Hay rumores sobre…
... una plaga de ratas infectadas por un extraño virus en el Refugio de Goat.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Drake Longspan
[...]
Drake Longspan observaba el puente frente a él con la acostumbrada cautela que lo caracterizaba, aunque sus sentidos estaban alerta, tenía que garantizar su superviviencia.

Jun era impulsiva, eso ya lo sabía. La había visto hacer locuras que otros ni siquiera considerarían en situaciones mucho más simples, robar en medio de un mercado de día por ejemplo. Pero en su mente, no había razón para alarmarse ahora. Después de todo, estaban en medio de una carrera extraña por una estructura aún más extraña, con antiguos ascensores que parecían diseñados para algún tipo de competencia milenaria, y la chica ya había demostrado tener más habilidades de las que aparentaba, aunque estuviese sujeta a él hasta bien entrados en el puente. Cuando ella se acercó al borde del precipicio, él simplemente se limitó a observarla, convencido de que, como siempre, saldría ilesa de lo que fuera que estuviera tramando.

Lo que no había previsto, sin embargo, era la presencia de un inesperado y maldito compañero de travesuras... MC Duck, el pato terrorista.

Drake frunció el ceño en cuanto vio al plumífero en brazos de la chica medio tiburón. El mismo pato que hacía un rato había estado susurrando ideas locas en el oído de la joven aunque el muchacho no se diese cuenta, ese maestro de la manipulación emplumada y liante profesional, ahora se encontraba cómodamente en sus brazos mientras ella fingía no notar lo absurdo de la situación. Había algo en los ojos oscuros del ave que siempre lo hacía sospechar, como si detrás de esa adorable apariencia se escondiera un pequeño demonio con un plan maestro.

«Espera... ¿Qué está haciendo con el pato?» pensó el humano de brazos largos, todavía sin moverse, como si estuviera intentando darle sentido a lo que veía.

Aquella chica, con su habitual actitud de "me importa una mierda todo" seguía acercándose peligrosamente al borde del abismo, y fue entonces cuando su sonrisa traviesa y la mirada cómplice que le lanzó al pato hicieron que todas las alarmas internas de Drake se dispararan.

Y entonces, ocurrió.

Sin previo aviso, Jun Gunslinger dejó escapar un grito ahogado y, con un movimiento teatral, fingió resbalar, llevándose consigo al pato de la mafia y lanzándose al vacío.

Drake Longspan parpadeó, atónito, el tiempo que le tomó a su cerebro procesar lo que acababa de ver. Un segundo después, su calma habitual se evaporó como humo. Sus ojos se salieron de sus orbitas, estaba absolutamente desencajado.

¡¿ES EL PATO?! 

Su corazón, que normalmente latía con una cadencia relajada incluso en los momentos más tensos, ahora bombeaba adrenalina a una velocidad alarmante. ¡Jun era medio pez y sabía nadar! Eso estaba bien. Pero el pato… ¡El maldito idiota había consumido una Akuma no Mi! Drake no tenía idea de si esa bola de plumas sabía planear o no, pero en ese momento, no le importaba. Todo lo que sabía era que si el pato se ahogaba, Jun iba a cargar con la culpa, y probablemente arrastraría a Drake con ella, era su única misión, que todo el mundo volviese a casa.

¡¿PERO QUÉ CARAJO HACEN?! 

[Imagen: PlYG4LF.png]

Corrió moviéndose como un rayo. Sus piernas, normalmente torpes, se movieron con sorprendente agilidad mientras extendía sus brazos largos hacia el abismo. Su intención era clara: atrapar a Jun Gunslinger y al pato en el aire, como un héroe en una historia de aventuras, aunque luego les ahorcaría a los dos. Pero, como ocurría con la mayoría de las cosas que el chico intentaba hacer sin pensar demasiado, su ejecución fue… menos que perfecta.

Sus manos, largas y fuertes como eran, calcularon mal el tiempo y la distancia. En lugar de una maniobra elegante de rescate, lo único que consiguió fue rozar los bordes de la ropa de la chica antes de perder el equilibrio y caer al vacío detrás de ellos. Fue un momento de pura comedia física: un grandullón de más de dos metros de altura que se lanzaba al abismo con la gracia de una tabla de madera cayendo de una mesa.

¡NO QUIERO MORIR! — gritó sollozando mientras el viento silbaba en sus oídos y su cuerpo caía a una velocidad aterradora — ¡TODAVÍA ME DEBEN DINERO!

Su desesperación no era para menos. Mientras caía, sintió cómo su estómago se le subía a la garganta junto al onigiri, y la única cosa que podía pensar era en el destino inevitable que le aguardaba al final de la caída: el agua oscura que había visto desde arriba, o lo que fuera que hubiera en ese abismo desconocido.

El impacto tenía pinta de cualquier cosa menos heroico. Imaginó su cuerpo hundiéndose como una piedra gigante. El agua lo envolvería por completo en cuestión de segundos, y en la confusión del momento, sus largos brazos y piernas se agitarían torpemente mientras trataba de orientarse. Las burbujas que escapaban de su boca en forma de gritos de angustia solo añadirían un toque más ridículo a su posible muerte...

¡JUN! ¡¿QUÉ TE PASA POR LA CABEZA?! — Gritó en plena caída.

¿Cómo había terminado metido en esto? Ah, claro… porque Jun Gunslinger y ese maldito pato piromano y manipulador no conocían el concepto de “no hacer locuras”.
Y él, claramente, tampoco.

Resumen
#81


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RE: [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado - por Drake Longspan - 21-09-2024, 05:49 AM

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