Airgid Vanaidiam
Metalhead
25-09-2024, 01:01 PM
El tiburón resultaba ser un palo difícil de roer, más duro que el acero. Había sido frío, seco, borde e incluso amenazante con la rubia -también es que ella no lo puso nada fácil en un principio...-, pero poco a poco parecía estar ablandándose, abriéndose a ella. Solo una mijita. Airgid le vio sonreír suavemente y eso acentuó aún más la suya propia, como más relajada. Por algún motivo, se lo estaba pasando bien. Era divertido eso de moverse en el filo de la navaja, tentar un poco a la otra persona con tonterías para ver por dónde salía y cómo reaccionaba. Era otra forma de conocer a la gente, y ese leve sentimiento de peligro la emocionaba, el hecho de que en cualquier momento se le pudiera cruzar un cable y comenzar una pelea ahí mismo. Le daba respeto e intriga a la vez. Una masoca si me preguntan. La reacción de Octojin fue tan sincera que a la rubia le resultó imposible guardarse una gran carcajada. Y es que no le faltaba razón alguna, Airgid era en ocasiones increíblemente intensa, preguntando cosas todo el rato, con un ansia por saciar su curiosidad que podía llegar a agotar a cualquiera. — ¡Perdona, perdona! — Saltó rápidamente. — No es mi culpa, es que eres curioso, ¿sabe? — Le pinchó con el dedo índice en el bíceps, un par de veces. Por ningún motivo en especial. — Bajaré un poquito las revolucione, promesita. — Le iba a costar, pero estaba claro que si seguía así el tiburón no podría seguirle el ritmo durante mucho tiempo sin cansarse por el camino. Así que era mejor que se relajara un... veinte porciento, por lo menos.
¿Carpintero? Aquella información la dejó sorprendida, mirándole con aún más curiosidad. También mencionó que se ganaba la vida cazando a criminales, dos trabajos que sabía compaginar lo suficientemente bien, al parecer. Eso también le pareció tremendamente interesante. Era como un forajido, ¿no? Como una de estas historias de un viajero solitario que se tomaba la justicia por su mano. La rubia se acercó un poquito más mientras el tiburón pensaba en cómo darle una respuesta sobre el peso que levantaba. Y se mantuvo callada, con los ojos como platos y los labios ligeramente entreabiertos, esperando una demostración, quizá, quién sabe, llena de expectación. Parpadeó un par de rápidas veces al escuchar la cifra que acababa de dar, y tan tranquilo se quedó después de soltar tremenda barbaridad. — ¿¡CÓMO!? ¡Eso e' imposible, me tomas el pelo, me vacilas en mi cara! — Soltó con toda la naturalidad del mundo. — Eso se lo dirá a los criminale pa acojonarlos, pero a mi no me la cuelas. — Todo lo que decía solía hacerlo dentro de un tono de broma y sarcasmo, era difícil que Airgid se enfadara por algo de forma "real", así que no, a pesar de sus palabras, no estaba enfadada, solo siguiéndole un poco el juego. De verdad pensaba que estaba jugando con ella. Dentro de su mente no cabía la posibilidad de que una persona pudiera levantar tanto, pero... claro, él no era un humano, era un gyojin... puede que sí fuera cierto, que fueran más fuertes por naturaleza que una persona normal. Joder, se le acababa de abrir un mundo nuevo de posibilidades.
— ¿Lo último? — No se esperó aquella pregunta, pero no tardó en esbozar una sonrisa confiada, con el ceño ligeramente fruncido en un gesto de picardía. — Pue' estoy buscando pieza pa montarme una burra. Una moto, vaya. Quiero que sea tope grande, que sea robusta, que aguante hostias como si fuera un puto camión. — Escenificó ella misma como si estuviera montada encima de una moto, dándole al acelerador y haciendo soniditos de motor. — Pero e' difisi de la hostia, me faltan un huevo de cosa aún... mi sueño sería que pudiera ir por el aire también. ¡Sí, ante de que diga ná, sé que e' casi imposible! Pero hay un tío, no me sale el nombre ahora, ¿o era una tía? El caso es que ha hecho zepelines que vuelan por el cielo, o sea, ¡poderse, como tal, se puede hacer! Solo que no tengo ni idea de cómo coño. — Terminó su escenificación, volviendo a sentarse de forma normal junto a Octojin. — Me molan los carpinteros. — Le soltó sin más, aunque no tardó en especificar un poco, pues así a secas podía sonar un poco raro, como si se le estuviera insinuando incluso. — O sea, que compaginamo bien, digo. También inventais cosas, solo que con madera en lugar de metal. Me gusta. — Sonrió, un poco más leve, menos intensa. Hasta que de repente: — ¿Competimos? A ver cuánto peso levanta cada uno. No es por ser creída, pero... creo que tengo posibilidade de ganarte. — Soltó medio en coña, medio de verdad, guiñándole un ojo.
¿Carpintero? Aquella información la dejó sorprendida, mirándole con aún más curiosidad. También mencionó que se ganaba la vida cazando a criminales, dos trabajos que sabía compaginar lo suficientemente bien, al parecer. Eso también le pareció tremendamente interesante. Era como un forajido, ¿no? Como una de estas historias de un viajero solitario que se tomaba la justicia por su mano. La rubia se acercó un poquito más mientras el tiburón pensaba en cómo darle una respuesta sobre el peso que levantaba. Y se mantuvo callada, con los ojos como platos y los labios ligeramente entreabiertos, esperando una demostración, quizá, quién sabe, llena de expectación. Parpadeó un par de rápidas veces al escuchar la cifra que acababa de dar, y tan tranquilo se quedó después de soltar tremenda barbaridad. — ¿¡CÓMO!? ¡Eso e' imposible, me tomas el pelo, me vacilas en mi cara! — Soltó con toda la naturalidad del mundo. — Eso se lo dirá a los criminale pa acojonarlos, pero a mi no me la cuelas. — Todo lo que decía solía hacerlo dentro de un tono de broma y sarcasmo, era difícil que Airgid se enfadara por algo de forma "real", así que no, a pesar de sus palabras, no estaba enfadada, solo siguiéndole un poco el juego. De verdad pensaba que estaba jugando con ella. Dentro de su mente no cabía la posibilidad de que una persona pudiera levantar tanto, pero... claro, él no era un humano, era un gyojin... puede que sí fuera cierto, que fueran más fuertes por naturaleza que una persona normal. Joder, se le acababa de abrir un mundo nuevo de posibilidades.
— ¿Lo último? — No se esperó aquella pregunta, pero no tardó en esbozar una sonrisa confiada, con el ceño ligeramente fruncido en un gesto de picardía. — Pue' estoy buscando pieza pa montarme una burra. Una moto, vaya. Quiero que sea tope grande, que sea robusta, que aguante hostias como si fuera un puto camión. — Escenificó ella misma como si estuviera montada encima de una moto, dándole al acelerador y haciendo soniditos de motor. — Pero e' difisi de la hostia, me faltan un huevo de cosa aún... mi sueño sería que pudiera ir por el aire también. ¡Sí, ante de que diga ná, sé que e' casi imposible! Pero hay un tío, no me sale el nombre ahora, ¿o era una tía? El caso es que ha hecho zepelines que vuelan por el cielo, o sea, ¡poderse, como tal, se puede hacer! Solo que no tengo ni idea de cómo coño. — Terminó su escenificación, volviendo a sentarse de forma normal junto a Octojin. — Me molan los carpinteros. — Le soltó sin más, aunque no tardó en especificar un poco, pues así a secas podía sonar un poco raro, como si se le estuviera insinuando incluso. — O sea, que compaginamo bien, digo. También inventais cosas, solo que con madera en lugar de metal. Me gusta. — Sonrió, un poco más leve, menos intensa. Hasta que de repente: — ¿Competimos? A ver cuánto peso levanta cada uno. No es por ser creída, pero... creo que tengo posibilidade de ganarte. — Soltó medio en coña, medio de verdad, guiñándole un ojo.