Atlas
Nowhere | Fénix
25-09-2024, 02:04 AM
Fue un visto y no visto. Había esperado que ese tipo de pelo raro fuese rápido y fuerte, pero movimiento que realizó cuando al fin me encontré cerca de él gozó de una velocidad que hasta ese momento ni siquiera sabía que podía ser posible. Cuando quise darme cuenta, había sido arrojado con violencia hacia el suelo y, peor todavía, ese maldito Broco Lee me había vuelto a golpear antes de que me diese tiempo de levantarme o plantear defensa alguna.
Pude comprobar cómo, debajo de mi cabeza, el suelo cedía ante la violencia del impacto. La sensación era similar a sumergirse a la fuerza. No tardé en dejar de ver lo que sucedía a mi alrededor. En parte, porque mis ojos estaban bien cerca de la tierra y el polvo que hasta no hacía demasiado tiempo había estado pisando. Además, la colisión había levantado una densa polvareda que permaneció unos largos segundos en el ambiente incluso cuando el pirata ya me había soltado.
Todo se sacudió en el interior de mi cabeza, transportándome a una nube distante de la que me iba soltando poco a poco. Por suerte, en mi caso que fuese capaz de aguantar semejante impacto no dependía de lo orientado que estuviese en ese momento. En el seno de la nube de polvo y tierra que aún levitaba, un resplandor azulado nació mientras mi cuerpo era acariciado por las llamas azules que manaban de él.
Había podido apreciar a la perfección el crujido en mi cráneo en el momento del golpe, pero podía percibir como el fuego curativo iba sanando los huesos y devolviéndolos a su estado original. Aún en el suelo, sacudí la cabeza antes de empujar el suelo con las manos y comenzar a levantarme. Mientras tanto, la cortina que reducía la visibilidad continuó dispersándose hasta que, cuando al fin se fue por completo, sólo la mitad de mi cara ardía. Cualquiera que me viese dudaría de si realmente había sido golpeado o no, pero lo cierto era que sí y que, de no disponer de la salud que tenía, seguramente me encontraría en un estado peor.
—Parece que te he... hemos subestimado —dije al tiempo que las llamas terminaban de desaparecer, quedando únicamente mis patas en forma animal—, pero no volverá a pasar. Tengo que decirte que tenemos que arrestarte por intento de asesinado de un testigo protegido, así como por atacar con intención de provocar la muerte a un miembro de la Marina. Y seguro que tienes más delitos, pero ahora mismo no caigo.
Lo cierto era que con el aturdimiento producto del golpe me había costado armar la frase en un principio, pero podía notar que los efectos iban pasando poco a poco. Fuera como fuese, Broco era un problema mayúsculo del que sólo podríamos ocuparnos si colaborábamos. En ese momento no teníamos poder ni experiencia para enfrentarnos a él en un uno contra uno y pretender salir ileso. ¿Qué hacer?
Chasqueé la lengua, en cierto modo molesto al comprender el papel que me tocaba asumir en aquella situación. Era crucial mantener al pirata ocupado para que no pudiese centrar su atención en Broco. Del mismo modo, debía ganas tiempo hasta que mis compañeros me pudieran asistir en un enfrentamiento que no podía ganar.
—Creo que soy a quien le va a tocar detenerte —comenté, sin decir que con detenerte en realidad quería decir retenerte. Hablé intentando transmitir a mi tono de voz una tranquilidad y una confianza que en mi interior brillaban por su ausencia. De hecho, lo que me tocaba era asegurarme de que no acabase con mi vida, porque aquel tipo estaba convencido de arrebatarle a Meethook la suya.
Respiré, semiflexionando las rodillas y orientando el filo de mi arma de nuevo hacia mi enemigo. Acto seguido me desplacé a gran velocidad hacia él y tracé dos cortes horizontales tan rápidamente como fui capaz. El intervalo entre uno y otro fue mínimo, tanto que se podría decir que fueron producidos prácticamente en el mismo momento. Mantuve mi atención en él en todo momento, centrando por completo mi voluntad en identificar cualquier intención hostil o movimiento por su parte.
Pude comprobar cómo, debajo de mi cabeza, el suelo cedía ante la violencia del impacto. La sensación era similar a sumergirse a la fuerza. No tardé en dejar de ver lo que sucedía a mi alrededor. En parte, porque mis ojos estaban bien cerca de la tierra y el polvo que hasta no hacía demasiado tiempo había estado pisando. Además, la colisión había levantado una densa polvareda que permaneció unos largos segundos en el ambiente incluso cuando el pirata ya me había soltado.
Todo se sacudió en el interior de mi cabeza, transportándome a una nube distante de la que me iba soltando poco a poco. Por suerte, en mi caso que fuese capaz de aguantar semejante impacto no dependía de lo orientado que estuviese en ese momento. En el seno de la nube de polvo y tierra que aún levitaba, un resplandor azulado nació mientras mi cuerpo era acariciado por las llamas azules que manaban de él.
Había podido apreciar a la perfección el crujido en mi cráneo en el momento del golpe, pero podía percibir como el fuego curativo iba sanando los huesos y devolviéndolos a su estado original. Aún en el suelo, sacudí la cabeza antes de empujar el suelo con las manos y comenzar a levantarme. Mientras tanto, la cortina que reducía la visibilidad continuó dispersándose hasta que, cuando al fin se fue por completo, sólo la mitad de mi cara ardía. Cualquiera que me viese dudaría de si realmente había sido golpeado o no, pero lo cierto era que sí y que, de no disponer de la salud que tenía, seguramente me encontraría en un estado peor.
—Parece que te he... hemos subestimado —dije al tiempo que las llamas terminaban de desaparecer, quedando únicamente mis patas en forma animal—, pero no volverá a pasar. Tengo que decirte que tenemos que arrestarte por intento de asesinado de un testigo protegido, así como por atacar con intención de provocar la muerte a un miembro de la Marina. Y seguro que tienes más delitos, pero ahora mismo no caigo.
Lo cierto era que con el aturdimiento producto del golpe me había costado armar la frase en un principio, pero podía notar que los efectos iban pasando poco a poco. Fuera como fuese, Broco era un problema mayúsculo del que sólo podríamos ocuparnos si colaborábamos. En ese momento no teníamos poder ni experiencia para enfrentarnos a él en un uno contra uno y pretender salir ileso. ¿Qué hacer?
Chasqueé la lengua, en cierto modo molesto al comprender el papel que me tocaba asumir en aquella situación. Era crucial mantener al pirata ocupado para que no pudiese centrar su atención en Broco. Del mismo modo, debía ganas tiempo hasta que mis compañeros me pudieran asistir en un enfrentamiento que no podía ganar.
—Creo que soy a quien le va a tocar detenerte —comenté, sin decir que con detenerte en realidad quería decir retenerte. Hablé intentando transmitir a mi tono de voz una tranquilidad y una confianza que en mi interior brillaban por su ausencia. De hecho, lo que me tocaba era asegurarme de que no acabase con mi vida, porque aquel tipo estaba convencido de arrebatarle a Meethook la suya.
Respiré, semiflexionando las rodillas y orientando el filo de mi arma de nuevo hacia mi enemigo. Acto seguido me desplacé a gran velocidad hacia él y tracé dos cortes horizontales tan rápidamente como fui capaz. El intervalo entre uno y otro fue mínimo, tanto que se podría decir que fueron producidos prácticamente en el mismo momento. Mantuve mi atención en él en todo momento, centrando por completo mi voluntad en identificar cualquier intención hostil o movimiento por su parte.
SAM501
SAMURAI
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
64
3
Posicionando su hoja en horizontal apuntando a su objetivo, el usuario podrá trazar un [Dash] de hasta cinco metros en un instante mientras traza dos cortes horizontales sobre su objetivo como si buscara dibujar la línea del horizonte, habiendo ejecutado tales cortes tan rapido que serán recibidos de forma simultánea por la víctima, como si ambos cortes buscarán encontrarse en el interior del objetivo causando una [Hemorragia media],
Golpe Basico + [FUEx3] de [Daño cortante]