Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
24-09-2024, 02:26 PM
Una ola de cortes avanzaría sin ningún tipo de compasión trinchando todo a su paso y dejando ya la imagen de cristal de Percival reducida a un lienzo de piedra blanca que aguardaba bajo la cristalina estructura. La sucesión de cortes seria menguada por un nuevo juego de malabares con dagas por parte del invitado que seguía postergando la batalla sin tener ya la noción del tiempo de cuanto quedaba para la hora del te.
Decisiones rápidas y movimientos agiles, eso seria lo que salvaría a Percival de terminar como carne picada, que no había otra forma de definir a una acometida de esas tres decenas de garras. El chico no solo era firme con sus ataques y defensas, también lo era con sus objetivos, pisaría a quien hiciera falta, usaría las mascaras que fueran necesarias, haría lo impensable con tal de poder destruir desde dentro aquel mundo que no era más que un amasijo de mentiras. Y junto a esos argumentos como puños aprovecho que el felino debía recuperarse de su gran acometida, para realizar una sucesión de pequeños ataques que irían haciendo mella sobre la criatura monstruosa, comenzado a reflejarse por todo su cuerpo una sucesión de grietas formándose.
Aun con su cuerpo hecho polvo, el gato no perdía su ímpetu y espíritu - Así que afirmas que quienes deciden que es la verdad son los vencedores y los fuertes - El gato iria agazapándose concentrando sus fuerzas - ¿Buscas el poder para poder escribir con tus manos una nueva verdad y reglas sobre las que se mueva el mundo? - Junto con esa pregunta el propio gato daria un veloz y gran salto directo contra Percival con el fin de engullirlo con sus fauces dándole un gran mordisco que lo partiera por la mitad.
El cuerpo de la inmensa bestia cruzaría el ring de combate en un parpadeo. Sus fauces daban a entender que podría engullir de un bocado a Percival si quisiera, más esta no era su intención, él buscaba partir el cuerpo del hombrecillo por la mitad. Si poder es lo que Percival anhelaba, poder es lo que tendría que demostrar.
Decisiones rápidas y movimientos agiles, eso seria lo que salvaría a Percival de terminar como carne picada, que no había otra forma de definir a una acometida de esas tres decenas de garras. El chico no solo era firme con sus ataques y defensas, también lo era con sus objetivos, pisaría a quien hiciera falta, usaría las mascaras que fueran necesarias, haría lo impensable con tal de poder destruir desde dentro aquel mundo que no era más que un amasijo de mentiras. Y junto a esos argumentos como puños aprovecho que el felino debía recuperarse de su gran acometida, para realizar una sucesión de pequeños ataques que irían haciendo mella sobre la criatura monstruosa, comenzado a reflejarse por todo su cuerpo una sucesión de grietas formándose.
Aun con su cuerpo hecho polvo, el gato no perdía su ímpetu y espíritu - Así que afirmas que quienes deciden que es la verdad son los vencedores y los fuertes - El gato iria agazapándose concentrando sus fuerzas - ¿Buscas el poder para poder escribir con tus manos una nueva verdad y reglas sobre las que se mueva el mundo? - Junto con esa pregunta el propio gato daria un veloz y gran salto directo contra Percival con el fin de engullirlo con sus fauces dándole un gran mordisco que lo partiera por la mitad.
El cuerpo de la inmensa bestia cruzaría el ring de combate en un parpadeo. Sus fauces daban a entender que podría engullir de un bocado a Percival si quisiera, más esta no era su intención, él buscaba partir el cuerpo del hombrecillo por la mitad. Si poder es lo que Percival anhelaba, poder es lo que tendría que demostrar.