Kael
El Fantasma del Mar
24-09-2024, 12:03 AM
La taberna se estaba llenando de gente nueva. Eso era muy bueno y muy malo al mismo tiempo. Los parroquianos de siempre sabía uno de que pie cojeaba, algunos literalmente, pero que viniera tanto cliente nuevo y además tanto cliente joven... eso no era muy buena señal.
Uno de ellos tenía la pinta de ser el típico cliente (Vesper) que entra en un bar para olvidar sus penas con alcohol y se dedica a jugar a las cartas. Allí reconoce a otro individuo (Doctor Bonez) y lo invita a unirse a él. La buena fortuna parece sonreírles mientras juegan y ganan dinero juntos. Sin embargo, la relación con su antiguo compañero de juego los lleva a otra taberna, donde Vesper se enfrenta a un viejo rival aludiendo a un rencor del pasado. Estos podrían llegar a dar problemas.
Otro chico más joven (Muken) empieza una discusión con un anciano fanfarrón, revelando el carácter impulsivo de Muken. Menuda manera de llegar a un sitio nuevo, por todo lo alto. Un chico con alas blancas que se siente fuera de lugar y prefiere desaparecer en la oscuridad, mi tipo favorito de cliente, no suelen dar problemas.
Y enfrente de mí, ocupando media barra con sus largos brazos, había un hombre que se atrevió a dirigirme la palabra. Para un descanso que tenía en mi turno y me tocaba tener que lidiar con personas que se creían más de lo que eran.Y para complicarlo más todavía, al poco llegó un chico con el pelo color violeta. ¿De qué me sonaba ese hombre? Estaba a muchos kilómetros de Oykot en un lugar nuevo, es por poco probable que le conociera, pero tampoco tendría que ser un cliente de la taberna habitual, podría reconocer la cara si así lo fuera.
Como si fuera una especie de flashback, llegó a mi mente el evento de días atrás. La misión del barco que había hecho cambiar tantas cosas en mi vida y por la cual acabé en esta isla. Recordé estar allí, en medio de un montón de gente y de repente que 3 personas, bueno, 2 personas y un panda concretamente decidieran sincronizarse y atacar a la vez. Era una de esas personas, el que había conseguido cortarme el brazo y aquí estaba delante de mí, desenvainando su espada amenazante.
Por suerte para mí, y desgraciadamente por desgracia para él, muchas cosas habían cambiado desde entonces. Me levanté de mi asiento y me acerqué a él, con el acero de su espada a centímetros de mi pecho.
- Hice lo que hice por intentar salvar al pueblo de Oykot de lo que fuera que tendría ese barco. Vosotros en cambio robasteis todo el cargamento sin saber si quiera que tendría dentro, ¿verdad?. Sólo sería un trabajo más para vosotros, y sin embargo el pueblo de Oykot es el que sería castigado por ello, después de todo tu estás aquí y por lo que he visto te pagaron bastante bien por arruinar la vida a muchas personas. Cuéntame, ¿acaso sabes que transportaba aquel barco? ¿o eres un simple ignorante que responde a la calderilla que te suelta el que pague mejor? Vamos, cuéntame antes de que decida cambiar de opinión y devolverte el regalo que me hiciste aquel día.
Uno de ellos tenía la pinta de ser el típico cliente (Vesper) que entra en un bar para olvidar sus penas con alcohol y se dedica a jugar a las cartas. Allí reconoce a otro individuo (Doctor Bonez) y lo invita a unirse a él. La buena fortuna parece sonreírles mientras juegan y ganan dinero juntos. Sin embargo, la relación con su antiguo compañero de juego los lleva a otra taberna, donde Vesper se enfrenta a un viejo rival aludiendo a un rencor del pasado. Estos podrían llegar a dar problemas.
Otro chico más joven (Muken) empieza una discusión con un anciano fanfarrón, revelando el carácter impulsivo de Muken. Menuda manera de llegar a un sitio nuevo, por todo lo alto. Un chico con alas blancas que se siente fuera de lugar y prefiere desaparecer en la oscuridad, mi tipo favorito de cliente, no suelen dar problemas.
Y enfrente de mí, ocupando media barra con sus largos brazos, había un hombre que se atrevió a dirigirme la palabra. Para un descanso que tenía en mi turno y me tocaba tener que lidiar con personas que se creían más de lo que eran.Y para complicarlo más todavía, al poco llegó un chico con el pelo color violeta. ¿De qué me sonaba ese hombre? Estaba a muchos kilómetros de Oykot en un lugar nuevo, es por poco probable que le conociera, pero tampoco tendría que ser un cliente de la taberna habitual, podría reconocer la cara si así lo fuera.
Como si fuera una especie de flashback, llegó a mi mente el evento de días atrás. La misión del barco que había hecho cambiar tantas cosas en mi vida y por la cual acabé en esta isla. Recordé estar allí, en medio de un montón de gente y de repente que 3 personas, bueno, 2 personas y un panda concretamente decidieran sincronizarse y atacar a la vez. Era una de esas personas, el que había conseguido cortarme el brazo y aquí estaba delante de mí, desenvainando su espada amenazante.
Cita:- Tú... ¿qué demonios haces aquí? ¿buscas otra matanza ahora en esta isla?- Masculló mirándole el brazo ya sano, que hacía días le había rajado.- No me hagas volver a hacerlo.
Por suerte para mí, y desgraciadamente por desgracia para él, muchas cosas habían cambiado desde entonces. Me levanté de mi asiento y me acerqué a él, con el acero de su espada a centímetros de mi pecho.
- Hice lo que hice por intentar salvar al pueblo de Oykot de lo que fuera que tendría ese barco. Vosotros en cambio robasteis todo el cargamento sin saber si quiera que tendría dentro, ¿verdad?. Sólo sería un trabajo más para vosotros, y sin embargo el pueblo de Oykot es el que sería castigado por ello, después de todo tu estás aquí y por lo que he visto te pagaron bastante bien por arruinar la vida a muchas personas. Cuéntame, ¿acaso sabes que transportaba aquel barco? ¿o eres un simple ignorante que responde a la calderilla que te suelta el que pague mejor? Vamos, cuéntame antes de que decida cambiar de opinión y devolverte el regalo que me hiciste aquel día.