Jack D. Agnis
Golden Eyes
23-09-2024, 06:46 PM
-¿Lógico? Nada tiene sentido en este lugar y eso lo hace un poco divertido, no te parece?- le dije a Anissa. No iba a negar que era un fastidio estar allí, pero a la vez se había convertido en un lugar bastante entretenido de ver y de explorar. Aunque yo prefería mas el mar que las cuevas.
Escuché las palabras de Anissa y simplemente alcé mis hombros.
-Supongo que podemos morir, pero si es así, al menos no seremos los únicos- dije divertido, mientras miraba hacia el vacío que estaba bajo nuestros pies.
Podía oír como había agua debajo de nosotros, pero no sabía cuantos metros debíamos caer antes de chocar contra la superficie del agua y tampoco sabia si esa agua era profunda o no. Aun así, no teníamos mucho mas que hacer ni demasiadas opciones. Por lo que luego de preguntarle a Anissa si estaba lista, la tomaría de la mano y la arrastraría hacia el vacío conmigo.
Ella gritó y yo reí, todo fue una confusión.
Afortunadamente el agua bajo nuestros pies no estaba tan lejos de los puentes, por lo que el golpe que nos podríamos haber dado contra la superficie fue mas bien leve.
-Ey Anissa te ahogaste?- le pregunté, mientras salia a la superficie y lanzaba un buen chorro de agua de mi boca. Desafortunadamente no tuvimos mucho tiempo para hablar, ya que una especie de corriente me arrastró hacia las profundidades.
Intenté nadar hacia la superficie, pero la corriente era demasiado fuerte para mi y al final dejé que me arrastrara, combatirla no me llevaría a ningún lado y de todas manera perdiera contra ella. En algún momento se detendría y podría salir nuevamente a superficie, pero a diferencia de lo que había pasando, la corriente terminó mucho antes y esta nos lanzó, tanto a Anissa como a mi, a una nueva habitación de aquel laberinto “cuevesco”.
-Veo que el viejo tenia razón. Fue buena idea hacerle caso al Doc, no?- le dije a Anissa con una enorme sonrisa divertida en mis labios, mientras me sacaba el agua que tenia en mi oreja.
Ya habiéndome sacado toda el agua de los oídos, miré la habitación y a aquella extraña estatua que emitía una cierta presencia, a la cual no le di demasiada importancia.
Era una estatua, ¿que iba a hacer? ¿Moverse? Lo dudaba mucho, por lo que comencé a moverme hacia ella, ya que era el único lugar donde tenia para moverme, logrando ver una especie de escalera detrás de la misma.
-Anissa, hay una escalera. Vamos. En una de esas nos encontramos con los otros- dije algo intrigado. Aquello parecía cada vez mas entretenido, por lo que avancé e intenté llegar hacia la escalera sin mirar hacia atrás.
Escuché las palabras de Anissa y simplemente alcé mis hombros.
-Supongo que podemos morir, pero si es así, al menos no seremos los únicos- dije divertido, mientras miraba hacia el vacío que estaba bajo nuestros pies.
Podía oír como había agua debajo de nosotros, pero no sabía cuantos metros debíamos caer antes de chocar contra la superficie del agua y tampoco sabia si esa agua era profunda o no. Aun así, no teníamos mucho mas que hacer ni demasiadas opciones. Por lo que luego de preguntarle a Anissa si estaba lista, la tomaría de la mano y la arrastraría hacia el vacío conmigo.
Ella gritó y yo reí, todo fue una confusión.
Afortunadamente el agua bajo nuestros pies no estaba tan lejos de los puentes, por lo que el golpe que nos podríamos haber dado contra la superficie fue mas bien leve.
-Ey Anissa te ahogaste?- le pregunté, mientras salia a la superficie y lanzaba un buen chorro de agua de mi boca. Desafortunadamente no tuvimos mucho tiempo para hablar, ya que una especie de corriente me arrastró hacia las profundidades.
Intenté nadar hacia la superficie, pero la corriente era demasiado fuerte para mi y al final dejé que me arrastrara, combatirla no me llevaría a ningún lado y de todas manera perdiera contra ella. En algún momento se detendría y podría salir nuevamente a superficie, pero a diferencia de lo que había pasando, la corriente terminó mucho antes y esta nos lanzó, tanto a Anissa como a mi, a una nueva habitación de aquel laberinto “cuevesco”.
-Veo que el viejo tenia razón. Fue buena idea hacerle caso al Doc, no?- le dije a Anissa con una enorme sonrisa divertida en mis labios, mientras me sacaba el agua que tenia en mi oreja.
Ya habiéndome sacado toda el agua de los oídos, miré la habitación y a aquella extraña estatua que emitía una cierta presencia, a la cual no le di demasiada importancia.
Era una estatua, ¿que iba a hacer? ¿Moverse? Lo dudaba mucho, por lo que comencé a moverme hacia ella, ya que era el único lugar donde tenia para moverme, logrando ver una especie de escalera detrás de la misma.
-Anissa, hay una escalera. Vamos. En una de esas nos encontramos con los otros- dije algo intrigado. Aquello parecía cada vez mas entretenido, por lo que avancé e intenté llegar hacia la escalera sin mirar hacia atrás.