Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi
Alistair
Rengoku
Día 13 de Verano, Año 724

El viento carga consigo ningún susurro, soplando gentil y arrastrando consigo cada ser que se beneficie de sus involuntarios movimientos. Las nubes, desde su privilegiada posición, observan sublimes al gigante azul que se extiende bajo ellas. Parecían escasas, aunque definitivamente presentes; pocas probabilidades de lluvia, o al menos ese era su veredicto dentro de su infinita ignorancia por la climatología. No era un hombre de mundo más que para ver nuevas vistas, nuevos paraísos. Su enfoque estaba más en los pequeños seres, en las pequeñas reacciones e interacciones, en aquel diminuto que amenazaba con un día ser grande. 

El brillo del sol estaba en su punto, el ambiente no daba señas de mostrarse estruendoso y todo había salido bien, sin imprevistos. Hoy iba a ser un buen día, todo apuntaba a ello. 

Había llegado tan solo hace unos días a Isla Kilombo, y el lugar le había recibido con los brazos abiertos y un cálido recibimiento. Al menos tanto como podía recibirse a un Lunarian operativo de la Armada Revolucionaria -un dato que no divulgaría hasta que fuera necesario, por supuesto-. Su tez clara, irregular al resto de su gente, ayudaba a despistar a los mas incautos. Las tinturas en su cabello pálido como el alabastro, ahora coloreado para imitar una llama viva ardiendo con fuerza, eran una muy bienvenida ayuda adicional al punto anterior. Lo único que quedaba... Las gigantescas alas sobre su espalda, de un inconfundible color ébano que era imposible disimular completamente. 

Para su fortuna, el mundo estaba lleno de personas lo suficientemente crédulas como para tragarse una u otra excusa. Experimentos de un científico con poca presencia social, maldiciones de brujas, o disfraces para festividades con nombres impronunciables, su repertorio de excusas ya había crecido tanto que ni podía seguirle el ritmo a todas. Tenía que anotarlas en notas separadas por isla, tal que no mezclara información y acabara colocándose la soga al cuello. Quizá literalmente, si iba sin cuidado. Siempre que no fuera tan descuidado como para hablar de más, o tan torpe como para encender una llama sobre su espalda, todo era un proceso que ya había repetido un millar de veces. 

Su tarea para la Armada en el lugar era cuanto menos peculiar. "Agente encubierto" era la mejor forma de ponerlo. Pasar un tiempo mezclado con la población, vivir entre ellos, pero sobre todo tomar tantas notas como le fuera posible de la base Marine presente en la isla. Sin una designación concreta ni órdenes de infiltrarse en la misma (pues esto sería más que un suicidio), su tarea consistía en escudriñar toda la información que pudiera conseguir de la Marina sin levantar sospechas y pasar la voz en informes diarios a la base revolucionaria. Si además conseguía amasar unos cuantos fondos para la causa, esto seria más que ideal. 

La vista desde el muelle era una maravilla, a falta de palabras mas descriptivas. Era un pequeño lugar en el que adoraba sentarse en el borde y observar a la lejanía sin perseguir un punto en concreto, tan solo limitándose a admirar el sol a la distancia; especialmente bello al atardecer, cuando el naranja predominaba por los cielos y se reflejaba imponente sobre el cuerpo de agua debajo de él. Una vista que, además, era gratamente estimulante a su creatividad, arrojándole un aluvión de ideas que eventualmente reduciría hasta quedarse con una única la cual poner a prueba. La naturaleza era su musa y su proveedora, y se encargaba de retribuir el favor de tanto en tanto en la medida de lo posible.

Pero esta vez estaba por mucho más que una vista inspiradora. En esa ocasión, su propósito era mucho mas íntimo y con historia. Un pequeño ritual si podía permitirse llamarlo así, hábito que lo había acompañado desde que escapó de sus captores y se enlistó en la Armada. Una búsqueda que se permitía considerar exclusivamente propia, y que pretendía ver hasta el final sin importar hasta dónde le llevara.

Descendió lentamente hasta acabar sentado sobre la madera del muelle casi al final de éste, con sus piernas cruzadas y ubicadas de tal manera que el empeine de cada una acababa sobre los gemelos. Sus manos, por su parte, se juntaron a la altura de su frente en rezo mientras que sus párpados se cerraban y lo privaban por un instante del escenario que tanto adoraba.

-Algún día daré con ustedes, lo prometo. Solo esperen por mí, donde sea que estén.

Sin recuerdos memorables, todo polluelo ansiaba ver a los halcones que lo vieron crecer.
#1


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[C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi - por Alistair - 19-09-2024, 09:10 AM

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