Qazan
Qazan
24-09-2024, 06:51 PM
Habíamos puesto rumbo a la isla Momobami, allí nos esperaría una gran aventura o eso nos había vendido Lance. Nos encontrábamos en alta mar, el día totalmente despejado, un calor de mil demonios. -Voy a darme un chapuzón y ya subo, dichoso calor-. Dije tumbado en la proa del barco que era donde más aire corría a la vez que me abanicaba con un abanico del tamaño de la palma de mi mano. Me caían unos sudores por la cara que ya estaban siendo incluso molestos, así que me lancé por la borda, un chapuzón rápido y ligero para aliviar el calor y de vuelta al barco, siempre teníamos una cuerda colgando de estribor para facilitarme el subir al barco desde el mar.
-Muucho mejor-. Aunque cabía la posibilidad de que nuestro capitán me riñese, al fin y al cabo le había llenado toda la cubierta de agua al subir y no le hacía especial ilusión poder resbalarse. Ya de vuelta en Er Reshulon me puse a la sombra, me había refrescado y no quería volver a pasar calor. Poco tiempo después refrescándome a la sombra, Juuken dejó el timón y mientras bajaba por las escaleras dejó entrever que éramos unos mindundis, que necesitábamos aprender a defendernos ante las posibles amenazas que pudieran surgirnos y un muy bonito discurso motivacional. Acto seguido sugirió un entrenamiento... Espera, ¿El renacuajo quiere que entrenemos con él? ¿Ha dejado de tenerle aprecio a la vida o como es esto? No estaba entendiendo cómo nuestro pequeño navegante se estaba ofreciendo a entrenar con él cuando precisamente era si no el más pequeño de toda la tripulación, de los más escuálidos.
Sin duda había llamado mi atención, no porque le subestimase si no justo al contrario, parecía que era Juuken el que subestimaba a la banda. Justo a mi lado apareció Gretta sosteniendo un plato con las sobras de la comida, parece que Shiro no las había escondido suficientemente bien y nuestra cerda había olisqueado muy bien el rastro. —¿Has escuchiado? Que no sabemos defiendernos dice ¿ah?, OUNGH OUNGH (risa) ¿por qué no vas y le das dos tortazos de esos tiuyos ah? que sepa como es miundo de verdad. Y que no venza crio eh. - Maldita Gretta... Esa cerda sabía como calentarme rápido, de por si yo ya tenía la mosca detrás de la oreja por lo que había dejado caer Juuken sobre la banda, para colmo ella había terminado de darme el empujón que me había hecho decidirme ir a ese "Entrenamiento".
-Muy bien Juu, tienes razón, necesitamos comprobar de qué somos capaces individualmente. Solo espero que tengas algún truco bajo la manga, no me gustaría tener un funeral antes de llegar a Momobami-. No le subestimaba ni mucho menos, sabía que el chico era capaz de lo más increíble, pero había veces que yo tampoco era consciente de mi fuerza y me excedía sin quererlo. -Bien pues, empecemos-. Dije acercándome a él tendiéndole la mano en señal de amabilidad.
-Muucho mejor-. Aunque cabía la posibilidad de que nuestro capitán me riñese, al fin y al cabo le había llenado toda la cubierta de agua al subir y no le hacía especial ilusión poder resbalarse. Ya de vuelta en Er Reshulon me puse a la sombra, me había refrescado y no quería volver a pasar calor. Poco tiempo después refrescándome a la sombra, Juuken dejó el timón y mientras bajaba por las escaleras dejó entrever que éramos unos mindundis, que necesitábamos aprender a defendernos ante las posibles amenazas que pudieran surgirnos y un muy bonito discurso motivacional. Acto seguido sugirió un entrenamiento... Espera, ¿El renacuajo quiere que entrenemos con él? ¿Ha dejado de tenerle aprecio a la vida o como es esto? No estaba entendiendo cómo nuestro pequeño navegante se estaba ofreciendo a entrenar con él cuando precisamente era si no el más pequeño de toda la tripulación, de los más escuálidos.
Sin duda había llamado mi atención, no porque le subestimase si no justo al contrario, parecía que era Juuken el que subestimaba a la banda. Justo a mi lado apareció Gretta sosteniendo un plato con las sobras de la comida, parece que Shiro no las había escondido suficientemente bien y nuestra cerda había olisqueado muy bien el rastro. —¿Has escuchiado? Que no sabemos defiendernos dice ¿ah?, OUNGH OUNGH (risa) ¿por qué no vas y le das dos tortazos de esos tiuyos ah? que sepa como es miundo de verdad. Y que no venza crio eh. - Maldita Gretta... Esa cerda sabía como calentarme rápido, de por si yo ya tenía la mosca detrás de la oreja por lo que había dejado caer Juuken sobre la banda, para colmo ella había terminado de darme el empujón que me había hecho decidirme ir a ese "Entrenamiento".
-Muy bien Juu, tienes razón, necesitamos comprobar de qué somos capaces individualmente. Solo espero que tengas algún truco bajo la manga, no me gustaría tener un funeral antes de llegar a Momobami-. No le subestimaba ni mucho menos, sabía que el chico era capaz de lo más increíble, pero había veces que yo tampoco era consciente de mi fuerza y me excedía sin quererlo. -Bien pues, empecemos-. Dije acercándome a él tendiéndole la mano en señal de amabilidad.