¿Sabías que…?
... el autor de One Piece, Eichiro Oda, hay semanas en las que apenas duerme 3 horas al día para poder alcanzar la entrega del capitulo a tiempo.
[Aventura] [A-Presente] Pelillos a la mar [Tier 3]
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
Entrar en el casino resulta un alivio inmediato con respecto al calor de fuera. En cuanto a otras sensaciones... es un lugar distinto a lo que conoces, en muchos sentidos. Las luces parpadeantes, los sonidos de las máquinas tragaperras, la enorme cantidad de gente concentrada. Te cuesta un poco adaptarte al caos del lugar, pero por otro lado, eso te ayuda a entrar sin que ni el marine ni su acompañante te vean. No es muy difícil, por otro lado, al menos en la zona de la entrada. La afluencia de gente entrando y saliendo ayuda y, aunque eres algo más alto que la mayoría de la gente, no tanto como para que tus habilidades y entrenamiento no puedan compensarlo. En contraste, seguir al gigantesco marine es sencillo. Basta con no perder esa espalda verde que sobresale entre el gentío.

Tras el recibidor, la pareja pasa por una sala con máquinas tragaperras y una zona de cambio de fichas. Tras cambiar lo que parece una cantidad obscena de berries (por parte de ambos, no parece que les falte el dinero), guardan sus fichas y cruzan una puerta hacia la sala principal. Allí es donde las cosas cambian totalmente. Desde la puerta, una gran escalera baja hacia una sala de grandes proporciones llena de toda clase de juegos de casino: mesas de blackjack, ruletas, más máquinas, baccarat, dados, póker, bingo... hay incluso una zona de apuestas donde un visual den den mushi está retransmitiendo una carrera de perros. También hay juegos más extraños y complicados que no terminas de entender cómo funcionan. En uno, un grupo de personas tiran dados mientras dos gallinas comen granos sobre la mesa. A veces una de las gallinas se caga y algunos de los jugadores lanzan sus dados en un orinal y sacan nuevos. Es raro. En el centro de la estancia hay un escenario, en este momento vacío y, en un piso superior en la pared por donde habéis entrado, un palco. No tienes claro qué función cumple, tal vez en ocasiones en el escenario se representen obras de teatro o haya conciertos. Ahora mismo está vacío.

Al principio, Bâtard y su acompañante se pasean por la sala, parece que intentando decidir a qué jugarán. Tras un rato, deciden ponerse a jugar a un juego de cartas. Aquí, a diferencia de en la entrada, necesitarás pasar desapercibido de alguna manera. Es decir, hay mucha gente, pero la mayoría están en mesas o en las máquinas y no hay nadie uniformado. Ya me contarás cuál es tu táctica para camuflarte.

En cualquier caso, al principio no ocurre nada sospechoso. La mujer y Bâtard parecen cercanos en algún sentido, parecen llevarse bastante bien. Al cabo de algo menos de una hora, algo cambia. De repente un foco ilumina el escenario y un hombre de mediana edad con pelo largo canoso y aspecto de vaquero se sube al escenario con varios miembros del personal de seguridad del casino. Salvo por un grupo de ludópatas y de gente más interesada en sus partidas, la mayoría se vuelven para prestar atención

- ¡Buenas tardes, Loguetown! ¡Buenas partidas veo hoy! Algunos hasta han logrado no perder fichas contra la casa - dice en tono jocoso, sacándole risas a parte del público. Escuchas a alguien preguntar algo así como "y ese quién es", a lo que otra persona le responde "Es Patrick Sorvolo, el dueño" - Ya sabéis qué hora es, ¿verdad? ¡Es la hora de nuestro gran juego del...!

De repente, las luces se cortan. Todos los aparatos eléctricos fallan y la sala se queda a oscuras. En medio de las quejas y gritos de rabia (principalmente desde la zona de las tragaperras), captas un sonido peculiar: el de algo recorriendo el aire rápidamente. Esa cosa, sea lo que sea, pasa desde detrás tuya algo por encima de tu cabeza (¿un metro, más, menos? Apostarías a que por ahí o más, pero tampoco apostarías mucho) y se pierde hacia el frente. Pocos segundos después, entre los sonidos de caos, la luz vuelve. Al principio todo parece igual, obviando a la gente que se ha levantado o a quienes se quejan, pero algo ha ocurrido. En el escenario, el guardia de seguridad a la derecha de Sorvolo está en el suelo, con una daga clavada en el pecho. El dueño del casino parece en shock por un momento, pero recupera pronto la compostura. Da un par de órdenes rápidas a sus empleados y varios se van corriendo, mientras otros dos cogen al herido para llevárselo.

- ¡Siento el inconveniente, queridos jugadores! Me temo que se ha desvelado la sorpresa del juego de esta tarde. Algún actor ha entendido mal las instrucciones y empezado antes de tiempo nuestro juego de descubrir al asesino. Por las molestias, todos recibiréis quinientas fichas, cortesía de la casa. ¡Seguid apostando! Pronto arreglaremos este asunto y os traeremos un nuevo juego.
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RE: [A-Presente] Pelillos a la mar [Tier 3] - por Hyun Yeon - 24-09-2024, 02:44 AM

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