Lobo Jackson
Moonwalker
20-09-2024, 10:45 PM
Estilo bélico - Inventario
Día 23 de Verano.
— ¿Y puedes crear todo el alcohol que quieras-gara? ¡Qué maravilla-gara! A veces siento envidia de poderes como esos-gara. — Sorprendido, se dejó llevar por la sobrenatural habilidad de su diminuto camarada, que contrastaba en sobremanera con el descomunal gyojin de las profundidades sentado a su lado.
Aquel curioso tontatta formaba parte del Grupo A, uno de los tres equipos revolucionarios que iban a luchar por la liberación de Oykot el día 25. Esa noche, el mink bailarín se había reunido con ellos en el barco del tontatta como representante del grupo C.
— ¿Te gusta mi caracolillo-gara? Le puse una chaquetita a juego con la mía y todo-gara, ¡fíjate-gara! Hasta me imita en la sonrisa-gara. — Comentó ilusionado mientras coordinaban los Den Den Mushi.
- Os mantendremos informados de la fiesta que vamos a montar-gara, ¡va a ser un verdadero espectáculo-gara! - Exclamó mientras que posaba moviendo la cadera hacia adelante y atrás con entusiasmo. - ¡Eso sí! Tened cuidado con el embalse-gara, no queremos convertir el reino en sopa-gara… ¡Y bueno-gara! ¿Habéis escuchado “Wonderwall”-gara? —
Tras la reunión, donde les dedicó unas cuantas canciones con su guitarra eléctrica, el mink se escabulló bajo el cobijo de una noche cerrada dando espectaculares pasos de baile a lo largo del muelle.
Día 24 de Verano.
La mañana siguiente también fue entretenida.
Como pasaba la noche en casa de Harold, su amigo ballenero convertido a revolucionario, pudo moverse fácilmente a través de Bajo Oykot. Su primera parada: encontrar al Grupo B. Mientras posaba con un estilo abrumadoramente sensual sobre un montón de cajas del muelle, el pequeño brillo de unas escamas familiares le delataron la presencia de este equipo.
— ¡Asradi! ¡Qué agradable sorpresa-gara! El destino nos vuelve a reunir-gara. — El mink había conocido a la bella sirena en el Reino de Goa, entre los escombros de la miseria, algo que seguramente la motivó a unirse a la revolución.
De nuevo, como representante del Grupo C, explicó su parte del plan y coordinó los caracolófonos con los demás integrantes del grupo B.
— Espero que no tengáis problemas en hablar con la gran Karina-gara. — Explicó el lobo, al tiempo que les dedicaba una pose en primera fila. — Pero siempre podéis mencionarle que sois compañeros míos y de Hato-gara. ¡Además-gara! Los balleneros y pescadores de los muelles pueden avalar por nosotros y nuestras buenas intenciones-gara… En fin, aquí os presento “Wonderwall”-gara. —
Tras despedirse dándoles ánimo con una cancioncilla, se marchó en dirección a la taberna donde esperaba el resto del Grupo C al atardecer. Con ellos era con quien debía poner en marcha la parte más divertida y ruidosa del plan.
El equipo, que había llegado al establecimiento antes que él, constaba de Hato, la bella revolucionara con quien ya había trabajado, y dos caras desconocidas que formaban parte de la Armada y habían venido expresamente para la misión: Rocket y Lemon Stone.
— ¡Ok-gara! Tenemos que planificar todo con el más sumo cuidado-gara, no queremos que nadie sepa lo que tenemos planeado-gara… Nuestro papel en esta importante misión-gara… ¡Es llamar la atención de todo el mundo-gara! — Les dijo con un secretismo colmado de emoción.
Mientras conversaban, iban vaciando varias jarras de cerveza y vasos de vino que, acompañados por el buen ánimo del lugar, les ayudó a conocerse mejor.
— ¡Eso es! ¡Abajo la tiranía-gara! — Exclamó el mink, brindando.
Al concluir la reunión, Lobo Jackson se marchó para pasar la última noche en el hogar de Harold y recuperar fuerzas… Además de pasar la ligera borrachera.
Día 25 de Verano.
Despertó temprano y más sobrio de lo que esperaba, y preparó todo lo que necesitaba para ir al punto de reunión. Además, empacó un repuesto de cuerdas de guitarra por si alguna de las que llevaba se rompía.
— ¡Un momento, Lobo! — Su amigo Harold le detuvo en el instante en el que salía por la puerta. — Toma. —
— ¿Un puro-gara? — Preguntó el mink, sujetando el cigarro cuyas hojas de tabaco estaban envueltas con elegancia. — Harold… No fumo-gara. —
— Es para celebrar la victoria. — Le dijo el hombre con una sonrisa. — Tú guárdalo hasta que regreses. —
El mink se despidió de manera afectuosa y partió camino a la taberna donde se debía encontrar con Hato mientras devoraba un [onigiri] que se había llevado como desayuno, pero justo cuando pasaba por la zona del muelle cerca de los barcos, se le apareció una figura familiar.
Algo extrañado, pero curioso, Lobo Jackson le dio la espalda y empezó a realizar un moonwalk particularmente lento y decidido, diferente al resto de los que hacía. Con una intención diferente al baile que el otro hombre, como un reflejo del mink, imitó a la perfección hasta que sus espaldas chocaron con suavidad.
No era ni más ni menos que Salvos Seaworth, quien correspondía a un saludo secreto — Gothohoho. — Se rascó el interior de su oreja con el meñique. — Hoy hay Fuguström en el sótano de la taberna del puerto sur, ya sabes. Dios salve a la reina. Ese plato de pez globo fermentado no es qué guste mucho a la nobleza, pero a los balleneros nos encanta. Cuidado con el olfato, Lobo. Y ya que vas, saluda a Gaultier de mi parte. —
Continuaron sus respectivos caminos como si apenas se hubieran visto de pasada, pero el encuentro despertó la curiosidad del mink.
Cuando por fin llegó hasta la taberna, por cuya puerta acababa de aparecer la hermosa rubia de generosos atributos con un modelito de infarto.
— En la parte alta de Oykot debe haber un modesto cuartel de la marina. - Le dijo Hato mientras sacaba un artilugio muy curioso que se asemejaba a un bastón plegable.
— Es cierto-gara, pero antes… — El mink le señaló la puerta de la taberna. — Acompáñame un momento adentro-gara, quiero comprobar algo-gara. —
Guiando a su compañera, se adentraron en el interior del edificio y se encaminaron hacia el sótano, donde el mink tenía una buena idea de lo que Salvos quería decirle, algo que estaba seguro de que podría localizar gracias a que su desarrollado olfato lupino percibió un olor desagradable, único y repugnante que venía desde las entrañas del piso bajo de la taberna.
Día 23 de Verano.
— ¿Y puedes crear todo el alcohol que quieras-gara? ¡Qué maravilla-gara! A veces siento envidia de poderes como esos-gara. — Sorprendido, se dejó llevar por la sobrenatural habilidad de su diminuto camarada, que contrastaba en sobremanera con el descomunal gyojin de las profundidades sentado a su lado.
Aquel curioso tontatta formaba parte del Grupo A, uno de los tres equipos revolucionarios que iban a luchar por la liberación de Oykot el día 25. Esa noche, el mink bailarín se había reunido con ellos en el barco del tontatta como representante del grupo C.
— ¿Te gusta mi caracolillo-gara? Le puse una chaquetita a juego con la mía y todo-gara, ¡fíjate-gara! Hasta me imita en la sonrisa-gara. — Comentó ilusionado mientras coordinaban los Den Den Mushi.
- Os mantendremos informados de la fiesta que vamos a montar-gara, ¡va a ser un verdadero espectáculo-gara! - Exclamó mientras que posaba moviendo la cadera hacia adelante y atrás con entusiasmo. - ¡Eso sí! Tened cuidado con el embalse-gara, no queremos convertir el reino en sopa-gara… ¡Y bueno-gara! ¿Habéis escuchado “Wonderwall”-gara? —
Tras la reunión, donde les dedicó unas cuantas canciones con su guitarra eléctrica, el mink se escabulló bajo el cobijo de una noche cerrada dando espectaculares pasos de baile a lo largo del muelle.
Día 24 de Verano.
La mañana siguiente también fue entretenida.
Como pasaba la noche en casa de Harold, su amigo ballenero convertido a revolucionario, pudo moverse fácilmente a través de Bajo Oykot. Su primera parada: encontrar al Grupo B. Mientras posaba con un estilo abrumadoramente sensual sobre un montón de cajas del muelle, el pequeño brillo de unas escamas familiares le delataron la presencia de este equipo.
— ¡Asradi! ¡Qué agradable sorpresa-gara! El destino nos vuelve a reunir-gara. — El mink había conocido a la bella sirena en el Reino de Goa, entre los escombros de la miseria, algo que seguramente la motivó a unirse a la revolución.
De nuevo, como representante del Grupo C, explicó su parte del plan y coordinó los caracolófonos con los demás integrantes del grupo B.
— Espero que no tengáis problemas en hablar con la gran Karina-gara. — Explicó el lobo, al tiempo que les dedicaba una pose en primera fila. — Pero siempre podéis mencionarle que sois compañeros míos y de Hato-gara. ¡Además-gara! Los balleneros y pescadores de los muelles pueden avalar por nosotros y nuestras buenas intenciones-gara… En fin, aquí os presento “Wonderwall”-gara. —
Tras despedirse dándoles ánimo con una cancioncilla, se marchó en dirección a la taberna donde esperaba el resto del Grupo C al atardecer. Con ellos era con quien debía poner en marcha la parte más divertida y ruidosa del plan.
El equipo, que había llegado al establecimiento antes que él, constaba de Hato, la bella revolucionara con quien ya había trabajado, y dos caras desconocidas que formaban parte de la Armada y habían venido expresamente para la misión: Rocket y Lemon Stone.
— ¡Ok-gara! Tenemos que planificar todo con el más sumo cuidado-gara, no queremos que nadie sepa lo que tenemos planeado-gara… Nuestro papel en esta importante misión-gara… ¡Es llamar la atención de todo el mundo-gara! — Les dijo con un secretismo colmado de emoción.
Mientras conversaban, iban vaciando varias jarras de cerveza y vasos de vino que, acompañados por el buen ánimo del lugar, les ayudó a conocerse mejor.
— ¡Eso es! ¡Abajo la tiranía-gara! — Exclamó el mink, brindando.
Al concluir la reunión, Lobo Jackson se marchó para pasar la última noche en el hogar de Harold y recuperar fuerzas… Además de pasar la ligera borrachera.
Día 25 de Verano.
Despertó temprano y más sobrio de lo que esperaba, y preparó todo lo que necesitaba para ir al punto de reunión. Además, empacó un repuesto de cuerdas de guitarra por si alguna de las que llevaba se rompía.
— ¡Un momento, Lobo! — Su amigo Harold le detuvo en el instante en el que salía por la puerta. — Toma. —
— ¿Un puro-gara? — Preguntó el mink, sujetando el cigarro cuyas hojas de tabaco estaban envueltas con elegancia. — Harold… No fumo-gara. —
— Es para celebrar la victoria. — Le dijo el hombre con una sonrisa. — Tú guárdalo hasta que regreses. —
El mink se despidió de manera afectuosa y partió camino a la taberna donde se debía encontrar con Hato mientras devoraba un [onigiri] que se había llevado como desayuno, pero justo cuando pasaba por la zona del muelle cerca de los barcos, se le apareció una figura familiar.
Algo extrañado, pero curioso, Lobo Jackson le dio la espalda y empezó a realizar un moonwalk particularmente lento y decidido, diferente al resto de los que hacía. Con una intención diferente al baile que el otro hombre, como un reflejo del mink, imitó a la perfección hasta que sus espaldas chocaron con suavidad.
No era ni más ni menos que Salvos Seaworth, quien correspondía a un saludo secreto — Gothohoho. — Se rascó el interior de su oreja con el meñique. — Hoy hay Fuguström en el sótano de la taberna del puerto sur, ya sabes. Dios salve a la reina. Ese plato de pez globo fermentado no es qué guste mucho a la nobleza, pero a los balleneros nos encanta. Cuidado con el olfato, Lobo. Y ya que vas, saluda a Gaultier de mi parte. —
Continuaron sus respectivos caminos como si apenas se hubieran visto de pasada, pero el encuentro despertó la curiosidad del mink.
Cuando por fin llegó hasta la taberna, por cuya puerta acababa de aparecer la hermosa rubia de generosos atributos con un modelito de infarto.
— En la parte alta de Oykot debe haber un modesto cuartel de la marina. - Le dijo Hato mientras sacaba un artilugio muy curioso que se asemejaba a un bastón plegable.
— Es cierto-gara, pero antes… — El mink le señaló la puerta de la taberna. — Acompáñame un momento adentro-gara, quiero comprobar algo-gara. —
Guiando a su compañera, se adentraron en el interior del edificio y se encaminaron hacia el sótano, donde el mink tenía una buena idea de lo que Salvos quería decirle, algo que estaba seguro de que podría localizar gracias a que su desarrollado olfato lupino percibió un olor desagradable, único y repugnante que venía desde las entrañas del piso bajo de la taberna.