Hay rumores sobre…
... que en cierta isla del East Blue, hubo hasta hace poco tiempo un reino muy prospero y poderoso, pero que desapareció de la faz de la tierra en apenas un día.
[Aventura] [A-Presente] Pelillos a la mar [Tier 3]
Ray
Ray
El calor fue aumentando según el día avanzaba hasta tornarse abrasador. Incluso para alguien como él, que adoraba las temperaturas cálidas y los soleados días de verano, empezaba a resultar algo excesivo. El sudor perlaba su frente pese a no estar haciendo el más mínimo esfuerzo, y el joven comenzó a pensar que tal vez estaría más a gusto en el interior del enorme edificio. Pero aún no podía hacerlo, debía esperar a que el Vicealmirante llegaba.

Mientras estaba allí plantado, aguardando la aparición de su superior, varias patrullas cruzaron la zona. En todas ellas al menos una o dos personas le saludaron al pasar, haciendo gestos de respeto en señal a su rango que, si bien no era muy elevado, sí lo era más que el de la gran mayoría de marines en la ciudad. Al peliblanco, no obstante, aquellas cosas le daban igual. Para él el rango militar era un invento de la Marina, y no hacía a quien lo portaba más o menos respetable. Cada persona era digna de respeto, y solo sus acciones podían decidir si merecía mantenerlo o no, pero unas medallas en la solapa o unas hombreras en la capa eran algo completamente absurdo. Él mismo tan solo había ido ascendiendo por dos simples motivos: que le resultaría más fácil tener la influencia suficiente para conseguir cambiar el mundo a mejor desde un puesto de cierto nivel y que, cuanto más alto estuviera en el escalafón, menos tendría que aguantar que inútiles con ínfulas como Shawn estuviesen constantemente diciéndole lo que tenía que hacer.

Estando distraído en sus pensamientos el tiempo pasó rápido hasta que una inconfundible figura hizo su aparición. Los pocos conocimientos que tenía acerca del aspecto del Vicealmirante Bâtard Morelli eran más que suficientes, pues su apariencia era lo suficientemente llamativa y peculiar como para no dejar lugar a la duda. El joven de cabellos plateados no imaginaba que fuera posible encontrarse con muchos más minks lobo con el pelaje de un verde brillante. Y por si ese color no fuera lo bastante chillón y particular, el tamaño y musculatura del oficial le hacían aún más inconfundible. De más de tres metros de alto, en torno a uno más de lo que medía Ray, el Vicealmirante parecía casi una torre entre personas normales. Además su prominente y definida musculatura y su anchura de espalda y hombros, junto a lo cuidado de su postura, le daban un porte que perfectamente se podría calificar como majestuoso.

No obstante había un detalle en su vestimenta que, más que hacer lucir aún más su aspecto, le daba un toque ligeramente cómico y hasta posiblemente algo ridículo. La camiseta de tirantes que llevaba era tan desmesuradamente ajustada que daba la sensación de que fuera a reventar en cualquier momento ante la presión de los impresionantes músculos del oficial. Este iba acompañado por una mujer humana. De piel pálida y cabellos oscuros recogidos en una sencilla coleta, así como una delgadez que rozaba lo extremo, llevaba un elegante vestido de noche de color azabache.

En cuanto los ojos del Vicealmirante se encontraron con los suyos su sonrisa se esfumó al instante. La distendida conversación que parecía estar manteniendo con su acompañante cesó, dando paso a un suspiro y un sutil gruñido por parte del mink. Este comenzó entonces a refunfuñar acerca de que había indicado específicamente que no quería ni necesitaba a nadie cuidando de su seguridad mientras estuviera de vacaciones. Acto seguido interpeló directamente a Ray, animándole a darse la vuelta e irse por donde había venido y negándose en redondo a que le acompañara, afirmando fehacientemente que había contestado siempre negativamente a la insistencia de la Capitana Montpellier en que tuviera un guardaespaldas.

Entonces, ignorando ya por completo al peliblanco, pasó a su lado dirigiéndose hacia el interior del casino. La mujer que le acompañaba se detuvo apenas un segundo a mirarle, pero en cuanto lo hizo Ray sintió algo extraño. Un escalofrió recorrió su cuerpo de arriba a abajo. No sabía por qué, pero aquella chica no le daba buena espina. No pudo evitar pensar que tal vez estuviera intentando acabar con el Vicealmirante durante sus vacaciones, y que para ello estaba primero ganándose su confianza ya que resultaba imposible que alguien con su constitución fuera rival en un combate justo para el famoso militar.

Así que el joven marine supo exactamente lo que debía hacer. Y por suerte contaba con las capacidades adecuadas para ello. El Vicealmirante había dejado claro que no quería que le acompañara, así que debía mantenerse fuera de su vista, y por supuesto también de la de su misteriosa acompañante. No podía estar demasiado cerca, pero tampoco tan lejos como para no darse cuenta si pasaba algo. Y además debía obedecer a su capitana, que le había encomendado esa tarea. Por lo tanto dejó pasar unos pocos segundos y, poco después del mink y la mujer, entró también al casino en el más absoluto de los silencios. Si no cometía errores, gracias a sus habilidades como ninja lo más seguro era que no notasen su presencia, y podría estar lo suficientemente cerca como para actuar en caso necesario.

Suterusu
NIN300
NINJUTSU
Pasiva
Tier 3
Los ninjas son expertos en el arte del sigilo, por eso siempre que lo deseen serán capaces de moverse y actuar sin emitir ningún ruido con el fin de no poder ser escuchados y pillar por sorpresa a sus enemigos.Siempre que se ataque desde el sigilo o desde un ángulo obtendrá un aumento en su siguiente acción ofensiva de +5 Agilidad y +20 de daño. Adicionalmente los ataques desde puntos ciegos que el usuario ejecute causarán un penalizador de -5 Reflejos en adversarios que no puedan detectarlos con alguna técnica o habilidad.


Resumen
#4


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RE: [A-Presente] Pelillos a la mar [Tier 3] - por Ray - 19-09-2024, 05:06 PM

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