Rocket Raccoon
Rocket
25-09-2024, 03:50 AM
(Última modificación: 25-09-2024, 04:08 AM por Rocket Raccoon.)
Paso a paso fue que tanto Lemon como yo fuimos de a poco logrando también infiltrarnos en aquel superplan supersecreto y superescondido que tenían en un lugar supersecreto y superescondido justo justo debajo de la taberna donde ya habíamos pasado varias noches embriagándonos y demás. ¿Cómo es que a nadie se le había ocurrido esconder una habitación ultrasecreta detrás de una de las paredes secretas de una taberna? Son ideas que tenía que guardármelas, y usarlas más adelante para el provecho propio, esto es de bastante utilidad. -Joer Lemon... un lugar ultra secreto jeje, joder eh- Le comentaba al oído para no llamar la atención ni del lobo ni de la rubia. -Cuando volvamos a Loguetown, hagamos algo así, jejejeje. Joder eh- En ese preciso momento, una gran idea se me vino a la mente, la cual le transmití al enmascarado. -¿Y si el Trago del Marinero también tiene un escondite secreto? Joder eh- Eran pensamientos que iban y venían, pensamientos que se iban a ver interrumpidos abruptamente.
Al llegar al final de las escaleras que llevaban a ese lugar, un olor de lo más repelente comenzó a inundar de sobremanera mi sentido del olfato. 'Qué verga'. De verdad que les quisiera transmitir con total lujos de detalles cuál fue la maldita sensación de pura asquerosidad que había recorrido todo mi cuerpo al inhalar por primera vez aquella sustancia que flotaba en el aire y llegaba a mis fosas nasales y de ahí un torrente infinito comenzaba a circular por cada uno de mis nervios. Una sensación nada agradable, si miraba mis pelos, podría indicar que cada uno de los mismos se había puesto de punta debido a lo repugnante del momento.
En un movimiento de autorreflejo, lleve mis manos hasta mi nariz para tapar todo lo posible que dicho olor siguiese entrando por mis fosas y así intentar en lo posible dejar de olerlo. Pero era algo casi imposible, mis sentidos como tal en dicha zona habían sido aumentadas, y no solo por el hecho de ser mitad animal, una fuente externa también los había hecho más susceptibles. Pero debía de aguantar, lo que teníamos por delante era demasiado importante, y también quería ver aquella habitación secreta.
Y es entonces cuando por fin cruzamos el umbral que nos llevaba a una nueva localización, y a primera vista el lugar parecía ser una taberna más. '¿Una taberna... dentro de otra?' No le entendí para nada el motivo. Se supone que una localidad de este tipo, es para generar dinero de los clientes, ¿por qué coño ocultarla? Quizás gente poderosa vendría aquí, y no querían que nadie les viese emborracharse en alguna noche de locura. Varias ideas comenzaron a circular por mi mente, pero para ese entonces, ya estaba tirado en el suelo, desmayado sobre mi propio vómito, sí. No había logrado aguantar el olor que venía de aquí, y al entrar en la habitación, era mucho más fuerte y desagradable de lo que lo era en el pasillo. Si Rocket tenía un ángel de la guarda, este era su momento para actuar. Y así lo haría, pero más que un ángel, era un lobo, un lobo feroz.
Abriría nuevamente los ojos. -PUAJK PUAJK PUAJK JODER EH- Me levanté abruptamente del suelo donde me habían dejado, con la espalda recostada en el muro. Me llevé nuevamente mi mano hacia la nariz, pero esta vez no para taparla de los olores que intentaban invadirla, sino todo lo contrario. La apreté con mis dedos e intenté ''soplarla'' una y otra vez, intentando por todos los medios posibles sacar esos aromas de mi cuerpo. -Puajk puakjj puakj joder eh- Seguía desesperado, y tras varios segundos y varios intentos, todo parecía volver a la normalidad. Entonces noté que estaba afuera, la luz del sol era quien calentaba mis pelos, y no los de una antorcha o lámpara dentro de aquel lugar. Mire a mi lado, y ahí estaba mi héroe.
-Qué coño.... joder eh- Le toqué el hombro con mi mano, posándola sobre él y dejando caer su peso, que era poco, pues es la pequeñita mano de un pequeñito mapache. -¿Nos intentaron envenenar o qué?... No creo, estaría peor. ¿Y los demás? Joder eh- Tome aire nuevamente, inhalando el dulce olor de la sal del mar que el viento nos trae desde la costa. Me senté ahí justo al lado del Mink, descansando un poco, necesitaba recobrar las energías. -¿Maldita sea jeje, me desmaye? Vaya gran revolucionario jajajaj. Joder eh-. Comencé a parlotear y a bromear sobre el asunto con el camarada.
Al llegar al final de las escaleras que llevaban a ese lugar, un olor de lo más repelente comenzó a inundar de sobremanera mi sentido del olfato. 'Qué verga'. De verdad que les quisiera transmitir con total lujos de detalles cuál fue la maldita sensación de pura asquerosidad que había recorrido todo mi cuerpo al inhalar por primera vez aquella sustancia que flotaba en el aire y llegaba a mis fosas nasales y de ahí un torrente infinito comenzaba a circular por cada uno de mis nervios. Una sensación nada agradable, si miraba mis pelos, podría indicar que cada uno de los mismos se había puesto de punta debido a lo repugnante del momento.
En un movimiento de autorreflejo, lleve mis manos hasta mi nariz para tapar todo lo posible que dicho olor siguiese entrando por mis fosas y así intentar en lo posible dejar de olerlo. Pero era algo casi imposible, mis sentidos como tal en dicha zona habían sido aumentadas, y no solo por el hecho de ser mitad animal, una fuente externa también los había hecho más susceptibles. Pero debía de aguantar, lo que teníamos por delante era demasiado importante, y también quería ver aquella habitación secreta.
Y es entonces cuando por fin cruzamos el umbral que nos llevaba a una nueva localización, y a primera vista el lugar parecía ser una taberna más. '¿Una taberna... dentro de otra?' No le entendí para nada el motivo. Se supone que una localidad de este tipo, es para generar dinero de los clientes, ¿por qué coño ocultarla? Quizás gente poderosa vendría aquí, y no querían que nadie les viese emborracharse en alguna noche de locura. Varias ideas comenzaron a circular por mi mente, pero para ese entonces, ya estaba tirado en el suelo, desmayado sobre mi propio vómito, sí. No había logrado aguantar el olor que venía de aquí, y al entrar en la habitación, era mucho más fuerte y desagradable de lo que lo era en el pasillo. Si Rocket tenía un ángel de la guarda, este era su momento para actuar. Y así lo haría, pero más que un ángel, era un lobo, un lobo feroz.
Abriría nuevamente los ojos. -PUAJK PUAJK PUAJK JODER EH- Me levanté abruptamente del suelo donde me habían dejado, con la espalda recostada en el muro. Me llevé nuevamente mi mano hacia la nariz, pero esta vez no para taparla de los olores que intentaban invadirla, sino todo lo contrario. La apreté con mis dedos e intenté ''soplarla'' una y otra vez, intentando por todos los medios posibles sacar esos aromas de mi cuerpo. -Puajk puakjj puakj joder eh- Seguía desesperado, y tras varios segundos y varios intentos, todo parecía volver a la normalidad. Entonces noté que estaba afuera, la luz del sol era quien calentaba mis pelos, y no los de una antorcha o lámpara dentro de aquel lugar. Mire a mi lado, y ahí estaba mi héroe.
-Qué coño.... joder eh- Le toqué el hombro con mi mano, posándola sobre él y dejando caer su peso, que era poco, pues es la pequeñita mano de un pequeñito mapache. -¿Nos intentaron envenenar o qué?... No creo, estaría peor. ¿Y los demás? Joder eh- Tome aire nuevamente, inhalando el dulce olor de la sal del mar que el viento nos trae desde la costa. Me senté ahí justo al lado del Mink, descansando un poco, necesitaba recobrar las energías. -¿Maldita sea jeje, me desmaye? Vaya gran revolucionario jajajaj. Joder eh-. Comencé a parlotear y a bromear sobre el asunto con el camarada.