Nagaki
Medusa
20-09-2024, 08:15 PM
La Sargento Bridget resultó ser la peor clase de Marine. Una chupatintas del tres al cuarto mimada que había conseguido escalar ligeramente en el escalafón de la Marina y se creía más de lo que era, después de todo, si no estuviera yo en la reunión sería la persona de menor rango de la sala. ¿Porqué pondrían al cargo de una misión a una Sargento cuando habían Suboficiales en ella? ¿no tendría que ser un rango superior el que lleve la misión para mandar sobre los suboficiales? Algo olía mal en esta misión, pero sin lugar a dudas aquella mujer era Sargento de la Marina, y como mi superior, tenía que aceptar las órdenes me gustaban o no.
- Señora, sí, señora- dije en cuanto sugirió que llevase las maletas al barco, obviando por completo el comentario despectivo que había hecho sobre mí. Estaba allí para cumplir la misión, no para reírle las gracias ni hacerle caso. Igualmente, le eché una mirada de agradecimiento en un momento en el que Lovecraft y yo cruzamos la mirada y la Sargento no estaba mirando. Recogí todas las maletas que me fueron posibles (fuerza = 53) junto a Masao y las llevé al barco.
Mientras recogía las maletas vi que habían nombrado a jefe de pelotón a Galhard, no sabía mucho de él, pero había coincidido con él días atrás, en la boda del enano y la señora mayor. No había tenido mucha posibilidad de hablar con él, pero parecía simpático y no dudaba que pudiera ser un buen jefe de pelotón, aunque la verdad es que como todos eran suboficiales todos eran igual de válidos para esa posición. Era una decisión muy fácil y muy difícil al mismo tiempo.
Me quedé en el barco, que por lo que había visto éramos más de 25 personas contándonos a nosotros. Aproveché en ese momento para saludar a los civiles y a mis compañeros marines, así como presentarme formalmente a todos los suboficiales y soldados rasos (Galhard, Masao, Anko, Cadmus) para que la misión fuera lo más cómoda posible al conocernos entre nosotros.
- Señora, sí, señora- dije en cuanto sugirió que llevase las maletas al barco, obviando por completo el comentario despectivo que había hecho sobre mí. Estaba allí para cumplir la misión, no para reírle las gracias ni hacerle caso. Igualmente, le eché una mirada de agradecimiento en un momento en el que Lovecraft y yo cruzamos la mirada y la Sargento no estaba mirando. Recogí todas las maletas que me fueron posibles (fuerza = 53) junto a Masao y las llevé al barco.
Mientras recogía las maletas vi que habían nombrado a jefe de pelotón a Galhard, no sabía mucho de él, pero había coincidido con él días atrás, en la boda del enano y la señora mayor. No había tenido mucha posibilidad de hablar con él, pero parecía simpático y no dudaba que pudiera ser un buen jefe de pelotón, aunque la verdad es que como todos eran suboficiales todos eran igual de válidos para esa posición. Era una decisión muy fácil y muy difícil al mismo tiempo.
Me quedé en el barco, que por lo que había visto éramos más de 25 personas contándonos a nosotros. Aproveché en ese momento para saludar a los civiles y a mis compañeros marines, así como presentarme formalmente a todos los suboficiales y soldados rasos (Galhard, Masao, Anko, Cadmus) para que la misión fuera lo más cómoda posible al conocernos entre nosotros.
7 horas después
Estaba terminando mi segundo entrenamiento del día en la cubierta del barco a primer ahora de la tarde. Todos habíamos comido y de momento estaba siendo un viaje bastante agradable, incluso una familia de delfines decidió seguirnos un trayecto con nosotros. Una pena que estuviera de misión y no pudiera unirme a ellos. Aprovechaba siempre que podía para observar el barco y la verdad es que estaba fascinada por los retoques que le habían hecho al barco aquí y allá, dándole bastante personalidad.
Antes de poder si quiera tener un momento de respiro se escuchó:
¿Un barco? Si nadie conocía la ruta de nuestro barco podía ser o una casualidad inmensa o algo premeditado. No podíamos descuidarnos con algo así. Corrí hacia el puesto de guardia más cercano y empecé a hacer sonar la campana lo más fuerte y rápido que podía (sin romperla) para poner en aviso a todo el barco a grito de -¡Barco a babor! ¡Barco a babor! -Antes de poder si quiera tener un momento de respiro se escuchó:
Cita:-Un barco!
Fue lo único que se tuvo que decir para que todos se pusieran en alerta, un barco desconocido que podía verse como se aproximaban desde babor.
-nadie debería conocer esta ruta...