Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
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[C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi
Asradi
Völva
No creía que nadie apareciese por ahí a esas horas. Generalmente, había descubierto que los lugareños evitaban ese lugar desde que los rumores se habían esparcido. Para ello eso era muy conveniente, porque así ni la molestaban ni tampoco se arriesgaba a que pudiesen atacarla o a cualquier otra cosa parecida. Y, por fortuna, seguía estando lo suficientemente cerca del mar como para poder huír si era necesario. Ya había recorrido los límites del bosque que se encontraba sobre el acantilado, subiendo un sendero semi pedregoso. En su mochila descansaban varias plantas tales como lavanda, albahaca y similares. Conocía esas plantas de las superficie. Generalmente muchos las usaban como aromáticas para algunos guisos o comidas similares. Pero también tenían propiedades medicinales. Algo que Asradi pensaba aprovechar.

Sus manos recorrían, lentamente, la roca ante la cual se encontraba, impregnada de la salitre marina y del musgo verde y húmedo que chorreaba agua entre sus dedos. Las algas, las mejores algas, estaban en el fondo oceánico, así que luego se encargaría de ir a por ellas. Mientras se afanaba en recolectar el verde de la roca, con esmero y con cuidado, una sonrisa suave se asomó en los sonrosados labios de la sirena. Se encontraba lo suficientemente relajada como para permitirse un momento de asueto.

Lentamente su voz comenzó a alzarse en un tarareo suave, una canción sosegada que contrastaba y acompañaba al murmullo del mar. Era suave y potente al mismo tiempo, en un idioma desconocido y antigüo que solo unos cuantos conocían. La gente de Elbaf eran uno de ellos, así como otros de los mares del norte. Aunque las entonaciones más antigüas no estaban al alcance de todos. Como si algunas palabras se hubiesen perdido a lo largo de siglos y siglos.

Su voz se elevó por sobre el romper de las olas contra las rocas y sobre la orilla de la playa, dejando que la brisa marina acariciase e hiciese ondear suavemente sus cabellos, negros como las plumas de los cuervos. Gotas salpicaban su dermis, así como la cola escamada y plateada que representaba a la de un tiburón azul. Libre y poderosa, capaz de recorrer distancias oceánicas largas en poco tiempo. El agua se agitaba en las cercanías, como si entendiese cada palabra ancestral que brotaba de entre los labios de la sirena. Un cántico a los antiguos caídos, donde las völvas como ella, eran capaces de invocar a eses seres provenientes de otroras leyendas.

El canto fue apagándose y, de hecho, se cortó abruptamente cuando escuchó pisadas en las cercanías. Y, sin más, una voz que se dirigía hacia ella. Asradi salió de aquel trance, teniendo que parpadear un par de veces. De inmediato, al percatarse de que ya no estaba sola, todo su cuerpo se tensó, y sus pupilas se dilataron unos segundos, casi formando una fina línea antes de volver a ensancharse, como las propias de un tiburón.

La había visto.

¿Plantas...? — Su voz salió con un tono algo confuso, cauteloso más bien. Por inercia se puso frente a frente con aquel sujeto. Llamativos ojos y cabellos. Y más todavía el par de alas que portaba en sus espaldas. Grandes, emplumadas. Hermosas como el sol que coronaba el cielo azul en eses momentos.

¿No era humano? No importaba, no podía bajar la guardia. No podía permitírselo.

Tengo unas pocas, ¿las necesitas para alguna dolencia en específico? — Preguntó mientras, por inercia, buscaba acercarse a la orilla de manera disimulada.

El chico no parecía violento, pero nunca se sabía. Y echándole una visual rápida por encima, no veía que portase arma ninguna. Hasta parecía amigable y todo. No era humano, eso era más que obvio, a juzgar por las alas que poseía. Asradi se mordió el labio inferior unos momentos. No quería prejuzgar a nadie, pues no era algo que le gustaba.

Tomó aire intentando relajarse. Quizás el chico no tenía malas intenciones. Eso o era muy bueno intentando engañar a la gente. Por ahora se limitaría a esperar y a observar, a ver cómo avanzaba aquello. Pero al menos no le mentía: sí tenía hierbas medicinales que, de hecho, había recolectado hacía nada. Y unas cuantas más que descansaban, resguardadas, en la mochila que pendía a sus espaldas.

No lo veía herido. No de buenas a primeras. Pero podía necesitarlas para otra cosa. O para otra persona que sí estuviese lastimada.

Canción
#4
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RE: [C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi - por Asradi - 20-09-2024, 06:17 PM

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