¿Sabías que…?
... Oda tenía pensado bautizar al cocinero de los Mugiwaras con el nombre de Naruto, pero justo en ese momento, el manga del ninja de Konoha empezó a tener mucho éxito y en consecuencia, el autor de One Piece decidió cambiarle el nombre a Sanji.
[Misión de temporada] El Gato y el Ratón - Grupo A
Alistair
Rengoku
Personaje
inventario
Virtudes | Defectos (Relevantes para interacción con NPCs
Día 22 [Arribo a Oykot]
"Agitado" era la primera palabra que venía a su mente cuando intentaba describir el viaje de llegada hasta Oykot. Polizón en un transporte mercantil no era la forma en que se veía a sí mismo recorriendo los amplios mares, y uno de sus mayores gustos en la vida era el de recostarse contra la carandilla de un navío y apreciar el oleaje del vasto gigante azul que los rodeaban durante la travesía. Era relajante cuanto menos, y en ocasiones inclusive, podía encontrar destellos de inspiración en los pequeños momentos como éstos. Un pensamiento soñador que se disipó de golpe cuando el barco se meció con fuerza por la colisión de una ola y el contenido de los barriles cercanos acabó sobre él. Era un transporte de sardinas. 

Por supuesto, mas allá del poco agradable aroma, no es como si estuviera quejándose con nadie lo absoluto, muy por el contrario; estaba agradecido de corazón con los humildes mercaderes que le habían permitido abordar su embarcación por debajo de la mesa a pesar del riesgo que éste suponía. Una pareja simpática, y que parecían apoyar la causa rebelde aunque tan solo pudiera ser en pequeños gestos como ése, lo cual funcionó en enorme favor del Lunarian. Claro, no eran al único grupo a quien brindaban ayuda ni a la única persona, y por eso parecían acostumbrados a mover gente furtivamente de isla en isla. Los pequeños empresarios debían ganarse la vida como hiciera falta, algo que entendía con claridad. Alistair les agradecería enérgicamente, y luego partiría por mi propio camino. Con algunos días de sobra, lo mejor sería aprovechar el tiempo excedente y obtener información del lugar. 

Era hora de removerse los colores de civil, y asumir los de revolucionario. Pero primero... Una muy necesaria ducha, y descanso en una posada cercana. 
Día 23 & 24

La falta de Berries dificultaba llegar a una isla en la que no tenía posesión alguna. A cambio, utilizó la mejor primera opción que tenía a su disposición: Servicios médicos en función de trueque. Si no tenía el dinero, tendría que sustituirlo con algo que pudiera ser de utilidad. Con algo de carisma y cabezonería, por lo mínimo obtendría una respuesta afirmativa a regañadientes. 

¡Y de hecho tenía una intención secundaria! Aunque prefería no repetírselo a sí mismo en demasía con intención de no desarrollar un narcisismo que lo encegueciera, en repetidas ocasiones habían resaltado sus hipnóticos ojos y un carisma capaz de sacarle chismes a más que suficientes. Lo primero para distraer y generar confianza, lo segundo para llegar a lo que buscaba: Información. Disfrazado como charla de menor importancia, el chico con cabello de fuego intentaba sonsacar tantos rumores y datos prevalentes como pudiera de la Central y quienes pudieran resguardarla

Si bien no conocía la ciudad en lo absoluto -algo que le hizo lamentar no poder obtener un mapa del lugar-, sabía cuáles eran los primeros sitios a los que debía acudir para obtener información: Posadas y bares. Si algo pasaba en la ciudad, allí se enterarían, o como mínimo correrían los rumores necesarios. Si tenía suerte, quizá daría con algún broker de información clandestino dispuesto a hacer un trato. Si entraba un encapuchado en medio de un bar oscuro, había que arrojársele de cabeza. Metafóricamente, claro. 

Adicionalmente, sus constantes paseos por las calles en busca de personas a las cuales atender sirvieron un objetivo secundario en sí mismo: Conocerse las calles a la mejor de sus capacidades. Si bien sabía que no llegaría tan pronto y de tan imprevisto al nivel de un local, dibujar un mapa mental del lugar en el que podría necesitar desvanecer su presencia era una utilidad que no subestimaría nunca. Por supuesto, de haber una reunión con sus compañeros, compartiría con ellos toda información que consiguiera hasta el día. Su información era tan suya como de ellos, y esperaba que viceversa.

Día 25

El día de la operación. Debía confesar: Hacía tiempo que no sentía los nervios que sentía ese mismo día. Pero lejos de ser nervios completamente negativos, casi podía dar forma al difuso sentimiento: Agridulce, sentía la importancia de poder participar en una misión pesarle en los hombros, pero que a su vez conseguía vigorizarlo para entregarle una nueva motivación de seguir adelante y ver hasta dónde le llevaría eso. Primero una buena ducha por la mañana, luego el desayuno mas básico que la posada pudiera ofrecer, vestimenta y, ¡en marcha! 

Viajaba ligero, contando nada más que con la ropa sobre su cuerpo y la katana que le había acompañado desde hace tiempo. Y es que el contar con una... cuantiosa deuda la cual saldar le restringía enormemente la obtención de bienes para situaciones así. Uno de sus lados mas críticos, claro, era que carecía de una comunicación constante de los miembros de su equipo al no contar con un Den Den Mushi. ¡Bueno, ya se encargaría de solucionarlo de algún modo! 

Una de las mayores ventajas de contar con una capa larga y alas de remarcable tamaño era la facilidad con la que podía esconder objetos. Al cerrarlas un poco hacía sí mismo y colocar su katana a sus espaldas en una posición ligeramente inclinada, el arma se disfrazaba de manera natural en su persona y limitaba las posibilidades de encontrarla a una extensiva inspección de su persona. Y mientras no diera a nadie una razón para hacerlo, podía contar con el factor sorpresa bajo su manga. 

Conocía a los integrantes de su grupo, la Armada se había encargado de darle la información necesaria para mantenerlo al tanto, y era casi seguro asumir que harían exactamente lo mismo con los demás. Su mejor apuesta era permanecer cerca a alguno, pero no lo suficiente como para llamar la atención de ojos curiosos e inoportunos. Con tal de que ellos lo reconocieran a él, sería mas que perfecto.

Intentando ganar una posición mas ideal, utilizaría su ventaja alada para ganar altitud y montar sobre las estructuras altas del lugar, en las que pudiera pasar desapercibido mientras ejerciera cautela en su pasar. Intentaría tener a la vista a quienes pudiera y, mientras tanto, intentaría buscar una entrada secundaria la cual pudiera tomar, tanto como si fuera a pie como si fuera volando; lo mismo podría hacerle de taxi a alguien, si lo necesitara.

Resumen para Narri & Solicitudes!
#6


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RE: [Misión de temporada] El Gato y el Ratón - Grupo A - por Alistair - 23-09-2024, 10:09 AM

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