Anissa Marr
Nissa
23-09-2024, 10:45 AM
-No necesito imaginarme que todos logran escapar, por mí que atrapen a todos los demás; me basta con escapar yo misma y eso es lo que planeo hacer.- le contesté ante la obviedad que había dicho. No consideraba que fuera necesario el explicar porque había gente detrás de gente como yo, tenía bien en claro de que si salía de esta situación más hombres seguirían viniendo por mi cabeza. Lo que realmente me resultaba interesante era el aprender que el prestamista no tenía a gente directamente a su mando buscándome; si no que ya había llegado al punto de contratar a gente ajena a su organización para llegar a mí.
-Digamos que llevo en la sangre el uso de armas de fuego, dudo que te encuentres a una tiradora tan eficaz como yo en un mar como este. Pero dejaré que mis acciones hablen por mí, tan solo dime a dónde quieres la bala y yo me aseguro de que lo que sea a lo que quieres que le dispare no se levante.- contesté con confianza ya que a pesar de no tener mucho tiempo de practica con el rifle ya había mostrado unas aptitudes superiores a las del promedio o al menos eso era lo que todas las personas que me habían visto disparar me habían comentado; no había pasado el tiempo suficiente viajando como para ser capaz de determinar cuál era la habilidad promedio de todos los tiradores del mar.
-No tengo mucho tiempo huyendo, así que no esperaba que me encontraran tan rápido. Igual ya aprendí a no confiar en alguien aunque parezca que te está salvando.- le dije con tono sarcástico y con una sonrisa, al referirme obviamente a la enseñanza que él mismo me había proporcionado hace unos pocos segundos. –Pues hacen mal al pedirte que solo me dejes lastimada, deberían de pedirte el pago o mi cabeza ya que un intento de amedrentamiento no funcionará conmigo. Aunque sería mucho mejor que no hicieras ninguna de las dos, a decir verdad.- continué un poco más tranquila ya que la hostilidad parecía haber desaparecido en su mayoría.
Muzen comenzó a avanzar, haciéndome una seña para que lo siguiera, moviéndonos así entre calles con una destreza que fácilmente nos haría perder a cualquiera que nos estuviera siguiendo. –Se está volviendo cansino lo de las amenazas, yo no soy como los hombres con los que sueles tratar; no suelo mentir cuando sé que puedo ganar algo, por ejemplo yo nunca acordé en pagarle de vuelta a ese hombre cuando me prestó el dinero. Simplemente asentí cuando me preguntó si tenía claro cuáles serían las consecuencias al dejar de pagar los intereses.- le contesté lo que esperaba que fuera la última de las amenazas a mi persona. –Es más, para que quede claro que planeo mantener mi palabra voy a mostrarte mi objetivo; y como, antes de hoy, planeaba pagar mi deuda.- continué mientras sacaba un cartel de recompensa de mi cinturón con la foto y nombre de mi padre. El cartel se veía algo arrugado y maltratado, por una parte era porque no era uno reciente y por otra era porque lo veía cada noche para recordarme porque tenía que seguir adelante. La recompensa apenas superaba los veinte millones, pero a lo que sabía eso era bastante para alguien que había navegado en el East Blue. –Mi plan es asesinar a este hombre y con los contactos que parece que tienes imagino que no te será muy difícil el reclamar su recompensa. Además, después de que saliera este cartel escuché que se volvió el tirador de un supernova así que la recompensa seguramente habrá aumentado.- continué para después guardarlo nuevamente en mi cinturón.
Un momento después llegamos a una taberna en donde la barra era atendida por una pelirroja que parecía estar ocupada sirviendo a los demás asistentes. Nada más ver a Muzen su semblante cambió a uno más serio y con una mirada que parecía ser capaz de penetrar incluso el acero. –Parece que eres muy popular en este lugar.- le dije a Muzen, regresando al tono sarcástico que había usado anteriormente.
-Digamos que llevo en la sangre el uso de armas de fuego, dudo que te encuentres a una tiradora tan eficaz como yo en un mar como este. Pero dejaré que mis acciones hablen por mí, tan solo dime a dónde quieres la bala y yo me aseguro de que lo que sea a lo que quieres que le dispare no se levante.- contesté con confianza ya que a pesar de no tener mucho tiempo de practica con el rifle ya había mostrado unas aptitudes superiores a las del promedio o al menos eso era lo que todas las personas que me habían visto disparar me habían comentado; no había pasado el tiempo suficiente viajando como para ser capaz de determinar cuál era la habilidad promedio de todos los tiradores del mar.
-No tengo mucho tiempo huyendo, así que no esperaba que me encontraran tan rápido. Igual ya aprendí a no confiar en alguien aunque parezca que te está salvando.- le dije con tono sarcástico y con una sonrisa, al referirme obviamente a la enseñanza que él mismo me había proporcionado hace unos pocos segundos. –Pues hacen mal al pedirte que solo me dejes lastimada, deberían de pedirte el pago o mi cabeza ya que un intento de amedrentamiento no funcionará conmigo. Aunque sería mucho mejor que no hicieras ninguna de las dos, a decir verdad.- continué un poco más tranquila ya que la hostilidad parecía haber desaparecido en su mayoría.
Muzen comenzó a avanzar, haciéndome una seña para que lo siguiera, moviéndonos así entre calles con una destreza que fácilmente nos haría perder a cualquiera que nos estuviera siguiendo. –Se está volviendo cansino lo de las amenazas, yo no soy como los hombres con los que sueles tratar; no suelo mentir cuando sé que puedo ganar algo, por ejemplo yo nunca acordé en pagarle de vuelta a ese hombre cuando me prestó el dinero. Simplemente asentí cuando me preguntó si tenía claro cuáles serían las consecuencias al dejar de pagar los intereses.- le contesté lo que esperaba que fuera la última de las amenazas a mi persona. –Es más, para que quede claro que planeo mantener mi palabra voy a mostrarte mi objetivo; y como, antes de hoy, planeaba pagar mi deuda.- continué mientras sacaba un cartel de recompensa de mi cinturón con la foto y nombre de mi padre. El cartel se veía algo arrugado y maltratado, por una parte era porque no era uno reciente y por otra era porque lo veía cada noche para recordarme porque tenía que seguir adelante. La recompensa apenas superaba los veinte millones, pero a lo que sabía eso era bastante para alguien que había navegado en el East Blue. –Mi plan es asesinar a este hombre y con los contactos que parece que tienes imagino que no te será muy difícil el reclamar su recompensa. Además, después de que saliera este cartel escuché que se volvió el tirador de un supernova así que la recompensa seguramente habrá aumentado.- continué para después guardarlo nuevamente en mi cinturón.
Un momento después llegamos a una taberna en donde la barra era atendida por una pelirroja que parecía estar ocupada sirviendo a los demás asistentes. Nada más ver a Muzen su semblante cambió a uno más serio y con una mirada que parecía ser capaz de penetrar incluso el acero. –Parece que eres muy popular en este lugar.- le dije a Muzen, regresando al tono sarcástico que había usado anteriormente.