Masao Toduro
El niño de los lloros
22-09-2024, 07:05 PM
Al tiburón pareció gustarle el jereh, no tal vez en el primer trago, pero si al segundo, su mirada y aspecto se tornaron aún más intimidantes si cabían, tal vez su gesto de buena voluntad no hubiera sido del todo correcto. Independientemente de aquello decidí fiarme del criterio de la “yaya” y de lo que decía el tiburón.
Evidentemente, no pude evitar fruncir el ceño al escuchar que el hombre pez no iba a repartir el botín de forma equitativa, de todas formas, tampoco se veía en condiciones de ponerse a pelear contra aquel tipejo de cuatro metros
—¿Bueno tal vez si me lo podría bajar?— comencé a dudar, volviendo a sobrestimar mis propias capacidades como de costumbre —Bueno, como cristo rey nos dice de compartir con los más necesitados y la avaricia era al final de un día un pecado, con tener suficiente como para una temporada debería bastar— terminé resolviendo en mi cabeza, mentalizándome para aceptar las condiciones propuestas.
—Estah bien picha, pero podías haberte estiro a cuatro cajas, niño— le replicó mesándose el mentón y esperando unos segundos para ver si le mejoraba la oferta -En fin, trato hecho- terminó estirando la mano, en señal de que aceptaba la oferta, aunque lo mismo el bicho no entendía aquella costumbre humana no se de qué cajas hablas, pero me fio de que las tengas a buen recaudo- replique a la pregunta que me había hecho, y es que si bien había dado la voz de alarma cuando vio lo que le parecía un tiburón en el puerto, no alcanzo a ver mucho más pese a lo imponente que era, posiblemente porque ya se había sumergido con la mercancía o similar.
Finalmente, rehusé de volver a beber, indicándole al hombre pez que podía terminarse la botella.
—Veoh que te ha gustao la sangre de cristo, eh— le repliqué en tono jovial, intentando descender un poco más el ambiente —Puedeh apurarla tú si quieres, no tengoh necesidad de beber ahora— le maticé, y es que nunca le gustaba embotarse la cabeza antes de “trabajar” -Bueno, dijo dando un par de palmadas, vamos al lío ¿Qué tenía pensao?- le pregunté con respecto a como pensaba hacerse con la gema.
Yo la verdad es que, si bien me consideraba un genio táctico para mi edad, quería saber qué perspectiva tenía el tiburón y trabajar desde una postura dada, y es que el hecho de no haber trabajado con nadie con sus capacidades tenía dudas de como un tipo como aquel podía llegar a hacer y que cojones, yo siempre había sido muy “apañao” por lo que podría adaptarme a cualquier contratiempo siempre que no involucrará vivir bajo del agua.
Evidentemente, no pude evitar fruncir el ceño al escuchar que el hombre pez no iba a repartir el botín de forma equitativa, de todas formas, tampoco se veía en condiciones de ponerse a pelear contra aquel tipejo de cuatro metros
—¿Bueno tal vez si me lo podría bajar?— comencé a dudar, volviendo a sobrestimar mis propias capacidades como de costumbre —Bueno, como cristo rey nos dice de compartir con los más necesitados y la avaricia era al final de un día un pecado, con tener suficiente como para una temporada debería bastar— terminé resolviendo en mi cabeza, mentalizándome para aceptar las condiciones propuestas.
—Estah bien picha, pero podías haberte estiro a cuatro cajas, niño— le replicó mesándose el mentón y esperando unos segundos para ver si le mejoraba la oferta -En fin, trato hecho- terminó estirando la mano, en señal de que aceptaba la oferta, aunque lo mismo el bicho no entendía aquella costumbre humana no se de qué cajas hablas, pero me fio de que las tengas a buen recaudo- replique a la pregunta que me había hecho, y es que si bien había dado la voz de alarma cuando vio lo que le parecía un tiburón en el puerto, no alcanzo a ver mucho más pese a lo imponente que era, posiblemente porque ya se había sumergido con la mercancía o similar.
Finalmente, rehusé de volver a beber, indicándole al hombre pez que podía terminarse la botella.
—Veoh que te ha gustao la sangre de cristo, eh— le repliqué en tono jovial, intentando descender un poco más el ambiente —Puedeh apurarla tú si quieres, no tengoh necesidad de beber ahora— le maticé, y es que nunca le gustaba embotarse la cabeza antes de “trabajar” -Bueno, dijo dando un par de palmadas, vamos al lío ¿Qué tenía pensao?- le pregunté con respecto a como pensaba hacerse con la gema.
Yo la verdad es que, si bien me consideraba un genio táctico para mi edad, quería saber qué perspectiva tenía el tiburón y trabajar desde una postura dada, y es que el hecho de no haber trabajado con nadie con sus capacidades tenía dudas de como un tipo como aquel podía llegar a hacer y que cojones, yo siempre había sido muy “apañao” por lo que podría adaptarme a cualquier contratiempo siempre que no involucrará vivir bajo del agua.