo pudo calificar de chulesca a la hora de explicarles el trabajo. Un "este es un trabajo muy importante" por aquí, un "sabré lo que hacéis" por allá, un "no queréis tenerme a malas" por otro lado... En eso se parecía bastante a Geldhart.
"Chico" pensó Shy. "Parece que una vez conoces a uno de estos tipos los conoces a todos. En fin. Asiente y mantén el ceño fruncido, Shy."
Blackmore dejó, como todos los grandes jefes de la historia, el tema del pago para el final. Un tal Illyasbabel, que en un principio tenía el aspecto más intimidante de todos, se dirigió con palabras amables al resto de cazadores antes de pronunciarse favorablemente sobre el contrato.
Shy tragó saliva. Se hizo un silencio en el que los demás cazadores habrían de manifestar su aceptación. Dirigió su mirada, que enmascaraba con su impertérrita expresión su ansiedad, hacia Hyun. Sabía que él haría lo correcto. Pero seguir dudando antes de emitir la aceptación del encargo no estaba favoreciendo que mantuviera un aspecto decisivo y profesional delante del resto de cazadores. ¡Tenía que decir algo, y lo tenía que decir ya! Después de darle muchas vueltas a la cabeza, se decidió por un tono frío. Sí, era lo acertado. Frío y profesional. Shy lanzó una bocanada de aire a medio camino entre un suspiro y un bufido.
-¿Dónde se firma? -acertó a decir rezongando, consiguiendo en lugar de esa frialdad que pretendía proyectar un aire de absoluta indiferencia, como si aquello no fuera con él.
"¡No, idiota!" se dijo en su fuero interno. "Ahora todos pensarán que te importa una mierda el trabajo."
Shy estuvo muy tentado de clavar la mirada en el suelo. O salir corriendo. Incluso llegó a pensar en matar a todos menos a Hyun -quien ya había sido testigo de su ineptitud social- para ahorrarse la vergüenza, pero pensó que sería él el único que acabaría muerto contra semejantes luchadores y aquello pasaría a ser hasta más vergonzoso.
Illyasbabel no tardó en ofrecer alcohol a los presentes, y por primera vez, Shy sintió la imperiosa necesidad de beber. Con un sutil movimiento, tomó uno de los cuencos llenos de bebida y dio un trago, que causó un notorio ardor en su garganta. Era mejor estar ligeramente afectado por el alcohol que seguir sintiéndose humillado.