Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Aventura] [Aventura T4] La Infinita Sabana
Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
El sol no tardaría en ponerse, ya se mostraba su presencia en el oeste del cielo. La próxima llegada de la noche sería un momento importante para Lovecraft y su integración en la tribu Naga; no obstante, antes de eso, lo aguardaba una prueba que debería afrontar.

Hacket rápidamente notó la señal del grupo adelantado de vigías, lo cual respondió emulando el sonido de un ave, mientras hacía un gesto a Lovecraft para que aminorara el ritmo de su paso. Al igual que todos los demás, comenzaron a moverse con más sigilo y discreción hasta alcanzar al grupo de vigilancia. Las funciones de quienes iban rotando en este rol eran muy diversas; desde detectar posibles intrusos de los inmigrantes que tomaron el sur de la isla, hasta anticipar cruces peligrosos con depredadores que pudieran estar acechando. En ocasiones, también debían buscar miembros perdidos de otras tribus, así como el motivo por el cual se detuvieron: presas que cazar.

La vista de los miembros de esta tribu estaba bien entrenada, pero la de Lovecraft también lo estaba, gracias a lo cual no tuvo ni un instante de retraso con respecto a los ojos más agudos de los Naga en divisar las presas que cercaban: tres cebras. Los animales de piel rayada suelen ir en grandes manadas; sin duda, estas se separaron del grupo y quedaron atrás. Aunque no les costaría volver a encontrar el rastro de su manada, así que el tiempo apremiaba.

El cabecilla del grupo no requería alzar la voz para dar las instrucciones y su proceder. Él debía analizar la situación, valorar la recompensa con la pérdida, juzgar si merecía la pena cazar a dicho animal y, por último, seleccionar a los cazadores. Alzaría rápidamente la mano con el índice y el corazón extendidos, únicamente indicando a todos los suyos que solo tomarían dos de ellas como máximo. Tras eso, se señalaría a sí mismo primero y luego señalaría a Lovecraft.

Después de aquello, un grupo de indígenas se acercaría al monje, rodeándolo de posibles armas o herramientas que pudiera necesitar. Era claramente un estreno para el nuevo; aunque, ¿cómo tomaría ese pacifista la situación de quitar una vida o cazar un animal? Era una escena extraña tras lo presenciado en la meseta con el cazador gordinflón. Pero mientras los indígenas intentaban equipar a Lovecraft, el líder Hacket tomó la iniciativa para cazar a una de ellas. Dos flechas serían tensadas en su arco y disparadas con precisión contra las patas traseras de una de las cebras, la más lejana. Pero antes de que las flechas impactaran, el hombre ya había iniciado una veloz carrera, pero siniestramente silenciosa, como si solo fuera una sombra proyectada sobre la sabana, siguiendo el ritmo de sus propios disparos. Para en el mismo instante en que las flechas golpearan los muslos del animal, haciéndolo sentarse, le daría un único y rápido tajo en el cuello con su daga antes de que emitiera ningún grito. Una muerte rápida y con el mínimo dolor, la cual acompañaría con una llave alrededor del cuello del animal para hacer que la parte frontal también cayera, como si se hubiera sentado entre el pasto para las otras. Aun así, se giraron hacia su compañera curiosas; si no se actuaba rápido, captarían el olor de la sangre, aun con la escenificación del indígena.

Por su parte, al monje le ofrecieron arcos, flechas, lanzas, dagas, cuerdas, boleadoras, cerbatanas. Claramente, los diferentes miembros del grupo tenían cada uno sus métodos. ¿Cuál elegiría Lovecraft? ¿Lograría cazar a su presa?

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RE: [Aventura T4] La Infinita Sabana - por Suzuka D. Hanami - 19-09-2024, 11:10 PM

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