Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
22-09-2024, 10:50 PM
El gato esférico se alzaba arrogante sobre las ramas retorcidas de los arboles observando al joven Percival. Bajo él tres senderos fueron abiertos con una maliciosa pregunta, dando cada camino una más malvada respuesta que la anterior. El camino a la sala de fiestas aguardaba tras alguno de los caminos, la elección de camino era importante. Also el tiempo corría, no había mucho margen para pensar, esos relojes de antes marcando una cuenta atrás, que ocurriría cuando la cuenta quedara en cero?
El joven Percival se quedo parado pensando las opciones una por una. No tardo en darse cuenta que no existía realmente una opción buena. Pero eso en si mismo era importante, en la vida no existían siempre opciones buenas, en ocasiones solo podías elegir entre algo malo y algo malo, es tu integra responsabilidad valorar cual es la menos mala. No obstante una elección es menos mala según el punto de vista, algo puede ser lo menos malo para uno mismo, quizá lo menos malo para otra parte, tal vez lo menos malo para la sociedad, o incluso algo puede ser influyente para una organización.
Y finalmente la decisión fue tomada, todos los senderos se cerraron de forma abrupta desapareciendo entre las ramas entrelazadas y retorcidas del bosque - Muy bien, felicidades, has condenado a los dos infantes y eso te ha conducido por el sendero más corto a la sala de fiestas - Una presencia se podría notar en estos momentos sobre el lago, era la misma imagen de Percival, pero este portaba las ropas típicas de un Tenryūbito - Debo felicitarte, has puesto las vidas de personas sobre una balanza de valores y has decidido quienes merecen vivir y quienes no, exactamente como harían ellos.
Pero entonces el Percival Dragon Celestial se desvanecería, al igual que el estanque, los arroyos dejaron de fluir - Pero bueno, no estamos ya aquí para decidir que tan miserable eres, tomaste el camino más corto a la sala de fiestas - El suelo en todo el claro desapareció haciendo caer a Percival por una inconmensurable oscuridad observando como toda la luz se reducía a la filtrada por aquel agujero que acababa de caer formado por un circulo de arboles - Pero para cruzar dicho sendero deberás pasar por encima de su guardián - El joven Percival terminaría por caer sobre una plataforma de cristal que formaba un mosaico de colores cuyos patrones formaban la imagen del él mismo - Deberás pasar por encima... De mi.
Entonces una garra emergió de la oscuridad aferrándose al borde de aquella plataforma de cristal de cincuenta metros de radio. Una segunda garra escalaria, y una tercera, y una cuarta, hasta que finalmente las mismas se impulsarían para que se alzara una gran masa sobre la plataforma de cristal, aterrizando a unos veinte metros de Percival. Era una especie de gato monstruoso de ocho metros de alto y unos doce metros de largo; con cuatro pares de patas que finalizaban en unas garras aterradoras y una sonrisa que revelaba una macabra hilera de cientos que resultaba siniestra, con su pelaje blanco cubierto por el lomo por patrones carmesí que recordaban a la misma sangre.
- Bueno querido Percival, pudiste condenar a esos niños, podrás hacer lo mismo conmigo?
El joven Percival se quedo parado pensando las opciones una por una. No tardo en darse cuenta que no existía realmente una opción buena. Pero eso en si mismo era importante, en la vida no existían siempre opciones buenas, en ocasiones solo podías elegir entre algo malo y algo malo, es tu integra responsabilidad valorar cual es la menos mala. No obstante una elección es menos mala según el punto de vista, algo puede ser lo menos malo para uno mismo, quizá lo menos malo para otra parte, tal vez lo menos malo para la sociedad, o incluso algo puede ser influyente para una organización.
Y finalmente la decisión fue tomada, todos los senderos se cerraron de forma abrupta desapareciendo entre las ramas entrelazadas y retorcidas del bosque - Muy bien, felicidades, has condenado a los dos infantes y eso te ha conducido por el sendero más corto a la sala de fiestas - Una presencia se podría notar en estos momentos sobre el lago, era la misma imagen de Percival, pero este portaba las ropas típicas de un Tenryūbito - Debo felicitarte, has puesto las vidas de personas sobre una balanza de valores y has decidido quienes merecen vivir y quienes no, exactamente como harían ellos.
Pero entonces el Percival Dragon Celestial se desvanecería, al igual que el estanque, los arroyos dejaron de fluir - Pero bueno, no estamos ya aquí para decidir que tan miserable eres, tomaste el camino más corto a la sala de fiestas - El suelo en todo el claro desapareció haciendo caer a Percival por una inconmensurable oscuridad observando como toda la luz se reducía a la filtrada por aquel agujero que acababa de caer formado por un circulo de arboles - Pero para cruzar dicho sendero deberás pasar por encima de su guardián - El joven Percival terminaría por caer sobre una plataforma de cristal que formaba un mosaico de colores cuyos patrones formaban la imagen del él mismo - Deberás pasar por encima... De mi.
Entonces una garra emergió de la oscuridad aferrándose al borde de aquella plataforma de cristal de cincuenta metros de radio. Una segunda garra escalaria, y una tercera, y una cuarta, hasta que finalmente las mismas se impulsarían para que se alzara una gran masa sobre la plataforma de cristal, aterrizando a unos veinte metros de Percival. Era una especie de gato monstruoso de ocho metros de alto y unos doce metros de largo; con cuatro pares de patas que finalizaban en unas garras aterradoras y una sonrisa que revelaba una macabra hilera de cientos que resultaba siniestra, con su pelaje blanco cubierto por el lomo por patrones carmesí que recordaban a la misma sangre.
- Bueno querido Percival, pudiste condenar a esos niños, podrás hacer lo mismo conmigo?