Lemon Stone
MVP
22-09-2024, 12:48 AM
Lemon observaba el muelle con gesto aburrido, como si no fuera lo suficientemente interesante para alguien como él. ¿Y cómo iba a serlo? Era ancho, largo, normal. Puede que los dos marines armados con fusiles llamasen la atención del revolucionario, pero la verdad es que no. Lo estaba pasando bien en la taberna, molestando al viejo difícil de convencer, siendo el centro de atención. Sin embargo, tenía una obligación, tenía un deber que pensaba cumplir, aunque se quedara sin postre por un mes.
-Si no te gusta la idea de hacerte pasar por un perro adoctrinado, podemos ejecutar el plan B. Como eres un marsupial bastante compacto debes caber en lugares que un hombre fuerte y grande como yo no. Mientras robas los víveres, yo puedo llamar la atención -propuso finalmente.
Entre las sombras pululantes Lemon notó la figura indistinguible de un barco de tamaño mediano atracado en el muelle. Era imposible saber cuántos hombres había allí dentro, y qué clase de soldados habría en ese lugar. ¿Serían fuertes? ¿O solo viejos por jubilar? Esperaba que fuera la última opción, no andaba con muchas ganas de esforzarse más de lo necesario, aunque sí que quería cumplir con la Causa.
-Escúchame, Castor. Esta es la típica escena de película donde los protagonistas, es decir, nosotros, salvamos al mundo. Les robamos los trajes, nos hacemos pasar por ellos y nos colamos en el barco -propuso Lemon, haciéndolo parecer bastante más fácil de lo que en realidad sería. Además, ¿cómo justificarían el haber roto la tarea inicial de vigilar el muelle?-. Luego, pasaremos la comida a una balsa y huiremos. Eso sí, considero que todas las misiones del Ejército Revolucionario deben involucrar incendios, canciones de protesta o sindicalización. Sugiero que esta vez nos centremos en el fuego y quememos los barcos en nombre de la Causa.
Puede que no fuera la idea más inteligente ni el plan más elaborado, ni siquiera era una propuesta sensata, pero funcionaría. Otra opción era enfrentarse a los dos soldados, lanzarlos al agua y hacer lo mismo con cada uno de los marines del barco. Sin embargo, desconocía el tamaño de la tripulación y la fuerza de sus miembros. Quizás fueran pobres almas adoctrinadas encomendadas al Gobierno Mundial, pero eso no significaba que fueran débiles.