Jack D. Agnis
Golden Eyes
21-09-2024, 05:30 PM
Mientras Anissa terminaba de comunicarse con el resto, decidí avanzar un poco por ese puente, al notar que otros ya lo habían echo y el mismo no se había venido abajo.
Di dos pasos hacia el interior de dicho puente y luego salté para ver que tan resistente era y al parecer, podía soportar el peso de ambos sin problemas.
Aun así, no tenia que tentar mucho a la suerte, por lo que luego de probarlo, volví sobre mis pasos, hacia Anissa.
-Creo que el puente nos puede soportar. Asique dudo que tengamos problemas en caminar sobre el. Asique vamos- le dije a Anissa, mientras comenzaba a moverme hacia el medio del puente, pero un nuevo llamado por el den den mushi, hizo que me detuviera.
-Tch, ¿Acaso los otros no tiene cosas mejor que hacer que molestar?- pregunté al aire, mientras esta vez tomaba mi den den mushi y contestaba.
-Si, ¿que carajo que quieren ahora? - le diría a quien estuviera detrás de aquel caracol, algo molesto por sus interrupciones, pero mi molestia se transformó en una sonrisa divertida al oír lo que tenían que decirnos.
-Muy bien. Supongo que nos veremos pronto. Procuren no morir aun- le dije a todos detrás de ese den den mushi de manera divertida y sobre todo al Doc, quien era el que estaba dando la información.
Una vez la llamada se cortó volví hacia Anissa.
-¿Lo has oído? Al parecer debemos saltar hacia el agua y que la misma nos arrastre. Al final ese viejo semi muerto nos ha servido de algo- le dije a Anissa con una sonrisa, antes de notar como otras personas se tiraba también al agua.
-Eh? El doc les compartió esa información también? Tch, la poca ventaja que teníamos ahora se ve arruinada por la boca del Doc. Vamos Anissa, no nos demoremos. Debemos llegar cuanto antes al premio que hemos venido a buscar- le diría, mientras la tomaba de su mano y la arrastraba hacia algún punto del puente que nos permitiera saltar directamente hacia el agua que se supone que teníamos debajo.
Tras mirar un poco, giraría nuevamente hacia aquella mujer que me acompañaba y exclamaría:
-Estas lista, no? - sin esperar su respuesta, me lanzaría hacia el agua arrastrándola conmigo hacia lo que parecía ser una muerte segura. Pero me consolaba que si al menos moría, Anissa y todos los otros idiotas que se habían arrojado, también lo haría.
“No seré el único en el infierno” pensé divertido.
Di dos pasos hacia el interior de dicho puente y luego salté para ver que tan resistente era y al parecer, podía soportar el peso de ambos sin problemas.
Aun así, no tenia que tentar mucho a la suerte, por lo que luego de probarlo, volví sobre mis pasos, hacia Anissa.
-Creo que el puente nos puede soportar. Asique dudo que tengamos problemas en caminar sobre el. Asique vamos- le dije a Anissa, mientras comenzaba a moverme hacia el medio del puente, pero un nuevo llamado por el den den mushi, hizo que me detuviera.
-Tch, ¿Acaso los otros no tiene cosas mejor que hacer que molestar?- pregunté al aire, mientras esta vez tomaba mi den den mushi y contestaba.
-Si, ¿que carajo que quieren ahora? - le diría a quien estuviera detrás de aquel caracol, algo molesto por sus interrupciones, pero mi molestia se transformó en una sonrisa divertida al oír lo que tenían que decirnos.
-Muy bien. Supongo que nos veremos pronto. Procuren no morir aun- le dije a todos detrás de ese den den mushi de manera divertida y sobre todo al Doc, quien era el que estaba dando la información.
Una vez la llamada se cortó volví hacia Anissa.
-¿Lo has oído? Al parecer debemos saltar hacia el agua y que la misma nos arrastre. Al final ese viejo semi muerto nos ha servido de algo- le dije a Anissa con una sonrisa, antes de notar como otras personas se tiraba también al agua.
-Eh? El doc les compartió esa información también? Tch, la poca ventaja que teníamos ahora se ve arruinada por la boca del Doc. Vamos Anissa, no nos demoremos. Debemos llegar cuanto antes al premio que hemos venido a buscar- le diría, mientras la tomaba de su mano y la arrastraba hacia algún punto del puente que nos permitiera saltar directamente hacia el agua que se supone que teníamos debajo.
Tras mirar un poco, giraría nuevamente hacia aquella mujer que me acompañaba y exclamaría:
-Estas lista, no? - sin esperar su respuesta, me lanzaría hacia el agua arrastrándola conmigo hacia lo que parecía ser una muerte segura. Pero me consolaba que si al menos moría, Anissa y todos los otros idiotas que se habían arrojado, también lo haría.
“No seré el único en el infierno” pensé divertido.