Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
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[C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi
Asradi
Völva
Sí, todo en los gestos y movimientos de Asradi clamaban por cautela, por desconfianza. No era culpa del chico en sí, sino del mundo en general. De lo que ella había vivido y cómo. Todo había ido bien hasta que había sido, casi literalmente, vendida a los dragones celestiales como futura consorte de uno de ellos. Se había negado en rotundo inicialmente, pero había tenido que acallarse por no poner en peligro a los suyos. Al final, la presión había sido lo suficientemente agobiante como para hacerla huír. Se arrepentía en parte y los remordimientos la reconcomían en algunas noches. Solo esperaba que su clan todavía se mantuviese en pie. Quizás la odiasen, quizás no. Pero ahora no podía echarse atrás cuando ya estaba hecho.

El tener ese hándicap, ese sentimiento persecutorio, le hacía desconfiar del mundo en general, al menos en primera instancia. Sirena y propiedad de los dragones celestiales. Era una combinación peligrosa en la superficie. Por fortuna, hasta ahora, había logrado ir escondiendo ambas condiciones, en mayor o menor medida. Aunque su condición de sirena había sido vista más veces, quizás, de las deseadas. Pero ese, en realidad, era un mal menor. En ocasiones.

Asradi apretó ligeramente los labios mientras continuaba mirando hacia el chico de ojos y cabellos llamativos. Sus colores eran vibrantes, hermosos como un día soleado. Como el fuego mismo. Un elemento tan contrario al que ella estaba habituada: el agua. Eran, en ese aspecto, polos totalmente opuestos. La sirena le siguió con la mirada, mientras él le explicaba que no tenía tanta experticia en el tema de las hierbas medicinales, que solo quería experimentar con ellas. Eso podía ser bueno o malo. Porque una hierba, dependiendo del uso que se le diese, podía ser un medicamento o un veneno. Ella lo sabía bien.

Tenía cierta mano al respecto. Todavía tenía mucho que aprender, aún así.

Entonces, ¿no te sería mejor acudir a un médico o un herborista en el pueblo? Aquí no creo que vivan demasiados. — No pudo evitar esbozar una muy breve sonrisa. Era un tono un poco irónico, pero no lo había dicho tampoco con maldad.

Pero, efectivamente, en ese lugar apartado no creía que el chico pudiese encontrar lo que buscaba. O quizás sí y aún no lo supiese. Asradi podría enseñarle, mostrarle algunas cosas, pero la cautela todavía estaba latente en aquella preciosa mirada azul, tan cambiante como el caprichoso océano.

Vió como el muchacho se acomodaba a una distancia prudencial de ella, respetando su espacio personal y la distancia que la sirena misma había impuesto. Le relajó un poco cuando él se sentó, demostrando que, aparentemente, no tenía malas intenciones. Al menos por ahora. La postura tensa de la pelinegra pareció aflojarse un poco. Incluso exhaló un pequeño suspiro, casi imperceptible. Se permitió, ahora, contemplar con más detalle al hombre frente a sí. Definitivamente, no era humano. Esas enormes y preciosas alas emplumadas lo definían como otra cosa. ¿Lo qué? No lo sabía. Había demasiadas especies en el mundo que ella no conocía.

Y le estaba pidiendo que continuase la canción. Asradi enarcó apenas una ceja. No se esperaba una petición similar por lo que se sintió un tanto azorada. Por norma general no era tímida, pero aquello le había tomado un poco por sorpresa. Contempló de nuevo la mirada contraria, perdiéndose en ella por unos segundos. El murmullo de la brisa marina se arremolinaba en torno a ambos, creando una escena única entre dos criaturas provenientes de mundos tan diferentes. Y, probablemente, tan iguales que ellos todavía no lo supiesen. El viento arreboló la arena de manera sutil, tanto como las plumas delicadas de aquella criatura como los cabellos ébano de la criatura del océano.

No muchos le hacían esas peticiones. Por no decir nadie, abiertamente. No había entablado relaciones duraderas, al fin y al cabo. Era un sentimiento de soledad al que, por desgracia, ya se había acostumbrado. Dudó unos momentos, dejando entrever ese sentimiento con la mirada. Pero, al final, pareció meditarlo y asentir brevemente para sí. ¿Qué daño podía causar?

Es una extraña petición, pero... — Finalmente, una muy suave sonrisa terminó por adornar su faz. — Está bien.

Aceptó al final.

Tomó aire unos segundos, buscando de nuevo esa conexión espiritual con el mar. Era sencillo al encontrarse tan cerca del mismo. Y, una vez más, aquella melodía casi mística se dejó escuchar, en un tono ahora vibrante. Dudoso al principio, pero que fue ganando fuerza a medida que la seguridad de la sirena se iba afianzando conforme los acordes continuaban. Solo se escuchaba eso y el murmullo del océano rompiendo en la orilla, con la vastedad del mismo como único testigo entre aquellas dos criaturas.
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RE: [C- Presente] Over the Boardwalk, Beyond the Sunset | Priv. Asradi - por Asradi - 22-09-2024, 12:35 PM

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